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viernes, 4 de abril de 2025

Lecturas de Primavera, 3


Así empezó todo

16,00 

Pedro M. Domene

Narrativa-novela

Un retrato generacional de verano

ambientado en las playas de San Juan

de los Terreros, en la década de los 70.

Resumen

En una playa de la provincia de Almería, San Juan de los Terreros, coinciden dos chicas y un chico a punto de abandonar la adolescencia, durante tres veranos consecutivos, entre 1972 y 1974. De sus encuentros, primero casuales y luego buscados, va surgiendo un vínculo que se fortalece en espontáneos diálogos. A través de sus conversaciones se va dibujando una generación de jóvenes que aún viven los epígonos de la dictadura. Sus ansias vitales, sus expectativas amorosas, sus aspiraciones…, pero también sus trabas familiares y sociales de una España aún anclada en el atraso y, hasta cierto punto, chapada a la antigua.

Tirando de algunos recuerdos personales, Pedro M. Domene consigue articular una novela que desde la mirada del presente, nos lleva a revivir el aroma de aquellos primeros años 70. Cine y música de aquella época sobrevuelan en este relato: Verano del 42, la película de Robert Mulligan, o la música de Carpenters, Beatles, “Alone Again”, de Gilbert O´Sullivan, Steve Wonder, Los Diablos, Formula V…conforman la mitología juvenil de estos personajes. Sus animados diálogos nos trasladan al ambiente de las dos míticas películas de Éric Rohmer, Ma nuit chez Maud y Le genou de Claire.

 

viernes, 28 de marzo de 2025

Lecturas de Primavera, 2


 

Luciérnagas en Manhattan

Pilar Muñoz Aguilar

Poesía

“Anduvimos longitudinales calles

de un tablero de ajedrez y sus

cuerdas, siguiendo el rastro profundo

del swing amarillo en el aire.”

 

Resumen

La poesía es la casa donde se abrazan las ausencias y tiembla el amor de los días que se fueron comprimiéndolo todo en una estancia o un arcón donde se mezclan las sombras y los olvidos con los amaneceres y el misterio de los días felices que siempre volverán, pues siguen tatuados en el aire de la piel. La poesía de Pilar es un tatuaje luminoso que enciende las sombras y el viento más huraño inundando de azul las fechas grises, ya borrosas de los viejos almanaques que hay en el corazón.                                                             
 (Alejandro López Andrada)

 

jueves, 27 de marzo de 2025

Cuaderno en blanco

 

Marzo, 2025

 

 

       El mes de marzo está lleno de contradicciones, de tiempo, de reflexiones, de noticias o de esos mensajes amigos que no llegan, y por añadidura se sitúa en el comienzo de una primavera que no acaba de llegar, estamos disfrutando de abundantes lluvias que nos devuelven la fe en la naturaleza, un aire limpio y la seguridad de unos campos regados como siempre fue.

      

       Cambiamos de hora a finales de mes, una costumbre un tanto irónica para ahorrar energía, aunque nunca hemos sabido si es así.

       Llegan algunos libros, y celebramos centenarios de Martín Gaite, Matute, Aldeco


a y Fraile sobre quienes iré escribiendo a lo largo del año.

       He visitado estos días un Club de Lectura con El secreto de las beguinas, y curioso y decepcionante, aunque se hubo interés por el mundo de estas singulares mujeres. Seguiremos insistiendo, merece la pena.

 

 

miércoles, 26 de marzo de 2025

Hoy tomo café con...

