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miércoles, 14 de mayo de 2025

Hoy invito a...


María Ángeles Pérez

AMANECERES

LECTURAS

 

   Como cada año, el veintitrés de abril, sobre la mesa descansaba, envuelto en papel algo descolorido, el libro que caería sobre mis manos. A su lado, y destacando por un color rojo aterciopelado, reposaba una rosa cumpliendo la tradición. Con emoción rompí el papel de embalaje y leí: Los nombres de Feliza  de Juan Gabriel Vásquez. Mi intriga me llevó a iniciar su lectura de una manera algo acelerada, y a sumergirme en el mundo de la imaginación a través de la historia que se contaba: la vida difícil y atormentada de Feliza. Mezclando ficción y realidad Vásquez no conduce hacia el alma de una mujer de espíritu libre arrastrada por el ciclón inestable del momento histórico y político que le tocó vivir. Escultora colombiana, muerta repentinamente en 1982 en la ciudad de la luz, motivo por el que García Márquez, amigo de Feliza, le dedicara una entrañable columna con este mensaje, “murió de tristeza”. Tristeza percibimos en la vida de Feliza una vez que cerramos el libro. Siento la necesidad de poner sobre su tapa esa rosa roja que me han regalado. No lo dudo ni un momento y así lo hago.

 

 

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