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UNA
HISTORIA DE AMOR
Los novelistas de la segunda mitad del
siglo XX recurrieron a la memoria y al recuerdo para buscar respuestas a las
interrogantes personales de los años de infancia y de juventud que vivieron
bajo la dictadura franquista. Cierto objetivismo y bastante subjetividad pueden
apreciarse, en igual proporción, en estas historias. Los autores mezclan el
análisis de un aprendizaje vital y sentimental de los difíciles años, al mismo
tiempo que intentan recuperar rasgos de
esa identidad perdida. José María Guelbenzu (Madrid, 1944) aborda esa expresión
dialéctica del ser humano consigo mismo. Sus comienzos en el experimentalismo
dieron lugar a una novela sorprendente, El mercurio (1967), a la que
seguiría Antifaz (1970), con rasgos semejantes a la anterior: estructura
fraccionada, y una total libertad estilística, y posteriormente, El pasajero de ultramar (1976), con
semejantes procedimientos innovadores de las anteriores.
El amor verdadero (2010), sin abandonar
algunos temas habituales, técnicas narrativas, personajes, atmósfera y
ambiente, puede ser la mejor novela de Guelbenzu hasta el momento. Cuenta una
historia compleja, de amplia y profunda visión sobre la existencia humana que
completa todo un auténtico ciclo novelesco, la crónica moral de toda una
generación de españoles que vivieron, con mucha pasión, sus años universitarios
en los 60, una década alimentada, sobre todo, por las ilusiones de cambio y de
apertura, y una secreta militancia antifranquista, unos jóvenes marcados que
protagonizarían el paso a la transición política durante los 70, se
comprometerían en los difíciles 80, y más tarde sufriría el desencanto en los
90, logradas unas transformaciones sociales y políticas que posteriormente derivarían
en una red de corrupciones y engaños políticos. El narrador vuelve a los
escenarios ya conocidos en algunas de sus novelas anteriores, recrea momentos
pasados con personajes de otras muchas de sus historias y, una vez más, la
abundancia y firmeza del diálogo, fluido e inteligente, sobresale en una
narración que arranca desde los orígenes mismos de sus protagonistas: Clara
Zubia y Andrés Delcampo, una vida introspectiva y sus vicisitudes desde 1945,
la pérdida de un paraíso infantil, el paso de la inocencia a una juventud
cotidianas, los posteriores años universitarios en un Madrid agitado y
expectante, la realidad social española marcada por la dictadura como trasfondo
y la lucha antisistema, una generación cercenada y desengañada en todos los aspectos,
cuya madurez desembocó finalmente en un nihilismo existencial. Guelbenzu cuenta
paso a paso, realiza una auténtica crónica sentimental de esas amistades
forjadas frente al régimen, y algo más tarde perdidas, como la esperanza del
cambio tras 1975, subraya la suavidad de una Transición con evidentes aires de
novedades, deteniéndose en las posteriores elecciones democráticas, la victoria
y el largo gobierno socialista y la decepción del sistema democrático, la
desconfianza, en vocaciones y empresas forjadas en la clandestinidad, para
mostrar, una vez más, la pérdida de una identidad. Dividida en cuatro amplias
partes, más un prólogo y un epílogo que, en apenas cuatro páginas, resume los
acontecimientos del 11 de marzo de 2004, y el huracán Katrina de 2005, permite
disfrutar de una amena lectura en secuencias calculadas, con una estructura que
fragmenta una voluminosa historia, delimitada alternativamente por tres
narradores, y ofrece, en consecuencia, una visión colectiva de los difíciles
años en la convulsa sociedad española.
José
María Guelbenzu, El amor verdadero; Madrid, Siruela, 2010; 583 págs.
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