M. Ángeles Pérez
amaneceres
NOSTALGIA
Quizá cierta nostalgia incitó a Pedro M. Domene a escribir Así empezó todo. Si ha sido así, bienvenida bendita nostalgia, porque ha conseguido transportarnos a melancólicos recuerdos ubicados en las paradisíacas playas de S. Juan de los Terreros, en los primeros años de la década de los setenta. Bajo el paraguas de una historia de amor, rayando en el perfil de lo platónico, nuestra mente se permite el lujo de hacer un profundo retrato perfecto y psicológico de sus personajes, a través de un ameno y sencillo diálogo y nos imaginamos a una generación que vive los últimos coletazos del franquismo, así como a todas aquellas inquietudes y sentimientos que compartían tanto musicales, cinematográficas y emocionales. S. Juan de los Terreros, a pesar de los avances del desarrollo urbanístico y de la especulación inmobiliaria, sigue siendo un lugar idílico para estar, para vivir, para continuar oteando puestas de sol que nos transportan a esa “juventud perdida” que vivió intensamente una transición política e histórica, y que nos llevaría a la cimentación sólida de nuestra actual democracia.
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