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sábado, 21 de noviembre de 2015

Andrés Neuman



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LA VIDA EN LAS VENTANAS



     La nueva novela de Andrés Neuman (Buenos Aires, 1977), La vida en las ventanas (Espasa, 2002), es un relato epistolar con un único narrador y cuya interlocutora, una antigua novia no le remite contestación alguna. Hay que matizar que esta relación se hace a través del correo electrónico y de una pantalla del ordenador, acaso una de las ventanas por las que se asoma Neuman para contemplar la vida, la suya propia y la de sus seres más cercanos. La vida en las ventanas trata de exclusivamente de los problemas cotidianos de Net, el protagonista del relato, de sus relaciones personales, de su trabajo, de su relación con las mujeres y sobre todo de su intensa vida familiar. Una vida que va desgranando, correo electrónico a correo electrónico, con una técnica que incluye una estructura fragmentaria, el comportamiento de algunos de los personajes que, desdibujados, se van conformando en la pequeña pantalla del ordenador y desde donde el protagonista se asoma al resto del mundo.
    Sus padres, y la relación que mantiene con ellos, su hermana Paula, sus tíos y sobre todo su amigo Xavi, Marina, su interlocutora, y Cintia, serán esos otros personajes cuya actitud es descrita por Net y de una forma, además, superficial como corresponde a un relato cuyo primordial ingrediente se encuentra en esa otra posibilidad de confesión que se lleva a cabo a través de una máquina y que se convierte en algo parcial y limitado: breves textos como los que se componen en los correos electrónicos y de una fragmentada concreción. Quizá esa intencionada parcial visión del protagonista está propiciada por una incompleta existencia del mismo puesto que se le supone joven, un universitario que abandona sus estudios para ponerse a trabajar y poder emanciparse de una familia a la que no aguanta y cuya problemática convivencia se nos describe en las confesiones que realiza a Marina el protagonista. Fragmentos de una vida que forman parte de la memoria de un ordenador. Así sólo cuando Net, en la última parte de la novela se ha instalado con Cintia en un modesto apartamento de alquiler, cuando ya es consciente de que su vida ha cambiado y desde su nueva casa observa esas otras muchas ventanas por las que atisbar otras vidas, terminará por comprender y de expresarle a su interlocutora que muchas de las cuestiones que había abordado en sus mensajes se dan por saldadas y su vida inicia un nuevo camino porque, inesperadamente, ha desvelado muchos de los secretos que había ignorado, incluido el de ese otro personaje ambiguo que es el contrapunto de su propia personalidad: Xavi.













LA VIDA EN LAS VENTANAS

Andrés Neuman
Finalista Premio Primavera
Espasa, Madrid, 2002
 





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