María Fernanda Ampuero

 

 


 

       María Fernanda Ampuero nació en Guayaquil, Ecuador, en 1976 y estudió literatura. Colabora con numerosos medios internacionales y hasta la fecha ha publicado dos libros de crónicas, Lo que aprendí en la peluquería (2011) y Permiso de residencia (2013). En 2016 ganó el premio Cosecha Eñe de relato. Pelea de gallos (2018), su primer libro de cuentos, le ha situado como una de las voces más importantes de la literatura latinoamericana actual. Ha sido traducida a distintos idiomas. En Páginas de Espuma ha publicado, además de Pelñea de gallos, Sacrificios humanos (2021) y más recientemente ha aparecido, Visceral (2024). De la narradora ecuatoriana se ha dicho, "Las imágenes de Ampuero crean un estado de malestar que, por acumulación, podría dejar de oírse; sin embargo, el cúmulo de devastaciones, narradas con espeluznante eficacia, llegan a provocar una respuesta ética en ese lector que no se tapa los ojos ante las violencias de capitalismo y patriarcado en sociedades cada día más vulnerables a la pobreza y el miedo." Marta Sanz, Babelia, El País. Y, además, "Sus personajes son mujeres rotas y violentadas, y hombres desesperados y hundidos. Monstruos todos. Monstruos sensibles que se friccionan, viven y matan impulsados por el poder incontestable de saberse, a la vez, víctimas y verdugos." Antonio Ortuño, Tales.

 

 

¿La muerte es un tema que, desde un punto de vista narrativo, impacta y conmueve al lector?

       La muerte es el tema narrativo por excelencia. La vida y la muerte, su contracara. La certeza de que todos vamos a morir, pero no sabemos cuándo, hace que nuestro paso por el mundo tenga esa torpeza y esa magia y ese egoísmo y esa desesperada búsqueda de inmortalidad(es).

 

¿La realidad es materia narrativa siempre, o tal vez debamos echarle imaginación?

       No es posible una narrativa sin realidad. Hasta la más demencial criatura de la ciencia ficción tiene algo que nos permita imaginarla: gelatinosa, transparente, reptiliana. La realidad es lo único que permite la imaginación.

¿Se siente usted una provocadora con su literatura?

       No lo sé. Depende de cómo entendamos el término provocadora. Si ser provocadora es estar en los márgenes y defender ese lugar de enunciación marginal, entonces sí, porque hasta ahora la literatura se movía en los centros (hombre, heterosexual, blanco, occidental u occidentalizado, con mente colonizada y colonizadora, privilegiado a nivel económico y social, etcétera) y todo lo que quedaba fuera de eso era considerado provocador porque no era ‘la norma’. Claramente yo no soy normativa ni mi literatura lo es (por fortuna). Si eso es provocador, pues, lo agradezco. 

Ahora, si pensamos en que ser provocadora es alguien que busca una respuesta basada en el amarillismo y el sensacionalismo y que se quede ahí, entonces no.

 

¿Deberíamos calificar sus personajes femeninos y masculinos como víctimas y verdugos?

       No. Y si alguien lo hiciera es porque o no me ha leído o me ha leído mal.

 

¿Un bien cuento se acerca a una ética realista, o a un ensayo profundo sobre la condición humana?

       Un buen cuento es un artefacto narrativo que es verosímil, que conmueve, que no se puede dejar de leer de un tirón, que se queda en la memoria mucho más de lo que duran sus páginas. No creo que tenga que ver nada con la ética. Un buen cuento es un buen cuento porque mueve una emoción a pesar de ser sólo un fogonazo. Un buen cuento es un rayo.

 

¿Tras Pelea de gallos (2018) y Sacrificios humanos (2021) se hacía necesario una reflexión ensayística sobre algunos de esos temas que había convertido en literatura?

       Necesario, creo, no es nada más que la paz. No creo que la literatura sea necesaria. Sí que paren de bombardear Palestina, sí que haya políticas migratorias que no permitan que mueran tantas personas intentando llegar a Europa o Estados Unidos. Lo que pasa es que, como yo no puedo dar mi vida por la paz o por los derechos humanos básicos, escribo.

 


Un libro como Visceral (2024) se acerca más a un concepto híbrido de la literatura?

       Visceral es híbrido, sí. Responde un poco a esa idea contemporánea de literatura queer en el sentido de tener un género (literario) fluido: no binario, una cosa y la otra también. Es poesía, periodismo, diario, narrativa, memoria, ensayo. Es todo eso y, a la vez, no es ninguna de esas cosas. Es un artefacto queer. 

 

¿La furia y la réplica, el rencor y la ira nunca han sido señas de identidad de la mujer?

