Medardo Fraile*
PALABRAS PRELIMINARES
El
título de este libro expresa muy bien el grave desacuerdo de opiniones, la
lucha innoble de doctrinas, creencias y partidos tan deliberadamente sorda como
constante, que nos llevaron a la catástrofe vergonzosa de la Guerra Civil. Todos
los gallos del corral cantando calientes por la gallina de España que, por
cierto, solo ponía huevos para unos pocos. El desacuerdo torrencial arrastró,
mezclando en su corriente, lo más digno y alto con lo más bajo e indigno del
País. Y así hoy, las nuevas generaciones, además de estar seguras de que el
mundo empezó con ellas —que suele ser habitual—, y de añadir a eso una
educación a veces caótica y con frecuencia insuficiente y tendenciosa, andan a
tientas cuando oyen muchos de los nombres que constituyen el objeto de este
libro, a lo que ha contribuido, además, el silenciamiento de esos nombres, no
siempre conseguido del todo, a lo largo de gran parte de la Dictadura tras la Guerra Civil. Son,
casi todos ellos, escritores que dejaron España por imposible, que la añoraron
sin remedio, que la quisieron más que nunca y siguieron buscándola en
editoriales, en la tertulias de los cafés, en periódicos, por la radio y hasta
en las antesalas de los aeropuertos para oír lo que contaban los viajeros que
acababan de llegar de ella. Unos —muy pocos— se quedaron en España, otros
volvieron esporádicamente o murieron en el exilio o acabaron sus días ignorados
o casi desconocidos en la
Patria. Gente muy valiosa, escritores espléndidos... ¿Quiénes
fueron los exiliados, los que salieron de España o lo que se quedaron? Porque,
por diferentes que fueran, hubo exilios, carencias dolorosas por ambas partes,
mientras otros países se beneficiaban de lo que perdimos nosotros.
Poco
a poco, en los últimos años del franquismo y durante la Transición a la Democracia, fueron
apareciendo reediciones de sus obras, estudios, bibliografías, y así se fue
recuperando y creando interés por esa parte de España perdida, aunque a desmano
ya de su contexto histórico y con muchos ideales como pétalos secos de rosas
muertas entre las páginas de sus libros. Hoy se pueden citar ya bastantes
nombres de reivindicadores o estudiosos de aquella literatura, algunos de
dedicación muy temprana como el de José-Carlos Mainer, sin que podamos olvidar
la labor realmente extraordinaria de la Fundación Santander
Central Hispano en su Colección «Obra Fundamental» que, desde hace ya bastante
años, dirige Javier Aguado Sobrino.
Este
libro de Pedro M. Domene se suma a esas contribuciones necesarias —exceptuando
los primeros cuatro autores de que está compuesto, que pueden constituir un
núcleo aparte—, pero con la ventaja de ser una exposición de conjunto de once
de esos escritores afectados por la Guerra Civil dentro o fuera de la Patria. Acompañadas
sus páginas de opiniones críticas y notas biográficas y bibliográficas, todo el
que quiera bucear o iniciarse en esa literatura de la Anteguerra y el Exilio,
encontrará en este libro un trampolín seguro, una incitación siempre interesante
para ampliar conocimientos, elegir afinidades o equiparse con un panorama de
conjunto que no le ofrecen —de esas generaciones y esa época— los manuales
literarias más al uso.
Pedro
M. Domene es y ha sido un promotor constante de todo lo que pueda llamarse
Literatura en el mundo almeriense. Crítico, periodista, editor de la ejemplar
revista Batarro —que fundaran en 1972 Diego Granados y Martín García
Ramos—, me parece, antes que nada, el español que lee y, como eso es más raro
de lo que debiera, es también, por lo tanto, el español solicitado —a toda
prisa, a veces— por los periódicos alrededor y más allá de su andaluz Reino de
Taifa. Bastantes capítulos de este libro surgieron así. El autor de este libro,
leyendo, escribiendo, dando sus clases en el Instituto, vive en su rincón
almeriense de Huércal-Overa y, desde allí, su curiosidad literaria, mantenida
al día, ha servido de orientación a muchos.
* Medardo Fraile escribió estas palabras
preliminares para la edición de unos textos que yo había escrito durante los
últimos años y que, con cierta unidad temática, se publicaban en forma de
libro, Disidencias, por la editorial e.d.a. (Málaga) en octubre de 2010. Las
palabras de Medardo Fraile no hacen sino ensanchar, aún más, el horizonte
literario que yo me había propuesto para los autores seleccionados.
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