Hoy invito a…
Emilia Lanzas
Se publica la narrativa completa
de Francisco Villaespesa, principal representante del Modernismo español
Francisco
Villaespesa nació en el pueblo de Laujar de
Andarax, en Almería, en 1877, y murió en Madrid, en 1936. Adquirió gran fama
como poeta, y es considerado uno de los más sobresalientes escritores
modernistas. El Modernismo literario, que sería el
primer movimiento propiamente hispanoamericano, supuso una proyección del
simbolismo francés y un antecedente directo de las corrientes de
vanguardia. Pedro M. Domene expresa de una forma
brillante lo que supuso el Modernismo «…no surgió
exclusivamente como una reacción contra el naturalismo precedente, sino contra
el espíritu utilitario de la época y la brutal indiferencia de la vulgaridad».
Villaespesa fue amigo de Rubén Darío, cuya obra divulgó en España. Estuvo en
numerosas ocasiones en Hispanoamérica, donde entró en contacto con los
principales poetas de las primeras décadas del siglo XX. Con Carrere,
Alejandro Sawa, Manuel Machado, Carolina Coronado, Juan Ramón Jiménez
o Valle-Inclán, Villaespesa
representa la vanguardia rupturista que supuso el Modernismo.
Su estilo singular, de exotismo orientalista, partió de una particular visión
de la esencia romántica (no en vano se ha dicho que los modernistas fueron los
“últimos” románticos).
La narrativa de Villaespesa,
como también su poesía, está repleta de imágenes y metáforas vibrantes y
efectistas, e irrumpe con voluntad transformadora en un panorama literario
mayoritariamente naturalista. El amor, la fina transparencia entre lo real y lo
soñado («A veces creo que no existes en la realidad…»); el anhelo y el deseo;
lo invocado; la inconsistencia de la materia («Su cuerpo, así envuelto asumía
un no sé qué de inmaterial, de casi impalpable»), recrea una atmósfera
ensoñadora, lejana e irreal, en donde los adjetivos y las descripciones
vehementes y detallistas crean una realidad paralela.
Once son las novelas cortas que
comprenden este volumen publicado por la editorial Berenice. Cada
uno de estos relatos es puntualmente definido por Pedro
M. Domene en la introducción. Aunque la mayoría de las temáticas
tienen como eje principal el oriente musulmán y todo lo relativo a su cultura,
también está presente el mundo rural, como en el relato
Amigas viejas, y algunos textos en donde la temporalidad
carece de importancia porque solo el amor parece tener presencia, como es el
caso de la novela epistolar La marcha de la antorchas. Encabeza este volumen, El último Abderramán,
la más famosa de todas las novelas de Villaespesa,
ambientada en la ciudad nazarí de Granada, con la Alhambra como su epicentro de
ficción.
La voluntad renovadora de Villaespesa
hace que sus narraciones se alejen de realidades próximas para tratar temas
pasados con escenarios exóticos, de carácter épico; novelas desveladoras de una
historia revestida de fantasía. Pero, como indica Pedro
M. Domene «Las historias de Villaespesa no se desarrollan en
una exclusiva época modernista, a excepción de La ciudad de los ópalos, tal vez porque la acción al igual
que los personajes, premisas ineludibles en la narración, se revisten de
especiales características, sobre todo en la construcción de situaciones
dramáticas cargadas de representatividad seudohistórica, con una importante
presencia mítica… ».
Un acontecimiento estético en
donde el lenguaje adquiere la tensión y la musicalidad propios de la poesía. Porque,
como indica Irlemar-Chiampi Córtez: «El
espectáculo de la prosa modernista, sea como simple conductor del “plaisir du texte”, sea como objeto de
exégesis analítico-interpretativas, está lejos aún de haber agotado su caudal
de posibilidades de lectura y disfrute, de crítica y de estudio». Una ocasión,
sin duda, importante para descubrir o releer a Francisco Villaespesa,
para conocer su literatura sensual y perdurable.
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