Ángel
ZAPATA
ESCRITURA
Y VERDAD
Con la reciente destrucción del
fondo editorial de Alianza (debido a razones de rentabilidad económica), el
lector español perdió la oportunidad de acceder, entre otros títulos
imprescindibles, a la edición de los Cuentos completos de Medardo
Fraile.
Afortunadamente, este vacío se ve
paliado en parte, ahora, por una antología —Cuentos de verdad—aparecida
en ediciones Cátedra. Por la belleza, la creatividad y el intenso carácter
idiomático de su estilo, Medardo Fraile está emparentado de lejos con el
espíritu de las vanguardias; y de cerca, con la cultura española de los años
50, donde inscribe su producción. Por lo inmediato de sus temas, por el corte
experiencial de su escritura, por ese inconfortable testimonio en torno a la
soledad que alienta en tantos de sus cuentos, la labor narrativa de Medardo
Fraile entra en un diálogo mucho más que fecundo con el realismo de influencia
anglosajona de la última generación de cuentistas, y se constituye así como un
nombre clave, un verdadero puente entre modernidad y tradición.
De este modo, cuando muchos de
los ideales de la generación de los 50 se muestran cada vez más vinculados a
una situación pasada ( y exigen ya de los lectores un abordaje historicista),
la honradez difícil de Medardo Fraile, su compromiso esencial —con la
escritura, con la verdad humana—, hacen de la lectura de sus relatos una
experiencia urgente y viva, una interpretación a nuestro ahora, tal como lo
hace siempre cualquier literatura que merezca el apelativo de clásica.
Cuentos de verdad, pues,
nos asoma a la obra de un clásico vivo. Y hasta de un clásico a su pesar,
cabría decir, pues todo en la obra de Medardo Fraile —la elección de género, la
incertidumbre en sus narradores, el difuminado del tema, el modo
deliberadamente “menor” de dicción—emplazan su escritura en la crisis de la
modernidad, y en el fin de las “grandes historias”. En esto consiste la plena
vigencia de los relatos de Fraile. Su mezcla irrepetible de tradición y
actualidad. Y a ellos puede acercarse el lector (a falta una vez más, de los Cuentos
completos) por medio de esta antología de Cátedra; que se completa con un
cuidado estudio crítico, a cargo de la profesora María del Pilar Palomo.
(Publicado
en Muface, Otoño, 2000; núm., 180)
No hay comentarios:
Publicar un comentario