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miércoles, 3 de julio de 2024

Hoy invito a…

 

Alejandro López Andrada

 

RETRATO DE UN VERANO ADOLESCENTE

 

 


             Como esas nubes de un cielo casi azul, punteado de álgidos aviones y gaviotas, que la luz del verano nunca destruirá, las voces que tejen la historia de este libro tienen una textura de melocotón, un tono rosado como el atardecer que eterniza la espuma cálida del mar cuando se van alejando los bañistas y el sol inunda de malvas el horizonte. Todo lo que aquí ocurre, la memoria de lo que empezó hace décadas en la playa y el autor de este libro, esta armónica novela, edifica de nuevo ante los ojos del lector, tiene la cadencia de una epifanía: la reverberación sutil de un sueño que se abre ante nuestros sentidos anestesiados y hurga como una polilla en nuestras almas, en nuestra antigua conciencia colectiva, para mostrarnos lo que fuimos ayer en un país distinto al que hoy pisamos. Lo mejor de esta obra de Pedro M. Domene,  avezado narrador, además de magnífico crítico literario (lleva tres décadas en este suplemento) es que nos dibuja el fresco melancólico de una España aún anclada en el gris de una postguerra que agoniza en la luz de aquellos días bordados sobre la piel de un verano adolescente: “No tenemos la obligación de bañarnos, no somos domingueros, estamos siempre aquí” (Pág. 70), dice uno de los protagonistas de esta historia dulcemente coral, sensitiva, armónica, donde la playa es solo un decorado, un hermoso pretexto, para mostrar la imagen de una España que empieza a cambiar la piel ya ajada por otra mucho más tierna y luminosa.

            Pedro M. Domene (Huércal–Overa, 1954) es autor de un puñado de ensayos muy valiosos como, por ejemplo, los que aglutina su libro “Disidencias” (2010), ha antologado a poetas y narradores, además de editar novelas juveniles como “Después de Praga nada fue igual” (2004), con el que obtuvo el “II Premio de Narrativa Juvenil Los Pedroches”, “Conexión Helsinki” (2009) y “Las ratas del Titanic” (2014).  Por último, ha sido en el campo de la narrativa donde ha dado a la luz dos obras esenciales “El secreto de las Beguinas” (2016), que ya ha sido reeditada varias veces, y esta “Así empezó todo” (2024), editada como la anterior con muy buen gusto por Trifaldi.  Para elaborar esta última obra narrativa ha tenido que bucear dentro de sí mismo y entresacar instantes sustanciosos de su propia vida, de lo que le supuso el regreso de Alemania, donde vivió los años de su niñez, a un pueblo de Almería, en el que comenzará una vida nueva bajo la tutela de sus tíos, añorando, no obstante, en más de una ocasión los años vividos con sus padres y sus hermanos en el frío país centroeuropeo. Y es ese regreso lejano a nuestra tierra con idea de cursar estudios de bachillerato y, posteriormente, una carrera universitaria, lo que da pie a que el excelente narrador utilizando un tono fluido y sobrio vaya enhebrando un tejido de diálogos que se van abrazando, enredando mansamente como delicadas sierpes de alcanfor en un frondoso tapiz intemporal donde las voces de tres adolescentes (el protagonista y dos chicas, Ana Mari y Paloma) dibujan un mapa afectuoso y sensitivo que envuelve al lector desde el primer instante. 

 


 

           El amor, los sueños, el miedo, la ternura, la delicadeza, los celos, la inocencia, la idea de alcanzar un futuro aún inefable, son elementos sutiles, transparentes, que van conformando de un modo imperceptible la solidez narrativa de un relato que, sin artificios, con naturalidad, nos muestra un espacio físico atemporal, aunque la acción discurra en una época donde más de uno nos reconocemos. Construida sobre una base autobiográfica, aunque en muchos momentos adquiera un tono ficcional, “Así empezó todo” es una novela portentosa, muy bien definida, estructurada en cuatro partes: tres de ellas abarcan los veranos de 1972, 73 y 74, más una final centrada en el verano de 2022. Y es en esa esa visión amable y circular, sustentada en diálogos limpios, electrizantes, que evocan canciones felices y estivales de Fórmula V, Gilbert O´Sullivan, Nilson, o Carpenters, lo que fija la historia en la retina del lector y lo hace rozar la luz adolescente de unos veranos enraizados en la nostalgia de un país que viajaba animoso hacia adelante buscando un futuro inefable, turbio, incierto, que Pedro M. Domene dibuja con maestría, en estado de gracia, hilando un relato tierno y sorprendente. 

 

ASÍ EMPEZÓ TODO

Pedro M. Domene

Editorial Trifaldi. Madrid, 2024.