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El testamento literario de John Berger
El libro Y nuestros rostros, mi vida, breves como
fotos (2017) se convierte en el testamento literario más hermoso de John
Berger, autor que fallecía en París a comienzos de un recién estrenado 2017, un
texto que incluye cuentos, poesía, aforismos y viajes del autor londinense.
Una mirada
Este libro que
edita ejemplarmente Nørdica incluye relatos breves, recuerdos, reflexiones en torno
al arte, el amor y el sexo, o la muerte y, además, un prólogo de Manuel Rivas
quien subraya la pasión de Berger por Goya, sobre todo porque su pintura
muestra el coraje de ver lo que realmente no se puede ver. Berger marca el
ritmo de sus pensamientos al mismo tiempo que bombea la sangre su corazón,
palabras que le permiten llegar a cualquier lector. Sincero e inteligente, las
reflexiones del escritor nos demuestran que su paso por esta vida no ha sido en
vano, dejan la huella indeleble de quien supo disfrutar del arte de la palabra
y del vislumbre de la multiplicidad y el concepto de la imagen. Poesía y arte
conforman la mayoría de estas páginas y resulta de lo más sincero. El libro
resulta un híbrido de todos y cada uno de los textos escritos por Berger, o
como señala Rivas en su prólogo, “un laborioso avance por la incerteza”, y una
vez leído, uno no deja de sentir esa especial emoción que nos transmiten todas
y cada una de estas páginas que se concretan en ese “otro modo de ver” que
tanto preconizaba el londinense.
Y nuestros rostros, mi vida, breves como
fotos, es el primer libro que conocí de John y es el que me marcó. Vuelvo a
él y cada vez me dice cosas diferentes", señala la ilustradora sobre el
trabajo que ella percibe como el "más íntimo" de cuantos escribió el
británico y en el que se unen su trabajo ensayístico sobre el arte con la riqueza
emocional de su narrativa y de su poesía.
El autor
John Berger había nacido en Londres en 1926, pero vivió en
Francia desde 1962, y murió en París el 2 de enero de 2017. Su polifacética
actividad cultural abarcaría la pintura, la novela y la poesía. Pero, sobre
todo, fue conocido como un maestro de la crítica cultural, en su más amplio
sentido. Su fama le llegó en 1972, con la emisión de la BBC de la serie Modos de ver,
que sirvió para educar en la apreciación del arte a varias generaciones en todo
el mundo.
Nunca dejó de dibujar, de viajar en moto ni de escribir poemas. Fue el puente entre la gente de a pie y los grandes maestros de la pintura occidental. También la voz de los seres más frágiles. Algunas de sus obras, Mirar (1980), Hacia la boda (1995), K., una historia de la calle (2000), Un pintor de hoy (2002), Páginas de la herida. Antología poética (1995).
Nunca dejó de dibujar, de viajar en moto ni de escribir poemas. Fue el puente entre la gente de a pie y los grandes maestros de la pintura occidental. También la voz de los seres más frágiles. Algunas de sus obras, Mirar (1980), Hacia la boda (1995), K., una historia de la calle (2000), Un pintor de hoy (2002), Páginas de la herida. Antología poética (1995).
La ilustradora
Leticia
Ruifernández nació en Madrid en 1976, concretamente 50 años después de John
Berger. Tras estudiar la carrera de Arquitectura, se dedicó a la creación de
libros de distintos formatos: álbumes ilustrados, cuadernos de viaje y cuadernos
de campo, ilustrando o escribiendo los textos. Desde 2005 vive en un pueblo de
la provincia de Cáceres, en una casa desde donde todos los días ve el sol
salir.
La ilustradora y el escritor se conocieron en Madrid en septiembre de 2000. Desde entonces mantuvieron una amistad. John Berger participó en su libro Tlalticpac Toquitchin Tiez (2001), o La tierra será como los hombres y mujeres sean, publicado por Solidaridad Internacional en 2001. Otros libros suyos, Picuyo (2011) y Cuentos del bosque (2013). La muerte de John Berger ocurrió cuando Leticia estaba comenzando a trabajar en las ilustraciones de Y nuestros rostros, mi vida, breves como fotos, y el resultado final no puede ser cuanto menos espectacular, un libro de colección.
La ilustradora y el escritor se conocieron en Madrid en septiembre de 2000. Desde entonces mantuvieron una amistad. John Berger participó en su libro Tlalticpac Toquitchin Tiez (2001), o La tierra será como los hombres y mujeres sean, publicado por Solidaridad Internacional en 2001. Otros libros suyos, Picuyo (2011) y Cuentos del bosque (2013). La muerte de John Berger ocurrió cuando Leticia estaba comenzando a trabajar en las ilustraciones de Y nuestros rostros, mi vida, breves como fotos, y el resultado final no puede ser cuanto menos espectacular, un libro de colección.
John Berger, Y nuestros rostros, mi vida, breves como
fotos; trad., de Pilar Vázquez; Madrid, Nørdica, 2017.
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