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jueves, 9 de noviembre de 2017

Hoy invito a…



Medardo Fraile* 

PALABRAS PRELIMINARES

       El título de este libro expresa muy bien el grave desacuerdo de opiniones, la lucha innoble de doctrinas, creencias y partidos tan deliberadamente sorda como constante, que nos llevaron a la catástrofe vergonzosa de la Guerra Civil. Todos los gallos del corral cantando calientes por la gallina de España que, por cierto, solo ponía huevos para unos pocos. El desacuerdo torrencial arrastró, mezclando en su corriente, lo más digno y alto con lo más bajo e indigno del País. Y así hoy, las nuevas generaciones, además de estar seguras de que el mundo empezó con ellas —que suele ser habitual—, y de añadir a eso una educación a veces caótica y con frecuencia insuficiente y tendenciosa, andan a tientas cuando oyen muchos de los nombres que constituyen el objeto de este libro, a lo que ha contribuido, además, el silenciamiento de esos nombres, no siempre conseguido del todo, a lo largo de gran parte de la Dictadura tras la Guerra Civil. Son, casi todos ellos, escritores que dejaron España por imposible, que la añoraron sin remedio, que la quisieron más que nunca y siguieron buscándola en editoriales, en la tertulias de los cafés, en periódicos, por la radio y hasta en las antesalas de los aeropuertos para oír lo que contaban los viajeros que acababan de llegar de ella. Unos —muy pocos— se quedaron en España, otros volvieron esporádicamente o murieron en el exilio o acabaron sus días ignorados o casi desconocidos en la Patria. Gente muy valiosa, escritores espléndidos... ¿Quiénes fueron los exiliados, los que salieron de España o lo que se quedaron? Porque, por diferentes que fueran, hubo exilios, carencias dolorosas por ambas partes, mientras otros países se beneficiaban de lo que perdimos nosotros.
       Poco a poco, en los últimos años del franquismo y durante la Transición a la Democracia, fueron apareciendo reediciones de sus obras, estudios, bibliografías, y así se fue recuperando y creando interés por esa parte de España perdida, aunque a desmano ya de su contexto histórico y con muchos ideales como pétalos secos de rosas muertas entre las páginas de sus libros. Hoy se pueden citar ya bastantes nombres de reivindicadores o estudiosos de aquella literatura, algunos de dedicación muy temprana como el de José-Carlos Mainer, sin que podamos olvidar la labor realmente extraordinaria de la Fundación Santander Central Hispano en su Colección «Obra Fundamental» que, desde hace ya bastante años, dirige Javier Aguado Sobrino.


       Este libro de Pedro M. Domene se suma a esas contribuciones necesarias —exceptuando los primeros cuatro autores de que está compuesto, que pueden constituir un núcleo aparte—, pero con la ventaja de ser una exposición de conjunto de once de esos escritores afectados por la Guerra Civil dentro o fuera de la Patria. Acompañadas sus páginas de opiniones críticas y notas biográficas y bibliográficas, todo el que quiera bucear o iniciarse en esa literatura de la Anteguerra y el Exilio, encontrará en este libro un trampolín seguro, una incitación siempre interesante para ampliar conocimientos, elegir afinidades o equiparse con un panorama de conjunto que no le ofrecen —de esas generaciones y esa época— los manuales literarias más al uso.
       Pedro M. Domene es y ha sido un promotor constante de todo lo que pueda llamarse Literatura en el mundo almeriense. Crítico, periodista, editor de la ejemplar revista Batarro —que fundaran en 1972 Diego Granados y Martín García Ramos—, me parece, antes que nada, el español que lee y, como eso es más raro de lo que debiera, es también, por lo tanto, el español solicitado —a toda prisa, a veces— por los periódicos alrededor y más allá de su andaluz Reino de Taifa. Bastantes capítulos de este libro surgieron así. El autor de este libro, leyendo, escribiendo, dando sus clases en el Instituto, vive en su rincón almeriense de Huércal-Overa y, desde allí, su curiosidad literaria, mantenida al día, ha servido de orientación a muchos.

* Medardo Fraile escribió estas palabras preliminares para la edición de unos textos que yo había escrito durante los últimos años y que, con cierta unidad temática, se publicaban en forma de libro, Disidencias, por la editorial e.d.a. (Málaga) en octubre de 2010. Las palabras de Medardo Fraile no hacen sino ensanchar, aún más, el horizonte literario que yo me había propuesto para los autores seleccionados. 


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