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¿La liamos…?
John Waters es un icono de la cultura popular, excelente y
curioso director de cine, actor, guionista y singular escritor.
La editorial
Anagrama inaugura una colección, “Contraseñas Ilustradas” y nos invita a Cómo liarla (2017), un discurso tan subversivo
como hilarante que Waters pronunció ante los licenciados de la Escuela de Diseño de Rhode
Island invitándolos, puesto que serían futuros creativos, expresamente, ¡A
liarla!
Waters afirma
que cualquiera que emprenda el camino creativo deberá tener en cuenta que el
pragmatismo y la disciplina son tan importantes como el talento, y nunca deberá
temer el fracaso, les insta a estar atentos a cualquier eventualidad, incluidas
toda la serie de impertinencias que les permita la sociedad. Los textos breves,
y contundentes, están ilustrados por Eric Hanson y Waters se permite decir a
los jóvenes cómo él mismo, “se supone debe servirles de inspiración y se
pregunta ¿cómo es eso? Su respuesta clara y decisiva: “De algún modo he conseguido
ganarme la vida durante cincuenta años haciendo lo que más me gusta sin tener
jamás un trabajo de verdad”. Y con respecto al arte visual, les recomienda observar
las exposiciones de galerías que compiten, ver las películas que tienen
críticas negativas, para así imaginar qué hizo mal el director, y por supuesto,
¡Leed, leed, leed! Deben convertirse en espías y ser auténticos cotillas que
escuchan a escondidas. Añade a su
discurso, aun lo mejor: “Hoy podría ser el final de vuestra delincuencia
juvenil, pero también debería ser el primer día de vuestra nueva desobediencia
adulta”, y las consignas y/o consejos finales: DISEÑAD, HORRORIZADNOS,
ESCANDALIZAD, UTILIZAD LA
TECNOLOGÍA, y finalmente, DAD GRACIAS POR LO QUE TENÉIS.
Ahora os toca li
ar la.
El autor
Apodado por el escritor de la generación
beat William Burroughs “El Papa del Trash” John Waters, que nació el 22 de
abril de 1946 en Baltimore, Mayland (Estados Unidos) se convirtió en un
director de culto en los años 70 gracias a sus comedias inmundas, groseras,
satíricas e irreverentes. Con títulos como “Pink Flamingos”, “Polyester” o
“Hairspray” es un referente básico del cine undergound más sucio, fresco,
desvergonzado y camp, o como llegó a afirmar Susan Sontag, “el mejor ejemplo de
la expresión artística conscientemente artificiosa, estrafalaria, divertida y
exagerada”.
Después
de trabajar como marionetista para niños Waters grabó en el instituto sus
primeras películas. Allí, junto a un puñado de amigos, creó un grupo al que
denominó The Dreamland Players y con una cámara de 8 mm comenzó a rodar historias
que intentaban subvertir los valores del ciudadano medio estadounidense. Había
ingresado en la
Universidad de Nueva York pero duraría más bien poco, un día
lo pillaron fumando marihuana y al siguiente ya estaba de patitas en la calle
con una carta en la que sus profesores le recomendaban a sus padres que su hijo
necesitaba acudir a un psiquiatra.
Waters
rodaría en los años 70 títulos como “Multiple Maniacs” (1970), “Pink Flamingos”
(1972), uno de sus títulos más populares, “Cosa de hembras” (1974) y “Desperate
Living” (1977). Con “Polyester” (1981), comedia satírica, y “Hairspray” (1988),
posteriormente convertida en musical de Broadway, alcanzaría otros éxitos.
Su
cine se ha atemperado más con el paso de los años y ha ofrecido títulos de
enfoque más comercial como “Los Asesinatos de Mamá” (1994) y “Pecker” (1998).
Su última película es “Los Sexoadictos” (2004), una comedia sexual.
John Waters, Cómo liarla; Barcelona, Anagrama, 2017;
“Contraseñas ilustrada”.
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