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EL
PLACER DE VIVIR
La historia narrativa de Pedro Zarraluki
(Barcelona, 1954) es una permanente reflexión sobre el silencio, y un sereno
análisis sobre la sociedad o la vida contemporáneas. Varias colecciones de
cuentos, Galería de enormidades (1983) o Retrato de familia con
catástrofe (1989) y algunas novelas El responsable de las ranas
(1990) o La historia del silencio (1994), avalan una trayectoria
ejemplar hasta el momento. Como en Un encargo difícil (2005), su
anterior entrega, Zarraluki, vuelve en esta ocasión a un espacio muy acotado
para contar su historia. El lugar elegido es un pequeño pueblo del Ampurdán, y
con el sugerente título, Todo eso que tanto nos gusta (2008), proyecta
el conflicto familiar entre un hijo y sus padres, el recuerdo de un hermano y,
sobre todo, el propio fracaso matrimonial del protagonista.
Zarraluki cuenta la historia de unos
supervivientes, vuelve al tópico de una vida retirada tras una existencia
dramática que protagonizan unos personajes de la burguesía catalana, cuando en
su madurez deciden cerrar la puerta de su pasado para emprender una
estrambótica huida, inicialmente al Tibet, para recalar en un pequeño pueblo de
la costa catalana. Allí se asienta por azar Tomás, un afamado arquitecto, que
tras su divorcio con Cristina, huye de una Barcelona decadente y pretende
encontrar su lugar en el mundo. Ricardo, hijo de ambos, víctima de una crisis
matrimonial con Clara, sigue los pasos de su padre a instancias de la madre y
encuentra a Tomás viviendo como un vagabundo en su propio coche. A partir de
este momento se inicia el verdadero relato de una impostura con el extraordinario
dibujo y la mejor actuación de unos personajes, tan variados como ricos en
matices, capaces de mostrar los distintos estamentos de una sociedad
caracterizada, en aquel lugar del mundo, por lo amable de sus actitudes:
Marcelo que ha descubierto el mundo de la literatura leyéndole a su esposa
enferma Paquita; María, la joven taxista, que se debate ante su inminente
matrimonio; Lola, la ácrata propietaria del hotelito, cultiva marihuana, vive
al margen del cualquier sentimiento de Estado, la no menos excéntrica
multimillonaria italiana Barbara Baldova, empeñada en construir en aquel lugar
«una ciudad para los creadores», y la prostituta Daryna salvada por Ricardo y a
quien regala lo mejor de su arte, completan el cuadro.
Dos partes bien definidas caracterizan
esta novela, una primera de agradabilísima lectura, bien ambientada donde se
exponen las vicisitudes de este grupo heterogéneo de ciudadanos del pequeño
pueblo, lugar de acogida de los fugitivos; y una segunda, más reflexiva, en la
que la familia irá arreglando, poco a poco, sus problemas personales,
enfrentándose a sus propios fantasmas, saldando cuentas con ese pasado que a
ninguno le parecía lo suficientemente atractivo por conflictivo y desdeñoso. Y
cada uno se irá integrando de forma muy particular en la apacible existencia
del tranquilo villorrio, mientras el lector percibe que la historia es creíble,
el ritmo adecuado, y la tragedia se torna en comedia porque, después de todo y
a simple vista, nada resulta fácil en esta vida.
TODO
ESO QUE TANTO NOS GUSTA
Pedro
Zarraluki
Barcelona,
Destino, 2008
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