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HARTO
DEL MUNDO
En ocasiones una novela puede
ofrecer la cara y la cruz de un escritor, sobre todo si el conjunto de su
literatura viene precedida de la polémica como es el caso de Michel Houellebecq
(Saint Pierre, Raunión, 1956), que tras Ampliación del campo de batalla
(1994), Las partículas elementales (1998) o Plataforma (2001),
entrega, El mapa del territorio (2011), un éxito de ventas ante de
conseguir el codiciado, Premio Goncourt. Se trata de un texto complejo, rico
que, incluso, pretende ser totalizador porque muestra una reflexión, tan
distante como fría, del estado de nuestro mundo. Lo más curioso de Houellebecq
es que su crítica se convierte en un fenómeno y pronto agita las masas y socaba
el mundo literario ya de por sí bastante deteriorado. En general, en su obra se
percibe odio, resentimiento, mucha ironía y el suficiente sarcasmo como para
convertirse en una significativa característica del autor francés.
El mapa del territorio es
una novela que se lee con interés y muestra, a través de sus personajes, una
exposición de la modernidad y del arte en su mayor extensión, primero con la
explicación del padre de Jed Martin, un famoso arquitecto, que opone el
funcionalismo de Le Corbusier al movimiento de William Morris, aunque relata al
mismo tiempo el fracaso de su vida y su lucha profesional para, de alguna
forma, afianzar en el hijo esa visión de indeterminación de una sociedad que se
debate entre la izquierda y la derecha, al hilo de las transformaciones
sociales que van surgiendo en una Europa vieja y sus posibilidades económicas
en el futuro. Si en la primera parte de la novela, el personaje protagonista es
un fotógrafo que logra un primer éxito con una exposición que tiene como base
los mapas de carretera de las guías Michelin y, posteriormente, se hará rico
con otra serie de instantáneas tituladas «oficios», retratos de personalidades
de muchos sectores sociales, entre ellos, el escritor Michel Houellebecq,
personaje, al mismo tiempo, memorable acierto del narrador que pone en tela de
juicio el valor de los escritores en la sociedad actual. Una vez que ambos
artistas se conocen surgirá una química entre ellos que desemboca en una
relación de trabajo y en una lejana amistad truncada en la tercera parte de la
novela, cuya trama realiza un giro radical y sorprendente que hace aun más
interesante el libro por esa voluntad en Houellebecq de cambiar de registro en
su escritura, en la propia historia que cuenta, incluso se asoma y ensaya un
nuevo género para llegar y convertir su texto en la más absoluta ignominia con
respecto al amor, el arte, el dinero, sentimientos y actitudes inequívocas en
que la fatiga vital y la existencia humana se mueven, para ir mucho más allá de
esa visión metafísica con que se contempla la desesperación.
EL
MAPA Y EL TERRITORIO
Michel
Houellebecq
Premio
Goncourt
Barcelona,
Anagrama, 2011
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