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LUZ QUE
MARAVILLA
Lola López
Mondéjar (Murcia, 1958) explora con su narrativa breve sobre quiénes somos, o
quiénes podemos ser, cuantifica nuestras ilusiones y desencantos, nos
transporta con sus personajes a un singular viaje, a un mundo que a la
narradora le resulta maravilloso, y una vez allí, se interroga acerca de
nuestras diferencias, o la singularidad de esas ilusiones que muestran su
vulnerabilidad y nuestra fragilidad frente a la realidad de un mundo en
apariencia tan maravilloso.
Los personajes
protagonistas de los cuentos de la primera parte de Qué mundo tan maravilloso (2018) son mujeres, Marta, Mara, Marie y
Malak, Marina, Mayte, Miriam, Marisa y Magda que buscan respuestas a las
preguntas que angustian a cada una de ellas, y solo se resuelven en un nivel
íntimo y mental. Como si en los viajes que emprenden, en esa actitud viajera,
desprovistas de una rutina cotidiana que las atenaza, se vieran de golpe
enfrentadas con el conflicto latente y esencial que las define como humanas.
La sabia
decisión de López Mondéjar para ilustrarnos con tan irónico título resulta
obvio en esa confrontación entre un mundo maravilloso y bello, artificial y
calculado a medida de un turismo de aventura y complaciente, y el incómodo deseo
que ha llevado a estas mujeres y a sus parejas a buscar una naturaleza idílica
que mitigue brevemente su tensión interior, y solo parece actuar como un
elemento catalizador porque todas se han traído en la maleta un matrimonio, una
familia, una amistad, y entonces la vida real, incluida la muerte, irrumpe sin
previo aviso en el viaje para devolver a las protagonistas a la línea inicial
de su existencia. La duda y la resignación predominan en estos relatos porque
la narradora murciana pretende mostrarnos su punto de vista sobre ese
sentimiento claustrofóbico que calificamos de amor romántico, aunque el amor
familiar también se ve contaminado por la incapacidad, el despecho y la
desilusión.
En los relatos
de la segunda parte del libro, “Mundos futuros” se habla sobre un mundo
imaginario, tema recreado por la literatura y el cine, y ya no hay viajes, ni
conflictos, solo se perciben las consecuencias, y la narradora, a modo de
advertencia, dibuja un futuro donde ya no es necesario hacerse preguntas, un
mundo donde sobran habitantes y los más conscientes, responsables o
desesperados, optan por suicidarse, de manera ritual o en una actitud descarnada.
El cuento para
Ángel Zapata (Madrid, 1961), conviene despejar una duda razonable, es un género
tan riguroso como imaginativo, repleto de posibilidades. Nos exige como lectores
un desafío con cada nuevo libro porque sus relatos siempre nos llevan a una
doble realidad inventada que se parece bastante a nuestro universo cotidiano, y
en ocasiones nos obliga a una concienzuda reflexión. La senda por la que
transita Zapata es otra manera de escribir sobre lo humano, para ejercer un
modo de contacto distinto, sobrevivir a una experiencia que le lleva a contar
creando o reflejando situaciones que ponen en juego las posibilidades de
reinventar, una y otra vez, el mundo como esa innegable posibilidad de negar
cuanto existe, y con él celebrar así nuestra libertad más absoluta.
Luz de tormenta (2018), tan surrealista
como meditativo, se convierte en un hecho de conciencia que propone un discurso
desde la exterioridad del mismo, y sobrepasa esos lugares donde nuestra vida se
muestra tan limitada, tan deficitaria como aturdida y forma parte de ese paisaje
interior que se nos supone como sujetos, e invita a los lectores a participar
en esa zona que media entre la consciencia y la inconsciencia para llegar al
conocimiento de lo profundo de nuestra existencia, y vislumbrar esa “luz en la
tormenta”.
QUÉ MUNDO
TAN MARAVILLOSO
Lola
López Mondéjar
Madrid,
Páginas de Espuma, 2018
LUZ DE
TORMENTA
Ángel
Zapata
Madrid,
Páginas de Espuma, 2018
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