Hasier Larretxea
UNA
TRILOGÍA POÉTICA
1)
ESCRIBIR sobre
la corteza del árbol huida, añoranza,
retorno sobre la explosión de
colores del otoño en el
valle. El reflejo del paisaje de hojas en
el iris que brilla
como la tierra y su raíz, gota de
rocío del amanecer.
Escribir sobre los escondrijos del bosque y
sus secretos
patria, mirlo, cesta, sudor. Escribir
tierra, cielo, camino.
Escribir miedo, sus portillos. Escribir
mano, fuego,
cariño,
despedida.
Escribir la libertad del campo, su
disposición. Escribir
a través de la ventana. Escribir
vencejo, pastor, ladrido,
mus.
Escribir vida. Escribir sueño. Escribir
ser. Escribir,
escribir después de la
muerte.
Escribir, siempre, a través del
paisaje.
De Niebla fronteriza (El Gaviero
Ediciones, 2015).
2)
ESCRIBIR
es el paisaje desde donde contemplar.
El mirador
desde donde ver
a través de la
niebla,
a través de los límites del
horizonte,
sorteando y volando sobre ermitas, pastos,
y portillos.
Escribir la visión
en lo alto del monte,
el sendero, el helecho recién pisado,
la bellota que lanzamos hasta el riachuelo.
Escribir es insuflar (el viento del
norte),
acunarlo al sonido del cencerro
y a las gotas de lluvia que se ahogan
en el charco del prado,
el movimiento del tractor
y la soledad del perro.
Escribir,
la única manera
de atravesar el valle
sin pisarlo.
De De un nuevo paisaje, (Stendhal
Books, 2016).
3)
ESCRIBIR es habitar los
silencios. Escribir para dar forma a la historia interminable
del pasado y sus fronteras sin
cicatrizar. Escribir para esclarecer los nudos, liberar
alambradas. Soltar a los
gorriones. Escribir es caminar descalzos sobre la tierra
y su bendición de rocío.
Escribir para recoger con el rastrillo la hierba que cortaron
a tiempo. Volver a aprender a
saborear las cerezas recién recogidas. La textura
de la lechuga, la pulpa del
tomate que brilla ante el cuchillo recién afilado. Escribir
como si fuéramos a limpiar las
tripas del cerdo que mataron para alimentar durante
el invierno a toda una familia.
Escribir es otra manera de alargar el vacío. El
tirachinas con el que aprendieron
a lanzar piedras en terrenos vedados.
De Meridianos de tierra (Harpo
Libros, 2017)
(De Neorrurales. Antología de poetas de campo; selección e
introducción de Pedro M. Domene; Córdoba, Berenice, 2018; 156 pp.)
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