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martes, 2 de junio de 2020

Francisco López Serrano


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                         Vive y viaja al margen
       Parodia de la realidad “beat” de la novela, En el camino, de Jack Kerouac




      La novela de Jack Kerouac, En el camino (1951) se ha convertido con el paso de los años en esa obligada referencia y símbolo de toda una generación. Cuenta los viajes que Kerouac realizó con sus amigos, transcribió sus experiencias con un estilo muy personal, fresco y veloz porque fue escribiendo directamente como le venía a la cabeza. Dos factores caracterizan la obra, veracidad del texto, nacido de la misma experiencia, y un estilo ligero, rasgos literarios que coinciden con otros sociológicos de toda la generación “beat”: sus ganas de vivir y la inquietud por lo que sucede en el mundo, cuestiones que para ellos fueron ineludibles.
       Francisco López Serrano (Épila, Zaragoza, 1960) fascinado por el poeta Rimbaud en su primera juventud, su literatura se muestra a día de hoy tremendamente inquieta, y relativamente punk porque la rebeldía, la provocación y la indignación son buenas motivaciones para escribir a diario, una actitud evidente en contra de absolutamente todo. El elemento más constante, para López Serrano, es la parodia de la realidad, esa forma esperpéntica de acercarse a lo cotidiano que nos permite una mirada al mismo tiempo tan insólita como lúcida, y por extensión crítica sobre ella; lo paródico muestra la realidad deformada para, mediante el recurso del extrañamiento, recuperar ese verdadero sentido que la mirada habitual, los prejuicios y la costumbre nos ocultan. De nuevo vuelve a la actualidad narrativa y literaria con una novela que, como evidencia su título y pretensiones, evoca explícitamente el clásico de Kerouac, aunque dueño de esa irónica percepción de una realidad que caracteriza a nuestro narrador, titula En la cuneta (2019) y, en realidad, es un claro intento de llevar a cabo una completa labor de desmitificación de una época, porque mientras que en la obra de Kerouac latía un aliento épico moderno, en esta novela se vislumbra una mirada bastante menos heroica, con esa vena humorística y esa sutil ironía con que se caracterizan las historias de López Serrano.
       El autor cuenta las andanzas de un grupo de jóvenes, de Rocco, Alicia y Pablo, y sobre todo de su gran amigo Chavi que en la España de de los 70 creyeron en una vida distinta y durante un tiempo se dedicaron a “rular”, esto es, viajar y vivir al margen del sistema establecido, disfrutando con cada una de sus experiencias del momento, sobreviviendo en comunas y pisos de amigos, sin mayores preocupaciones que la música, las drogas y el alcohol, la discusión político-filosófica y, en algunos casos, el ansia de convertirse en futuros escritores; incluso en la búsqueda de esas desaforadas relaciones sexuales por doquier que tanto ansiaban, algo fundamental pero muy pocas veces logrado, como así lo manifiesta el protagonista.
       Francisco López Serrano transcribe sus recuerdos y trata de fabular una etapa de juventud que lo convirtió en un superviviente a pesar de los excesos llevados a cabo durante un verano de su vida, así que su relato resulta una interesante reconstrucción de aquel momento, unos episodios contados con detalle y desenfado, salpicados de ironía y desfachatez, con un lenguaje característico y propio que reproduce giros y sentencias de época, y sobre todo seguimos los pasos dados por el grupo a lo largo de unos meses de verano y su llegada a una Barcelona efervescente, donde se respiraba libertad y mucho de libertinaje, y para más detalle se especifican las apariciones estelares de algunos personajes significativos de entonces, como el mítico Ocaña y su corte de locas, las apariciones y desapariciones de Leopoldo María Panero caracterizado por sus brotes de locura, o un Dalí en declive, convertido en caricatura de sí mismo y bajo la sombra de un irresistible Gala.
       El estilo de López Serrano es suelto, como nos tiene acostumbrados a su legión de lectores, y la mayoría de las veces coloquial e incluso rozando a veces lo descarnado, aunque la veracidad y lo acertado de cada expresión que consigue favorece que conozcamos un uso del lenguaje no exclusivamente políticamente correcto. Deudor en las primeras páginas de un mayor acercamiento al clásico de Keruac, mordaz e incisivo, se aleja a medida que avanza su narración y En la cuneta resulta un retrato tan despiadado como desmedido de una juventud que intentaba imitar un modo de vida, aunque algunos, como sus protagonistas, se cansaran de una vida bohemia y poco edificante, sus deseos se frustran, sin duda vuelven a una realidad más convencional y se impone un tono más mesurado que convierte sus sueños en un hondo poso de la mayor decepción. 









EN LA CUNETA
Francisco López Serrano
Tenerife, Baile del Sol, 2019

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