       No y debería. Lo que pasa es que se nos enseña que la mujer sumisa, en el caso de las sociedades católicas la Virgen, es el ideal de mujer. Y cuando entra en juego la fe, las políticas patriarcales encuentran un campo fértil para el castigo autoimpuesto por la víctima. Se nos enseña a no buscar la libertad, sino la aceptación social. Eso, por ejemplo, nos convierte en cuerpos e identidades en constante revisión y censura. Creo que lo único que nos puede sacar de ese círculo vicioso es el feminismo.

 

¿Los textos que compone, Visceral, son una revisión sobre la memoria?

       También, pero, como decía, son mucho más que eso.

 

¿La madre sigue siendo ese núcleo esencial e importante que vertebra, en cierto modo, todo el entorno familiar?

       Ese es un tema importantísimo porque la madre es la gestante, pero también la que cría, la que nutre, la tierra, la Virgen María. El concepto de lo materno es bastante amplio y abarca muchas instituciones e ideologías incuestionables. Lo incuestionable se convierte rápidamente en dictatorial y fascista. Pensar en una madre como una dictadura, tanto para hijes como para madres, creo que ayuda a romper esas cadenas de perfección, devoción y perdón absolutos porque eso no existe.

 

El cuerpo femenino y sus connotaciones, ¿cómo se ve desde la perspectiva de una narradora?

       De la única forma en la que puedo verlo: mi cuerpo. Mi lugar de batalla y de enunciación es mi cuerpo.

 

La trasgresión, la vulneración y la violación, ¿parece que en ciertos países nunca se termina con esta lacra, y por consiguiente es necesario denunciarlo desde cualquier óptica?

       Ya no es solamente cuestión de denuncia. Creo que es cuestión de (re)pensarnos como sociedad y como individuos, quiero decir, como especie. No hay ningún país del mundo en el que no se vulneren los derechos de las mujeres, en los que no se cosifiquen sus cuerpos y exista un ordenamiento frente a sus deseos y libertades. Ninguno. La tasa de violencia contra la mujer cero no existe ni en los países nórdicos ni en Japón ni en ninguna sociedad que entendamos como ‘avanzada’ en cuestión de derechos civiles. Eso hay que pensarlo a nivel mundial porque echar balones fuera y considerar que los machistas son los países con desigualdad social es una forma más de racismo, colonialismo y xenofobia.  

 


¿Seguimos siendo enfermos en este mundo contemporáneo?

       Estamos más enfermos que nunca.

 

¿A estas alturas concibe su literatura, la función de sus textos, como posible terapia?

       No. Hace mucho tiempo que la única cosa que entiendo como terapia es la terapia.

 

¿La pandemia, reciente, supuso algo más que el contagio y la posible muerte?

       Sí, supuso un enfrentar que los seres humanos somos peores que los virus. Somos la enfermedad más mortal.

 

¿Después de escribir este libro sigue usted siendo tan visceral como antes de ponerse con su escritura?

       Mucho más. Muchísimo más.

 

 

 

 

martes, 25 de marzo de 2025

500.000 visitas

 

Hace unos días el blog alcanzaba una increíble cifra de visitas, 500.000, y eso a lo largo de los últimos diez años que, divididos anualmente, se convierten en 50.000 visitas al año, y por meses, algo más de 4.800 redondeando. Es una suerte tener seguidores en medio mundo, o quizá en todo el mundo que sigan mis reseñas, trabajos literarios de fondo, entrevistas, imágenes y cuanto doy de contenido a estas páginas.

 

Gracias,   

                 Gracias,

                                Gracias

                                             Y de nuevo gracias.

viernes, 21 de marzo de 2025

Lecturas de Primavera, 1

       Existen muchas maneras de viajar, sin olvidar las más convencionales como hacerlo en en un coche, tomar un tren, embarcar o subir a un avión para que nos lleve al destino elegido, y otra alternativa, no tan aventurera y emocionante, se concreta y circunscribe a coger un libro con las dos manos y desde un cómodo sillón pasar sus páginas y sumergirse en la placentera lectura de aquello que nos propone su autor, en este caso la crónica que Joaquín Belda envió durante veinte días desde el Nueva York de 1929 y que, Trifaldi, reúne bajo el título de En el país del bluff (2024).  

