Vistas de página en total

viernes, 25 de abril de 2025

Lecturas de Primavera, 5

 

Luna Park es fruto de experiencias vividas en Estados Unidos, un país tan mío como España. Es ficción y no ficción al mismo tiempo; lo que sea no importa demasiado. Tal vez tenga cierta identidad norteamericana, y aunque detesto poner etiquetas, me arriesgaré a dejar esta. Los temas de este libro exploran sentimientos paradójicos de la sociedad estadounidense, especialmente en Nueva York: el vacío identitario de los llamados suburbios, el racismo atroz, la vigilancia vecinal, la impostura del movimiento woke, la normalización de los suicidios diarios, la degeneración de gran parte de la academia norteamericana, la enfermedad mental y sus laberínticas soluciones, la atroz soledad y la ternura de los inesperados encuentros que suceden como consecuencia. También incluye temas profundamente controvertidos y muy estadounidenses, como el rastreo a través de aplicaciones telefónicas de los pederastas cercanos a ti en ese momento, aunque hayan cumplido sus condenas.

Sin embargo, Luna Park no es un libro oscuro. Al menos, no lo es para mí. Me divertí escribiéndolo, y creo que el humor, la ironía y la contradicción están presentes en estos cuentos como elementos vitales y lúdicos. Es un libro que veo tal como veo a Nueva York: una ciudad imposible de resumir mejor que en estas palabras de Colson Whitehead: "Esta ciudad (Nueva York) es una recompensa por todo lo que te permitirá alcanzar y un castigo por todos los crímenes que te forzará a cometer".

 


 

miércoles, 23 de abril de 2025

Hoy invito a...

 


María Ángeles Pérez

AMANECERES

 

MASCARADAS

 

     

 

  Pasada la fiesta carnavalesca, y ante mi continua defensa de la máscara única, que va a su aire pasando de cualquier tipo de desfile y aspiraciones de premios establecidos opté, como siempre, por un exclusivo disfraz. Mi imaginación no ha hecho malabares especiales para elegir el tipo de atuendo que llevaría. Busqué una peluca rubia panocha con pelos eléctricamente enchufados, traje de chaqueta oscuro y corbata roja horteras hasta la saciedad y, por último, escarbé en todos los rincones para encontrar una careta que expresara la máxima estupidez y simpleza, así como maldad e indiferencia ante el mundo. Vamos, lo que solemos llamar por aquí “cara de tonto pillo”. A estas alturas no dudo que ya está en todas sus mentes la caricatura del patético personaje al que hago referencia. Un chaparrón inoportuno vino a estropear mi atuendo, estrujando el pelo repelente que cubría mi cabeza. Sentí un escalofrío. No lo dudé, era un mal presagio de mi esperpéntica elección. Me despojé rabiosamente del disfraz y recibí  plácidamente la lluvia, que ahora sí caía sobre mi cuerpo mágicamente relajado.

 

viernes, 11 de abril de 2025

Lecturas de Primavera, 4

 

Mar de las ágatas

Número de páginas: 98

José Antonio Sáez

Los poemas que se integran en Mar de las Ágatas constituyen el legado esencial entre los escritos tras mi última entrega titulada La memoria en llamas (Poesía reunida 2010-2020), inmerso en un proceso de decantación poética y lingüística a la par; siempre tras el objetivo de esa conciencia espiritual que se identifica con el encuentro […]

Mar de las ágatas

Número de páginas: 98

José Antonio Sáez

Los poemas que se integran en Mar de las Ágatas constituyen el legado esencial entre los escritos tras mi última entrega titulada La memoria en llamas (Poesía reunida 2010-2020), inmerso en un proceso de decantación poética y lingüística a la par; siempre tras el objetivo de esa conciencia espiritual que se identifica con el encuentro […]

Mar de las ágatas

Número de páginas: 98

José Antonio Sáez

Los poemas que se integran en Mar de las Ágatas constituyen el legado esencial entre los escritos tras mi última entrega titulada La memoria en llamas (Poesía reunida 2010-2020), inmerso en un proceso de decantación poética y lingüística a la par; siempre tras el objetivo de esa conciencia espiritual que se identifica con el encuentro […]


miércoles, 9 de abril de 2025

Hoy tomo café con...

 

Natalia García Freire

 

 


 

 

       Natalia García Freiré, Cuenca-Ecuador, 1991. Es profesora de Escritura Creativa, Relato breve y Novela en la Escuela deEscritores de Madrid. Nuestra piel muerta (2019), su primera novela, fue traducida al inglés, turco, francés, italiano y danés. Trajiste contigo el viento (2022) fue su segunda novela. Ha publicado en Páginas de Espuma, la colección, La máquina de hacer pájaros (2024).

 

 

¿El cuento, para usted, se convierte en un auténtico reto narrativo?

