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jueves, 17 de noviembre de 2016

Pilar Mañas



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INSTANTES

    Pilar Mañas (Aranjuez, Madrid, 1952) muestra en las páginas de La piel del frío (2000), su segunda compilación de cuentos tras El salario de seda (1996), una mirada singular sobre diversas formas y expresiones en torno al concepto del amor, en realidad, relata una variada sucesión de instantes surgidos durante una larga convalecencia en un pueblo del Sur, imaginados sobreviviendo en una casa modesta, un hermoso lugar rodeado de montes pelados y cubiertos de nieve buena parte del año. Anotaciones en un cuaderno donde iba apuntando las emociones secretas en torno a unos personajes inventados y a un tema desconocido para su autora en aquellos momentos. Lugares, por otra parte, revividos del pasado, en el entorno de la infancia, la adolescencia y la juventud o rememorando un mundo donde ajustar las cuentas a un destino que desde siempre le había sido adverso. Después, su vida, ha transcurrido en la hermosa ciudad de Granada, donde trabaja y ha ido construyendo su mundo literario, este mismo año entregando una obra más ambiciosa, la novela Como ángeles de otros (2000).
       Lo más curioso de estas veintiocho secuencias es su originalidad, como ya señala en la solapa y la contrasolapa, Cristina García, una originalidad que se recrea en unas instantáneas que muy bien pueden rastrearse en toda una tradición cuentística española, pero que hacen de la escritura de la narradora madrileña, un acierto por compaginar tradición y modernidad en una suerte de relatos cuya inspiración lírica deben mucho al mundo de las costumbres y los símbolos de los pequeños pueblos donde, desde siempre, se han vivido estas experiencias y con las que se construyen estos cuentos. En realidad, el tratamiento lírico deriva hacia un cuento poemático, basado en la evocación de un sentimiento o una emoción. La voz literaria de Pilar Mañas se hace eco de la expresión más tierna que alguien pueda imaginar porque por sus historias, por las más extensas como por las más breves, se asoman los sucesos cotidianos que muchos lectores hemos vivido, como esos en los que el rumor del mar se oye en una vieja caracola, afloran las miradas furtivas en una clase de gimnasia, se recuerda la fascinación por una blusa de rayón, y todo como el componente de esa arquitectura sobre la que se construye nuestra vida. Pero, sobre todo, llama la atención la fascinación de la autora acerca de la palabra escrita y su poder sugeridor, sus palabras adquieren gestos y movimientos hasta determinar el antes y después porque, si hablamos de «instantes», estos cuentos pretenden decir mucho más, sobresale su capacidad sugeridora que reduce o elimina casi a la anécdota lo contado, y esto es lo más importante de este libro.
       Dosifica Pilar Mañas su mundo en tres apartados, «Algunas niñas», «Algunas mujeres» y «Algunos hombres», y relata con una intensidad poemática la vida real o ficticia de unos hombres y mujeres que la habían acompañado buena parte de su vida, unos personajes sacados de una realidad banal, pero también  reinventa otros que se habían incorporado al mundo tras su larga convalecencia, fantasmas en otro tiempo que, desde siempre, atormentaban unos sueños y que sólo con el ejercicio de la escritura han supuesto una verdadera liberación.






LA PIEL DEL FRÍO
Pilar Mañas
Pre-Textos, Valencia, 2000

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