José Antonio Sáez
La narrativa de Villaespesa
Berenice publica las novelas cortas del escritor almeriense
Decía Valle-Inclán, a propósito de Lope
de Vega, que era «un Villaespesa, pero con más talento». Con ello, el autor de
las Sonatas quería aludir, seguramente, a la prolífica producción literaria de
ambos escritores, a su gran facilidad para escribir; aunque incidiendo en la
superioridad intelectual de Lope sobre el modernista almeriense. Evidentemente,
esa «facilidad creativa» del almeriense de Laujar de Andarax, nacido en 1877 y
fallecido en Madrid en 1936, perjudicó su imagen como escritor ante sus
contemporáneos, que vincularon tal vez esa facilidad con la ausencia de rigor o
con la carencia de exigencia del escritor consigo mismo, por su conservadurismo
o su estancamiento estético en las coordenadas del modernismo externo. La
producción literaria de Villaespesa alcanza, en sus 58 años de vida, alrededor
de cincuenta y un libros de poemas, veinticinco obras de teatro y once novelas
cortas. Sea como fuere, por la desconsideración de algunos de sus
contemporáneos o por la crítica acomodaticia, la figura de Francisco
Villaespesa no ha sido justamente valorada en su más amplia significación como
uno de los principales fundadores del Modernismo español, junto a Rubén Darío.
El almeriense fue comedido en el cultivo de la novela corta y sus obras parecen
surgidas más como fruto de una demanda lectora y editorial, que proporcionaría
al escritor una vía para ganarse el sustento. Villaespesa sabe que no puede
competir con el talento de Valle-Inclán para la prosa o con el de otros grandes
escritores contemporáneos de la Generación del 98 a los que trató. No
obstante, hemos de decir que la producción narrativa de Villaespesa,
manifestada en el cultivo de la novela corta y el cuento, es expresión de un
alto nivel creativo, si la situamos en el primer modernismo y como fruto de las
exigencias estéticas del momento. Quizás el error de Villaespesa fue vincularse
excesivamente a ellas y no fue capaz de evolucionar hacia posiciones estéticas
más comprometidas, despegándose del modernismo más externo y escapista, tal y
como hicieron otros autores, entre ellos el mismo Rubén Darío, Juan Ramón
Jiménez, Valle-Inclán o Antonio Machado.
El último Abderramán y otras novelas
cortas se nos presenta con el propósito de recoger la narrativa completa de
Villaespesa y reúne once obras que el escritor fue publicando, refundiendo y
agrupando según sus intereses o los intereses editoriales del momento, por lo
que no es raro que cambie títulos o cree nuevos que agrupan a varias de ellas,
lo cual puede despistar al investigador, no así en el caso de Pedro M. Domene,
autor de esta edición crítica que ha trabajado en ellas a lo largo de veinte
años de su existencia y que, por consiguiente, sabe de lo que habla. Es la suya
una edición crítica que integra el esclarecedor estudio preliminar que
introduce al volumen, el cual no llega nunca a abrumar al lector con farragosos
datos eruditos, pues es la suya una edición destinada al gran público lector y
no solo a los especialistas. El citado crítico añade una somera bibliografía y
esclarece términos, expresiones y datos que aparecen en los textos con notas a
pie de página, nunca tan desmesuradas ni agobiantes que lleven a distraer la atención
del lector del itinerario central de la lectura.
Podemos dividir el estudio introductorio
en cinco apartados: el modernismo y Francisco Villaespesa, la prosa de
Villaespesa (1907-1917)», pues Domene considera que en esos diez años se
produjo la publicación de toda la obra en prosa de Villaespesa; la
clasificación de las novelas cortas, las notas a la edición y la bibliografía
esencial. Como adalid del Modernismo y entre la bohemia y la Generación del 98,
heredero de un romanticismo tardío, así como del realismo y naturalismo contra
el que reaccionó como modernista, se nos aparece un Villaespesa en sus momentos
de penurias económicas y del auge de su fama; un escritor que se gana la vida
colaborando en periódicos y revistas hasta que surge su teatro y se dedica a
viajar por los países de Iberoamérica con gran éxito, participando en la vida
social y cultural de los mismos, impartiendo conferencias y ofreciendo
recitales de su poesía.
En las páginas de la introducción, el
lector interesado hallará la caracterización de cada una de las obras que se
recogen en este volumen, lo cual no cabe en una reseña como ésta. Baste decir
que el elemento definidor de todas ellas es su heterogeneidad en cuanto a
técnicas narrativas utilizadas e influencias (romanticismo, naturalismo y
realismo, fundamentalmente); aunque en su temática predomina la fascinación
orientalizante por la cultura árabe. Y dentro de ella, la admiración por
Granada y La Alhambra resultan realmente seductoras. A mi entender, Villaespesa
encontró un filón literario que lo encumbró en su tiempo. Explotó ese filón en
demasía y quizás no supo o no quiso salir de él porque se encontraba cómodo,
instalado en el conservadurismo, anclado en un pasado legendario, poco o nada
crítico con los problemas históricos y sociales. Esto le hizo desmerecer ante
muchos de sus contemporáneos, cuando ya el Modernismo había sido sobrepasado
por la Generación del 98.
En la clasificación de las novelas cortas
que integra el volumen, Pedro M. Domene coincide con el profesor de la
Universidad de Almería José Heras Sánchez, en la siguiente: Breviario de amor y
Resurrección pertenecerían a la novela lírica; Zarza florida a la novela
bizantina/griega; Amigas viejas, novela de ambiente rural; El último
Abderramán, a las novelas de carácter plenamente oriental y Las garras de la
pantera, Las granadas de los rubíes y Las pupilas de Al-Motadid a las
calificadas de «carácter parcial»; El milagro del vaso de agua sería novela de
tesis o de fuerte contenido religioso y, finalmente, como novela de misterio se
califica a La ciudad de los ópalos.
Se trata de un volumen que se lee con
amenidad y con cuya lectura disfrutará, sin duda, el lector actual que repare
en la fantasía, el deslumbramiento y la sensualidad que destilan imágenes,
personajes y ambientes.
El
último Abderramán y otras novelas cortas. Autor: Francisco Villaespesa. Edición
crítica, introducción y notas de Pedro Domene. Editorial: Berenice, Córdoba,
2018.
Todo lo que se hace con amor y además con pasión suele alcanzar grandes metas. Tu edición está realizada con entusiasmo y con pasión y ello se hace notar. Sin duda será citada en múltiples ocasiones y tu nombre junto a ella. Felicidades. Un abrazo.
ResponderEliminarTantos años, tanta amistad, tanta admiración.
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