       Es un reto porque es un territorio quizá más cercano a la poesía, en el sentido en el que uno va en busca del lenguaje, de la forma, de las capas de sentido que se condensan en poco espacio. Si un relato no funciona tras muchas reescrituras, puede que después de años vuelvas a él y encuentres el camino. Es un reto porque es un territorio en el que uno va a buscar un secreto y puede que no lo encuentre jamás y por eso también es hermoso porque es un reto y un juego.

 

En La máquina de hacer pájaros (2024), ¿se enfrenta al relato con una mirada y una perspectiva distinta a la novela?

       En general me enfrento a la escritura como una búsqueda, como un cavar en el lenguaje hasta ir encontrando lo que aparece, casi como una arqueología debajo de lo aparente. En ese caso, el método no es distinto, pero la mirada sí. Creo que en la Máquina de hacer pájaros he tratado de reírme mucho, de mí misma, de la escritura y he usado elementos fantásticos, en mis novelas había cierta atmósfera fantástica, pero no había usado esos elementos tan claros. En La máquina de hacer pájaros fui en busca de esos elementos, de eso que es el lenguaje, fantasía, imagen, abrir fisuras en la realidad y ver lo que hay debajo.

 

Una buena dosis de ironía salpica sus cuentos, ¿es un requisito indispensable para construir un buen relato?

       No sé si es indispensable, hay autores que admiro mucho y no lo usan, pero entre mis favoritas y favoritos sí que está casi siempre presente, en Amy Hempel o Stephen Dixon o Angela Carter, Mario Levrero. Creo que la ironía también genera cierta complicidad con el lector, como si pudiese estar con esos personajes, tener ciertas expectativas y que todo salga mal, aun así, reírse un poco y seguir. 

 

¿Ha necesitado enfadarse con el mundo para escribir estos cuento?

       Creo que es raro que una persona no esté enfadada con el mundo, con lo que pasa en el mundo. Quizá vivo bastante enfadada con el mundo, como muchas y muchos, pero cuando escribo hay otras emociones en juego, busco la ternura, busco el juego, busco lo monstruoso también, y escribo desde esos sitios. Quizás más que desde el enfado, he escrito el libro desde la incomodidad, la incomodidad de habitarme y de habitar el lenguaje, el cuerpo.

 

¿Cree en un excesivo culto al cuerpo?

       Sí, creo que es evidente y que está demasiado normalizado. Es quizá de las cosas más monstruosas en esta época y muchas veces eso se relaciona con la idea de tener un cuerpo y no ser un cuerpo. Somos cuerpos, somos fluidos, somos carne que se pudre. El culto al cuerpo a veces impide que veamos con naturalidad eso que somos, parece que lo tenemos y lo podemos convertir, moldear, cambiar, que es una cosa y no eso que somos todo el tiempo. 

 

 

El mundo femenino aflora en sus relatos, ¿cómo se vive ese mundo en los países del otro lado del Atlántico?

       Todavía hay mucho por conquistar, todavía hay demasiado silencio entre madres, abuelas, hijas. Necesitamos encontrar formas de gritar, de hablar, de romper ese silencio. Pero también es un mundo lleno de ternuras, fortalezas, un mundo cada vez más organizado, sobre todo en países como Ecuador, la fuerza está ahí, en los feminismos, en las mujeres indígenas, ha tomado tiempo, pero creo que es ahí donde está la esperanza de nuevas formas de pensarnos como país.

 

Sus personajes femeninos no aceptan su destino, ¿este hecho motiva la extrañeza que subyace en estas vidas atormentadas?

       Creo que eso motiva la extrañeza, pero también esos vínculos inesperados entre lo femenino y lo animal, vínculos de ternura y complicidad, de humor y de un lenguaje que no es el de todo el mundo, sino el que se construye en un mundo ajeno, propio, de rarezas y extravíos. No aceptan su destino y van creando sus propias formas de afectos.

 


¿La literatura ha dejado de hablar de la infancia como si esta no fuera ya un territorio sagrado y significativo?

       Me parece que la literatura siempre está emancipándose de los significados que han sido idealizados; la infancia y también la familia o el hogar han sido siempre territorios sagrados o incuestionables y muchas autoras han puesto el foco en subvertir esos significados. La infancia también es el terreno de lo monstruoso, un sitio fundacional en el que no todos los personajes encuentran un espacio sagrado, a veces encuentran solo desamparo o dolor. Y creo que esa emancipación de los temas y las perspectivas amplían mucho las posibilidades de las historias que escribimos

 

¿El lector aprecia en sus cuentos las lagunas de la sociedad?

       Me gustaría que el lector entrase en esa fisura de la realidad en donde la sociedad, sus formas, sus sistemas se ponen en cuestión. Creo que la literatura no debe responder siempre a todas las preguntas, debe dejarnos con más inquietudes, rasgar y cavar en todo aquello que parece sólido.