 

 JOAQUÍN BELDA

Cartagena (Murcia) 1883 – Madrid 1935.

Estudió en Orihuela y Granada, instalándose definitivamente en Madrid en 1900, donde se licenció en Derecho seis años más tarde, aunque su verdadera vocación era el teatro. Su experiencia literaria tiene un primer hito en Un baile de trajes, novela que escribe a petición de Cristóbal de Castro para El Cuento Semanal. Aficionado a la historia de Roma, y proclive ya desde sus primeras obras al erotismo humorístico o burlesco, escribe la novela que constituirá un gran éxito y muchas ediciones, La suegra de Tarquino (1909). Su reconocimiento se consolida con La Farándula (1911), sobre el mundo del teatro, y sobre todo, con La Coquito (1914), que tuvo 12 ediciones, y fue llevada al cine en 1977. Desde 1924 vivió fuera de España (Biarritz, París), época en la que viajó por Italia, Cuba, México, Nueva York…En 1929 hizo un recorrido por las bodegas españolas publicando esa experiencia en Vinos de España. De extensísima bibliografía, algunas de sus obras, Memorias de un suicida (1910), El pícaro oficio (1914), Aquellos polvos (1916), Memorias de una máscara (1928), Una mujer de asalto (1932).

 


 

En el país del bluff (Veinte días en Nueva York)

17,00 

JOAQUÍN BELDA

NARRATIVA DE VIAJES

Nueva York en 1926.
Un recorrido por la ciudad
de los Rascacielos en los
tiempos de la Ley Seca.

Resumen

Nueva York en junio de 1926. Joaquín Belda llega a la gran ciudad procedente de Méjico, dispuesto a darnos sus impresiones sobre todo lo que sea objeto de su curiosidad de gran novelista. La Megalópolis de la Gran Manzana está sumida en la Ley Seca, pero los muchos modos que hay de sortearla resulta en la pluma de Belda un catálogo de formas ingeniosas de hacerlo. De la mano del corresponsal de ABC en la gran ciudad, Miguel de Zárraga, que hace de las veces de cicerone, y de otros amigos de la prensa a los que va conociendo durante su estancia, Belda recorre todos los ambientes y todos los barrios. Interesado en la producción cinematográfica, como otros muchos escritores españoles, visita las oficinas centrales de la Fox y la Paramount. Se relaciona con la nutrida colonia española en Nueva York en la que no falta alguna pareja de posición elevada que celebra en su lujoso apartamento neoyorquino veladas muy interesantes. Nada escapa a la observación atenta y burlona de Belda: los espectáculos, las costumbres, la ópera, los clubs españoles en Nueva York, las editoriales y librerías, los ricos de la Quinta Avenida…Frecuenta a los actores y actrices españoles presentes en la gran ciudad, como Ernesto Vilches e Irene López Heredia, o la simpática tonadillera y bailaora Amalia Molina. Cuando ya casi finaliza su estancia en la ciudad de los rascacielos, imparte una conferencia desde la sala Town Hall de la calle 43, y visita la casa de Edgard Allan Poe.

“Broadway es una calle relativamente serpentinesca, que atraviesa Nueva York de parte a parte, haciendo eses como si estuviera borracha, como si se le hubiera subido a la cabeza el deslumbramiento de su propia luz. El transeúnte que lo quiera seguir a pie en todo su trayecto —cuatro horas de caminos; yo lo intenté varias veces— se verá sometido a continuas sorpresas”

 

En el país del bluff (Veinte días en Nueva York)

17,00 

JOAQUÍN BELDA

NARRATIVA DE VIAJES

Nueva York en 1926.
Un recorrido por la ciudad
de los Rascacielos en los
tiempos de la Ley Seca.

