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La Navidad
y el Cascanueces
Dumas
publica Historia de un Cascanueces en
1844.
Todo lo que se
narra en la historia del Cascanueces
obedece a una estética de la más pura y grotesca fantasía infantil. El cuento
tiene como único objetivo contar a los niños una historia entretenida y ágil,
pero con tintes oscuros y, en cierto modo, se advierte en ella un mensaje para los
adultos. A los lectores de hoy les puede resultar un cuento un tanto
anacrónico, pero resulta indudable su influencia en la literatura posterior.
El movimiento
Sturm und Drang se dedicó a recopilar aquellas leyendas y cuentos de hadas que
poblaban la imaginación de la gente. El escritor E.T. A. Hoffmann como buen
romántico, disfrutaba y celebraba cuando escribía aquella mezcla extravagante
y, a veces, cruel acerca de un mundo tan infantil como burlesco. La tradición
romántica alemana se jactaba de los muchos elementos de glotonería utilizados
por Hoffmann en sus cuentos, y es verdad que, también, los hermanos Grimm, en
su famoso, Hansel y Gretel, describen
que la casa de la vieja bruja estaba hecha totalmente de pan de jengibre y
otras delicias, que recuerdan a Hoffmann con sus pueblos de Pfefferkuchheim
(pan de jengibre) y Bonbonhausen (casas de caramelo) bañados por ríos de miel,
limonada y mermelada.
Historia de un cascanueces
Alexandre Dumas
(1802-1870) cuenta que un día llevó a su pequeña hija al cumpleaños
de un amiguito y al quedarse dormido en una de las salas de la vivienda se vio
sorprendido de repente por todos los niños de la fiesta que enseguida le
exigieron que los entretuviera con alguna de sus historias, porque su hija había
mencionado que su padre sabía muchos cuentos. Dumas menciona que solo conoce un
relato fantástico de un famoso escritor E.T.A. Hoffman, y así es como empieza a
contar la Historia de un Cascanueces.
En la ciudad
de Nüremberg vivía el señor Silberhaus con su esposa y sus dos hijos Fritz de 9
años y Marie de 7 años y medio. Tenían un padrino el señor Drosselmayer,
consejero médico, tiene un parche en el ojo, y usa una peluca, y lo mejor era
aficionado a armar muñecos mecánicos. La historia empieza el 24 de diciembre, a
punto para celebrar la navidad, cuando los niños reciben sus regalos: soldados
para Fritz y una muñeca para Marie. Su padrino les regala una ciudad mecánica
en miniatura que se mueve por resortes, y también trae un muñeco de madera que
tiene forma de un soldado y que se utiliza para romper nueces, es decir, es un
cascanueces muy típico de la navidad. Aunque este muñeco es de uso de todos, la
pequeña Maria queda encantada, por lo que su padre la hace responsable de él.
Pero el travieso Fritz comienza a usar el cascanueces para romper las nueces
más duras, dañando así sus dientes. Marie se lo quita y decide quedarse
cuidándolo.
Los juguetes
de los niños se guardan en un armario todo de puertas de vidrio, en la parte
más alta los juguetes mecánicos regalados por el señor Drosselmayer y en la más
baja los juguetes de uso diario. Cuando termina la reunión, a la hora de
acostarse la señora Silberhaus le dice a Marie que debe ir a dormir, pero ella le
pide a su mamá un ratito más mientras cuida al cascanueces. Cuando se queda
sola ante su asombro los muñecos cobran vida y se inicia una lucha entre ellos
y un nutrido grupo de ratones que aparecen de repente, y el más siniestro de
todos es uno que tiene siete cabezas y lo llaman el rey de los ratones. Los
muñecos pierden la batalla y cuando el rey de los ratones esta a punto de
atacar al cascanueces Marie lo defiende arrojándole su zapato.
El armario se
rompe y uno de sus vidrios corta el brazo de Marie, que se desmaya y al día
siguiente se encuentra en su cama, y le cuentan cómo la habían encontrado a
medianoche sangrando. Cuando llega el padrino Drosselmayer, les cuenta a ambos
niños la historia que existía sobre la rivalidad del cascanueces con el rey de
los ratones.
El resto del
libro incluye otras historias o cuentos con el padrino Drosselmayer como
protagonista y sus aventuras por el mundo para desencantar a la princesa Pirlipata.
El escritor E.T.
A. Hoffmann nacido en Prusia en 1776 decide escribir un cuento titulado El Cascanueces y el rey de los ratones
en el año 1816. En 1844 Alexandre Dumas adaptó la misma obra y la publicó con
el título de Historia de un Cascanueces,
versión que sirvió a Marius Petipa para concebir el ballet Cascanueces en 1892, con música de Tchaikovsky.
Alexandre Dumas, Historia
de un Cascanueces; trad., de Casandra Amorín Vivar; Madrid, Trifaldi, 2009.
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