 

¿El tratamiento del lenguaje es igual en una novela que en un cuento?

       En mi caso sí, el tratamiento del lenguaje es igual, uno persigue el lenguaje de cada historia independientemente de su forma. Sin embargo, sí que hay algo más de pelea con el lenguaje en el relato, en la novela puedes desviarte, perderte en un bosque, en el cuento tratas de llegar a un sitio en donde miras algo por única vez; el lenguaje es quizá incluso más escurridizo y hay que correr tras él. En la novela puedes desandar caminos, extraviarte mucho más. En el cuento, me parece que no, que tienes que atrapar cuanto antes la imagen, la emoción, ir detrás de ese lenguaje antes de que la visión desaparezca. Quizá por eso muchos cuentos se escriben en una sentada, aunque luego los reescribas muchas veces, porque persigues una especie de revelación.

 

El tema de la maternidad, irrenunciable, en el relato cotidiano aparece en su libro como algo hermoso, extraño, incluso horrendo, ¿es su particular visión al respecto?

       Tengo muchas visiones con respecto a la maternidad. Creo que debe ser deseada y vivida con todas sus contradicciones. Creo que esa no es la realidad de muchas maternidades, que hay horror y monstruosidad en torno a muchas maternidades y es terrorífico que vivamos en un mundo en el que muchas mujeres ni siquiera pueden hablar de eso y menos tener opciones.

 

La familia es un recurso literario importante, ¿de alguna manera esta complementa su visión de la realidad?

       La familia es un territorio, una institución que hay que cuestionar todo el tiempo, porque no hay una forma única de familia. Me gusta poner el foco en los vínculos familiares que son en apariencia normales, pero basta con que un elemento se subvierta para que veamos cómo una familia es también un artefacto extrañísimo, una serie de personas con vínculos mutilados, monstruosos, que tratan de sobrevivir. Como dice Fabián Casas: “todo lo que se pudre forma una familia”.

 

Realismo mágico y fantasía, surrealismo y ciencia-ficción, ¿muestras inequívocas para contar una realidad universal?

       No encuentro otras formas de relacionarme con las historias que partiendo de esos elementos fantásticos, surreales, de la ciencia ficción; necesito ese lenguaje alucinado para entender a mis personajes, que están siempre transformándose o a los que les pasan cosas extrañas, pero a ellos no les parecen extrañas. Creo que los géneros fantásticos, no miméticos, son tan antiguos como el mundo, no solo contamos historias, imaginamos otros mundos, otros seres porque la imaginación es una extensión del lenguaje, por eso creo que esas formas de narrar nunca dejarán de mostrarnos la realidad universal. Es el lenguaje más natural que tenemos.

Instalada en el catálogo de Páginas de Espuma, ¿cómo se siente formando parte de ese proyecto editorial?  

       Es un honor muy grande. No solo por compartir catálogo con autores y autoras que admiro, también porque es una editorial que ha hecho un trabajo grandísimo de crear lectores de cuento, buscar esos lectores, pelear contra el canon de la novela. Parecería un sueño imposible, pero ellos lo han hecho y ser parte de ese proyecto entusiasma mucho. 

viernes, 4 de abril de 2025

Lecturas de Primavera, 3


Así empezó todo

16,00 

Pedro M. Domene

Narrativa-novela

Un retrato generacional de verano

ambientado en las playas de San Juan

de los Terreros, en la década de los 70.

Resumen

En una playa de la provincia de Almería, San Juan de los Terreros, coinciden dos chicas y un chico a punto de abandonar la adolescencia, durante tres veranos consecutivos, entre 1972 y 1974. De sus encuentros, primero casuales y luego buscados, va surgiendo un vínculo que se fortalece en espontáneos diálogos. A través de sus conversaciones se va dibujando una generación de jóvenes que aún viven los epígonos de la dictadura. Sus ansias vitales, sus expectativas amorosas, sus aspiraciones…, pero también sus trabas familiares y sociales de una España aún anclada en el atraso y, hasta cierto punto, chapada a la antigua.

Tirando de algunos recuerdos personales, Pedro M. Domene consigue articular una novela que desde la mirada del presente, nos lleva a revivir el aroma de aquellos primeros años 70. Cine y música de aquella época sobrevuelan en este relato: Verano del 42, la película de Robert Mulligan, o la música de Carpenters, Beatles, “Alone Again”, de Gilbert O´Sullivan, Steve Wonder, Los Diablos, Formula V…conforman la mitología juvenil de estos personajes. Sus animados diálogos nos trasladan al ambiente de las dos míticas películas de Éric Rohmer, Ma nuit chez Maud y Le genou de Claire.