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VOLUBLE
VILA-MATAS
El impulso de la escritura, la intimidad
voluble y esa permanente tentación consecuente por dejar constancia, provocan
rarezas de todo tipo que necesariamente incluyen renuncias, pero posibilitan el
relato de viajes horizontales que confirma esa tensión ensayada entre ficción y realidad con la que se
alcanza la verdad, y en este devenir se añaden lecturas y reencuentros a un
cotidiano existir, incluso invitaciones a festivales o centros culturales que
se acercan a los conceptos de lo estrictamente metaliterario, y se transforman
en un gigantesco depósito de referencias. Treinta y cinco años de oficio han
llevado a Enrique Vila-Matas (Barcelona, 1948) a convertir su propia
experiencia en literatura y sucesos recientes, observaciones cotidianas, frases
recordadas, libros leídos o anotaciones que brotan sin orden, se resuelven en
un auténtico discurso y se convierten en un Dietario voluble (2008), una
entrega caracterizada deliberadamente de híbrida, mitad reflexión y mitad
relato, análisis y descripción, para contar en un conjunto de anotaciones de
extensión y profundidad diversas, cuatro años, entre diciembre de 2005 y abril
de 2008, de una intimidad personal. Una vez más, el escritor, en esa búsqueda
permanente de su obra, explora el vacío, y nos invita a un círculo del que no
se puede salir voluntariamente, que reúne a toda una estirpe de escritores, a
Cervantes y a Shakespeare, a Sterne y a Conrad, a Coetze y a Pitol, citados en
estas páginas y en numerosos otros textos anteriores del narrador barcelonés.
Los lectores de Vila-Matas reconocerán
en las páginas de Dietario voluble algunas colaboraciones periodísticas
semanales que, reunidas ahora en un volumen, ofrecen una lectura más afortunada
y feliz por ese secreto intimismo que el barcelonés otorga a este dietario; en
realidad, una culta visión por pasajes literarios, autores y libros, algunas de
sus predilecciones y manías que desembocan en Kafka, Sebald, Gracq, Bolaño,
Tabucchi, Montaigne o Magris, una auténtica estrategia narrativa con
inequívocos referentes a los nombres universales apuntados. En sus páginas se
muestra una defensa contra los desmanes urbanísticos de su ciudad, su visión
irritada por la transformación turística contemporánea que se ofrece de su
Barcelona natal, y se lee su renuncia a una ciudad narcisista y pueril, o su
visión se extiende a una explícita crítica de una cultura tremendamente idiota,
cuando habla del nivel de ignorancia de este país y, sobre todo, la conformada
y maniquea satisfacción de esa ignorancia esgrimida que desemboca, además, en
una fervorosa inquina y una escasez de catadura moral. Como es habitual en este
tipo de libros, se trata de un discurso deliberadamente híbrido, sin posibles
límites entre el relato, la anotación, la reflexión, la descripción o el
análisis, con esa voluntad de ofrecer un tipo de literatura que fluye libre y
ofrece asociaciones múltiples con un fondo muy literario y de carácter
comunicativo y lleva al lector a establecer un auténtico diálogo silencioso y
lo convierte en esa especie de sujeto activo que tanto interesa a Vila-Matas
puesto que con él subraya o anota aquellos aspectos más significativos de su
lectura.
Enrique
Vila-Matas; Dietario voluble; Barcelona, Anagrama, 2008; 275 págs.
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