Resumen

Nueva York en junio de 1926. Joaquín Belda llega a la gran ciudad procedente de Méjico, dispuesto a darnos sus impresiones sobre todo lo que sea objeto de su curiosidad de gran novelista. La Megalópolis de la Gran Manzana está sumida en la Ley Seca, pero los muchos modos que hay de sortearla resulta en la pluma de Belda un catálogo de formas ingeniosas de hacerlo. De la mano del corresponsal de ABC en la gran ciudad, Miguel de Zárraga, que hace de las veces de cicerone, y de otros amigos de la prensa a los que va conociendo durante su estancia, Belda recorre todos los ambientes y todos los barrios. Interesado en la producción cinematográfica, como otros muchos escritores españoles, visita las oficinas centrales de la Fox y la Paramount. Se relaciona con la nutrida colonia española en Nueva York en la que no falta alguna pareja de posición elevada que celebra en su lujoso apartamento neoyorquino veladas muy interesantes. Nada escapa a la observación atenta y burlona de Belda: los espectáculos, las costumbres, la ópera, los clubs españoles en Nueva York, las editoriales y librerías, los ricos de la Quinta Avenida…Frecuenta a los actores y actrices españoles presentes en la gran ciudad, como Ernesto Vilches e Irene López Heredia, o la simpática tonadillera y bailaora Amalia Molina. Cuando ya casi finaliza su estancia en la ciudad de los rascacielos, imparte una conferencia desde la sala Town Hall de la calle 43, y visita la casa de Edgard Allan Poe.

“Broadway es una calle relativamente serpentinesca, que atraviesa Nueva York de parte a parte, haciendo eses como si estuviera borracha, como si se le hubiera subido a la cabeza el deslumbramiento de su propia luz. El transeúnte que lo quiera seguir a pie en todo su trayecto —cuatro horas de caminos; yo lo intenté varias veces— se verá sometido a continuas sorpresas”

 

jueves, 20 de marzo de 2025

Desvelando secretos

 

Hoy, 20 de marzo, invitado por el Club de Lectura de Cafetería H-Elarte, intentaré desvelar El secreto de las beguinas, la nueva edición que Trifaldi editaba recientemente. La cita será a las 19´00 horas y conversaremos sobre ese mundo femenino del siglo XVII, una novela ambientada en el beguinato de Brujas y en el marco de las continuas guerras en Flandes.

 


 

miércoles, 19 de marzo de 2025

Hoy invito a…


María Ángeles Pérez

 

AMANECERES

AGUJEROS

 

       Recuerdo que, cuando era una ingenua e inocente niña, criada en un entorno rural, mi madre me mandaba “tapar el agujero”; con ello se refería al conducto que unía la zona donde se refugiaban las gallinas, durante la noche, del lugar donde pasaban el día, en total libertad, para no ser devoradas por las violentas e insaciables zorras nocturnas. Hoy decimos que vamos a tapar unos agujerillos aprovechando la suerte de que nos ha tocado la lotería. Otros la transforman en “bujero”, rayando en la vulgaridad, con la finalidad política de llamar la atención de sus seguidores. También sentimos cierto temor al oír hablar de agujeros negros porque nos imaginamos un lugar oscuro, por el que podemos ser engullidos, y no lograríamos salir. Por cierto, para agujero negro, tirando a insoportable, ese en el que tuvo que sumergirse Melania Trump, en forma de sombrero tramposo, el día de la inauguración presidencial, quizá para esquivar, públicamente, el beso traicionero de su marido y para ocultar al mundo el rostro de sumisión y de pena que se le avecinaba en el negro futuro de su particular agujero.

 

viernes, 14 de marzo de 2025

Club de Lectura

 

El próximo jueves, día 20 de marzo, estaré con el Club de Lectura de la Cafetería H-Elarte, conversando sobre El secreto de las beguinas (Trifaldi, 2024) novela que han leído durante este mes. Será, sin duda, una experiencia compartir su visión sobre el mundo de estas extraordinarias mu


jeres en el beguinato de Brujas.

jueves, 27 de febrero de 2025

Cuaderno en blanco

 

Febrero, 2025

 

       Febrerillo loco de días fríos y a falta de una lluvia que endulce la primavera, y limpie una atmósfera cargada por la falta de agua; algún que otro proyectos asoman a la espera de formalizarse, entrevistas a Pedro Ugarte y Emilia Lanzas que aparecerán en las próximas semanas.

