A lo
largo de casi toda una vida quienes de alguna forma nos hemos dedicado a
garabatear y poner en limpio cuanto dejábamos por escrito durante los fines de
semana, o en las sucesivas vacaciones, incluso a diario, y a ratos, robándole
horas al sueño y, en otras muchas ocasiones a la familia y a los amigos, hemos
añorado ese particular estado cuando, por primera vez, no tuviéramos que
cumplir un horario de trabajo riguroso y, en ocasiones, excesivo, y tan solo
aspirábamos a que las horas transcurrieran con cierta placidez y a disponer de
ese dilatado tiempo sin que pesaran los segundos, los minutos y las horas, los
días y las semanas, o los meses, y disfrutáramos de un ritmo diario a nuestro
antojo.
Quizá, si supiéramos definirla,
esta podría ser una suerte de felicidad, cuando conscientes de tener cubiertas
nuestras necesidades básicas y las de la familia, ya disponemos, como suele
decirse, “de todo el tiempo del mundo”.
Pero a ese estado de gracia se llega a una edad determinada, y tras un largo y
entregado bagaje profesional, un duro camino en el que hemos dejado los mejores
años de la juventud, nuestro crecimiento personal e intelectual, y nos asomamos
ya a eso que los sabios califican, la madurez.
A este momento concreto he
llegado, sin que me pese la edad o el trabajo realizado hasta el momento, así
que por primera vez dispongo de tiempo para realizar largos paseos, ir a
solucionar problemas de banco e instituciones públicas, a despachar papeles y
documentos innecesarios, a comprar el pan, o hacer los recados pertinentes, y
al final, algo fundamental, tiempo para escribir…, o leer a mi antojo. De ahí
que en, Acabo de leer…y me gusta, intentaré
hacer eso, básica y exclusivamente: leer y escribir.
Y, cuando escriba, recordaré siempre
al maestro Edgar A. Poe, y como él, “seré valiente, severo, y absolutamente justo con
amigos y enemigos”.
El tiempo es lo más valioso que existe, aunque en esta sociedad se ve escatimado por tantas obligaciones y, como dices, se llega a tenerlo al máximo en esa etapa a la que has llegado. Enhorabuena por haberla alcanzado con tanto optimismo a pesar del duro trabajo por el camino. Disfrútala al máximo. Y gracias por compartir con nosotros un poquito de ese tesoro. Mucha suerte, mucha lectura y escritura.
ResponderEliminarAhora tendrás más tiempo para tus cosas. Pero en especial para leer y escribir. Mucha suerte en tu nueva etapa.
ResponderEliminarDesde este momento te visitaré diariamente, haga o no comentarios. ¡Qué suerte tienes!, disfruta y sigue cosechando éxitos.
ResponderEliminarTerminas una etapa y continuas otra. Lo has hecho en el mejor momento, has disfrutado en tu trabajo y ahora tendrás más tiempo para recrearte en el maravilloso mundo de la Literatura. Yo estaré en la mesa de al lado para contarte mis batallitas diarias.
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