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viernes, 4 de noviembre de 2016

Antonio Pereira



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UNA MIRADA ALREDEDOR

       Antonio Pereira justifica el presente volumen, Cuentos del medio siglo (1999), treinta años más tarde escribiendo un pequeño prólogo a la edición que Espasa Bolsillo ha puesto, recientemente, en las librerías, y  advierte, entre otras cosas, sobre la inocencia del narrador de entonces y en la pérdida que éste ha sufrido con las malas compañías y con el paso del tiempo, además del conocimiento adquirido sobre diversas teorías literarias. Pero mucho me temo que este singular cuentista no haya perdido del todo esa inocencia al poner de limpio los dieciséis cuentos que contenían Una ventana a la carretera (1967) y añadir, además, otros cuatro escritos por la misma época, es decir, los años 50 y 60. Este preámbulo para asegurar que su validez sigue vigente, precisamente  a través en esa visión que nos ofrece de un mundo bien repartido entre la epopeya y la anécdota. La literatura de Pereira surge del cotidiano vivir de unos personajes que cuentan unas experiencias concretas y se convierten en una estampa costumbrista muy al uso de la narrativa española de los últimos cincuenta años, una técnica que, con cierto denuedo, sigue teniendo la misma actualidad y la misma fuerza de siempre.               
       Los cuentos de Pereira se pueblan de miradas alrededor que transmiten las situaciones y las descripciones de más hondura de la narrativa breve castellana, porque el humor y la ironía que contienen muchos de estos relatos, deja paso a planteamientos mayores y en ningún momento el lector deberá averiguar el por qué o la razón de la existencia de estos personajes que se ven seducidos por los imperativos de la vida, y las suyas son las aspiraciones y las sorpresas de gentes sencillas, experiencias y obsesiones que desembocan en, Cuentos del medio siglo (1999), en tenues insinuaciones eróticas como los casos de Desiderio y Rosinda, en el cuento titulado, «Una ventana a la carretera» o el célibe «Rabanillos» o ese delegado de ventas que en «Santa Bárbara, cuando truena» se siente tentado por la joven maestra que lleva en su coche. Todos casos de un erotismo sugerido que formará parte del mundo de otros cuentos en posteriores colecciones del leonés.
       La prosa, precisa, de Antonio Pereira se transmuta, como otra de sus características a señalar, en una propuesta  de sencillez sublime, en tanto que, se consigue percibir la realidad de unas vidas a través de una tendencia realista como la que practicaron los principales autores de la postguerra española, aunque lejos de esas actitudes patéticas de un humorismo convencional,  porque en el caso de Pereira hay que hablar más de un cariñoso trato de vecindad con sus personajes para tratar algunos otros temas predilectos del escritor, el mundo del comercio, casos de algunos de los cuentos que conforman el total de este volumen, «La tienda de Paco Santín», o «Tío Candela». Todo ello para constatar que el cuento, en realidad, es el resultado de inventar una buena historia y saber contarla con más o menos gracia, con mayor intensidad o con una sutil brevedad. El cuento—según este autor—se convierte en un efecto que surge de un buen golpe de mano, pero es un intento que fracasa si lo narrado lleva un exceso de impedimenta. Y en realidad, antes y ahora es un permanente desafío que transforma en inconformista y crítico al escritor.









CUENTOS DEL MEDIO SIGLO
Autor: Antonio Pereira
Edita: Espasa-Calpe, 1999

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