 


 

       Febrero no es un mes de acontecimientos y se despide con días de sol, calores incómodos, carnavales en medio mundo y la amenaza de una perspicaz sequía que nos atormentará a lo largo de los próximos meses. Los acontecimientos en el mundo inquietan a la mayoría, quizá porque el ciclo del bienestar ya haya caducado y tengamos que enfrentarnos a problemas que creíamos solucionados. Febreo es el mes de los recuerdos, de los amigos que se fueron, de esos que se echan de menos.

 

 

viernes, 21 de febrero de 2025

Hoy invito a...


Antonio Tejedor García


 

Cada fin de semana, un libro

UN CUENTO DE NAVIDAD PARA TERESA.

Pedro M. Domene

 

Un cuento de Navidad para Teresa

Pedro M. Domene

Madrid, Trifaldi, 2024

 

       Hay libros que llegan al corazón de los lectores de muy diversas formas: unos te reafirman en tus propias ideas, otros te hacen recordar épocas y hechos concretos y los de más allá te tocan la fibra al poner delante de tus ojos aquello que estás deseando ver. Pues eso mismo ha sucedido con Un cuento de Navidad para Teresa, un librito que con la disculpa de la Navidad recrea el diálogo de un abuelo con su nieta en torno a todos los temas que la Navidad trae consigo para dar un soberano repaso a quienes nos creemos que sabemos, a los mayores que tantas veces despreciamos a los pequeños por ingenuos y sin apenas conocimientos de la vida. La experiencia podrá ser la madre de la ciencia, pero habría que discutir para qué utilizamos ese saber, porque se nos llena la boca de palabras grandilocuentes, de solidaridad, de ayuda, de empatía con los demás y ahí acaba la traducción de las ideas, en palabras. Como mucho, en una limosna a una u otra ONG para atemperar un poquito el sufrimiento de estas o aquellas gentes a causa de hambrunas o guerras.

       Más allá de las creencias religiosas de cada uno, de la traducción de leyendas en historias o de la creación de mitos y fantasías que en su tiempo sirvieron al hombre como explicación del mundo en que vivían -luego que cada cual, si le apetece, estudie la historia de las religiones y se haga su propia configuración- este Cuento de Navidad para Teresa nos presenta un diálogo alegre y distendido entre un abuelo y su nieta que quiere conocer la historia de la Navidad cristiana y sus personajes reales o alegóricos. Un cuento lleno de ternura y de inocencia en una niña que desborda sensibilidad. 

 


 

       Un cuento que no se reduce al aspecto religioso de hace veintiún siglos, sino que engarza aquellas historias con la que viven hoy en día en aquellos mismos lugares con el salvaje asesinato masivo de palestinos a manos del ejército israelí mientras Europa, tan solidaria, dicen, tan progresista, mira para otro lado.

       Aparte de todo esto, el libro me ha resultado de lo más entrañable por lo que decía al comienzo de estos comentarios, pues me ha traído a la memoria los cuentos que diariamente yo le contaba a mi hija antes de dormir. Y es curioso constatar la semejanza de los diálogos, cómo siguen haciendo las mismas preguntas y nosotros, en ocasiones, nos vamos por las mismas ramas. Y los esfuerzos del abuelo -a mí me pasó lo mismo- a la hora de contar el cuento con las palabras adecuadas a su edad y conocimientos, las explicaciones que a nosotros nos parecen capciosas y no lo son en absoluto.

       Ha sido un placer leer este Cuento de Navidad para Teresa, tan entrañable, pero no siempre cómodo para los adultos, que los niños hacen preguntas que te desnudan y hay que darles respuestas, no vale el “ya te lo contaré mañana” o “lo dejamos para después de la cena”, que la abuela nos está llamando. Un diálogo magníficamente escrito, de fácil lectura y que llama a preparar el siguiente, que ya viene la nieta con más ganas aún de escucharlo.