…me gusta
CRÓNICA
DE UN VIAJE
El narrador José Luis Muñoz
(Salamanca, 1951) convierte en novela la crónica de un viaje a la ciudad de
Nueva York, y de la mano de Martin Eden y de Marc Emmerich,
un guía particular, recorren algunos de los rincones, avenidas y barrios que
Eden no había visitado en dos ocasiones anteriores. El escritor califica
N.Y. como “todas las ciudades del mundo en una”, porque existe una Nueva York
italiana, china, polaca o judía, y la convierte en una ciudad tan literaria
como cinematográfica.
El libro, La manzana helada (2017), lleva la lector de la mano de Eden y
Emmerich a pasear y a deslumbrarse ante el escaparate de Tiffany’s, y
quién no recuerda a Truman Capote, y la versión cinematográfica, Desayuno con diamantes (1961), de Blake
Edwards, y mientras deambulan por Brooklyn les viene a la memoria las
novelas Ultima salida a Brooklyn o Réquiem por un sueño, de Hubert Selby. Y
según constata el viajero, Nueva York se convierte, a cada paso, en el
territorio de uno de los iconos literarios: Paul Auster, y una inabarcable
nómina de grandes escritores neoyorquinos, desde Walt Whitman a Tom Wolfe, de
Salinger a Pynchon, incluido Melville. Una ciudad extraordinariamente literaria
porque está viva, tiene historia, se convierte en un punto y aparte. José Luis Muñoz sostiene
que hay ciudades literarias, que son susceptibles de convertirse en personajes
de un libro, y otras no, y Nueva York es esa ciudad literaria; cuando uno pasea
por sus calles, bajando a sus catacumbas culturales, recorriendo sus museos,
puede verse envuelto en un sinfín de historias. Y, sobre todo, en el texto se
subraya el muestrario humano tan rico y variado que encuentra por las calles.
El narrador convertido en improvisado fotógrafo, roba primeros planos de gente
que después convertirá en personajes en futuros trabajos literarios, y en Nueva
York se encuentran, a diario, buenos e improvisados modelos callejeros.
La
manzana helada es el primer libro sobre Nueva York, aclara el novelista José Luis Muñoz, aunque
podría ser el inicio de toda una serie, por ejemplo, La vida oculta de los neoyorquinos, retratos de gente de la calle
sobre los que inventar una vida y otras circunstancias para construir un
calidoscopio neoyorquino. En una ciudad como Nueva York nadie pasea, se hace
footing, por prescripción de un entrenador personal, y de forma muy
disciplinada. Todo el mundo vive pendiente de su reloj, se palpa esa obsesión
misma por el trabajo, la productividad que relega pequeños placeres: una buena
comida, o una charla con amigos alrededor de una botella de vino, los
neoyorkinos comen cualquier cosa, para saciar el apetito, mientras caminan o
conducen, y al final uno acaba contagiándose de esos malos hábitos. El gran
dios de la sociedad norteamericana es el negocio, todo se mide con parámetros
económicos, y se siente esa incomunicación de las grandes urbes, y en Nueva
York es aún más palpable, algo que el autor refleja en más de un pasaje de este
libro que no dejará de interesar al lector más curioso.
LA MANZANA HELADA
José Luis Muñoz
Madrid,
Bohodón Ediciones, 2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario