AMANECERES
María Ángeles Pérez
VENTOLERAS
Con frecuencia recuerdo la voz de mi madre, con tono amenazador, ante su temor de que me hubiera dado alguna ventolera, no muy apreciada dentro de su perspectiva maternal. Desde entonces asocio esa palabra a la negatividad y, hoy, para intentar justificar esa relación, que guardo en el archivo de mis recuerdos, recurro al diccionario para ver sus posibles significados. La definición que más me cuadra es la de “pensamiento o determinación inesperada o extravagante”. Sigo viendo connotaciones negativas de esta palabra en el mundo que nos ha tocado vivir. Noto ciertas ventoleras de machismo chovinista arrastrado, durante tiempo, por el dominio de la prepotencia y el poder, así como las ventoleras de ciertos individuos en escenificar guerras inmunes ante continuas matanzas de personas inocentes, anteponiendo, sin ningún tipo de escrúpulos, el dinero y el poder. Ahora comprendo los temores de mi madre, ante la posibilidad de que se lanzara sobre mí una de esas ventoleras y me poseyera, vehemente, convirtiendo aquella inocente y preciosa niña en el más terrible y maligno de los diablillos.
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