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jueves, 22 de marzo de 2018

Clásicos ilustrados para la primavera



Los Watson
Jane Austen
Edición ilustrada por Sara Morante


       Jane Austen (1775-1817) dejó su novela Los Watson (1804) inconclusa, y leída hoy se muestra como ese esbozo, apenas unas escenas en las 120 páginas de lo que debiera haberse desarrollado como una de las encantadoras novelas de la autora inglesa, aunque sí es posible reconocer no solo su genio, sino también los temas que siempre interesaron a Austen, “esa profunda contradicción entre el dominio de la razón dominante en la sociedad de la Inglaterra del siglo XVIII y los valores a los que, hipócritamente, se esperaba que la mujer se adhiriera”.



El argumento
       La historia comienza cuando la hermosa Emma Watson se dirige al primer baile de la temporada en compañía de su hermana. Emma ha pasado la mayor parte de su vida lejos de la localidad de Surrey de la que es oriunda. Hija de una familia patricia venida a menos, ha sido educada hasta el momento por una tía acaudalada que la devuelve a su casa porque contraerá matrimonio y se trasladará con su marido a Irlanda.
       La escena del baile, ocasión para introducir a los personajes principales de la trama, ocupa la mayor parte de las páginas conservadas del relato, y con ellas ya es posible hacerse una idea del desarrollo de los acontecimientos que había previsto la narradora. Emma es la menor de cuatro hermanas cuya única aspiración es encontrar un marido; dada la mala situación económica de la familia, esa es la opción respetable de asegurarse el futuro. Jane Austen nos habla, una vez más, de la condición de la mujer de su época, de su limitado papel en la sociedad y de su falta de recursos propios.
       La protagonista se describe como una joven de gran sensibilidad y honestidad, y quizá por eso no está dispuesta a contraer matrimonio si no es con alguien de su completa elección, independientemente de su fortuna o rango; contempla la idea de desarrollar un trabajo humilde como el de maestra de escuela, algo preferible a dedicarse a la caza de un esposo y al matrimonio por interés. Como no podía ser de otra manera, la interesante Emma pronto despertará pasiones entre los solteros del contorno y vendrá a alterar la existencia de una familia de la que llevaba años alejada.
En el caso de Emma Watson se adivina uno de esos personajes femeninos que han hecho célebre a Jane Austen por su inconformismo y la mirada inquisitiva que lanza a su alrededor. Una vez más, la autora planteaba con sus textos la futilidad de una existencia femenina sin otra posibilidad de realización que un buen matrimonio de conveniencia que obligaba a las mujeres a lanzarse a una competición que, sin duda, les arrebataba la dignidad y, en numerosas ocasiones, la felicidad.

Final

       Los Watson, una obra que, desgraciadamente, quedó inconclusa y la presente edición, con ilustraciones acertadísimas de Sara Morante (Torrelavega, 1976), que prefiguran ese aire victoriano. Incluye, además, un breve pasaje añadido por James Edward Austen-Leigh, sobrino y biógrafo de la autora, en el que explica los planes que su tía tenía para desarrollar la novela, así cuenta como Casandra, la hermana confidente de la autora, conocía siempre los argumentos de las obras que estaba escribiendo Jane, y señala como el señor Watson moriría poco después, así que Emma se vería obligada a vivir con su mezquino hermano y su cuñada; rechazaría una propuesta de matrimonio y, finalmente, triunfaría el amor por el señor Howard.







Jane Austen, Los Watson; ilustraciones Sara Morante; Barcelona, Círculo de Lectores, 2017.



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