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SOBREVIVIR
A LA DERROTA
¿Qué ha ocurrido, literariamente
hablando, en el panorama narrativo de misterio, intriga o espionaje después de
algunos maestros del género como Greene o Le Carré? Pues que nuestros jóvenes
escritores han mordido el anzuelo y se han sumergido en la escritura de unas
historias que nada desdicen de aquellas que, en este país, hemos leído desde
siempre porque, desaparecido el primero y algo menos prolífico el segundo, nos
dejaban huérfanos de un tipo de relato poco frecuente en el vasto panorama de
la literatura española en las últimas décadas, pero que en Andrés Pérez
Domínguez (Sevilla, 1969) han encontrado un alumno más que aventajado para
desarrollar una buena trama lejos de los tópicos del telón de acero o
importantes capitales europeas porque su novela La clave Pinner (2004),
se desarrolla en Sevilla y contiene todos esos elementos y añade, además,
algunos ingredientes más de lo habitual en una clásica novela de espías.
Un hombre podría tener en sus manos, tal
vez sin saberlo, la clave de la Segunda Guerra Mundial. Con este argumento, Pérez
Domínguez, construye un excelente relato en torno a la estratagema que los
aliados montan para engañar a los alemanes acerca del lugar y el momento en que
se producirá ese desembarco conjunto que acelere el final de la guerra. La
muerte de un piloto inglés que lleva una importante información y cuyo avión
accidentado cae en la costa onubense hará que, poco después, toda sospecha
recaiga en un antiguo militante comunista, Miguel Carmona, escondido desde el
final de la guerra civil española en un pequeño pueblo de la provincia
andaluza. La maquinaria del contraespionaje británico se pone en marcha y rescata
a Gordon Pinner, un enigmático inglés y antes espía del Komitern, amigo
por otra parte de Carmona en los años revolucionarios de preguerra, para que
vuelva a Sevilla y descubra el escondite del fugado compañero. Cabe decir en
favor de Pérez Domínguez que la trama está perfectamente dosificada a lo largo
del relato, desde la fuga de Carmona cuando es descubierto en su escondite, su
posterior encuentro con la guardia civil en el camino, su no menos irónica y
fortuita asistencia ante el paso de la comitiva del Caudillo en La Palma o su entrada en
Sevilla y su posterior reencuentro con Rosa, otra conocida de aquellos tiempos
mejores, cuando ésta lo esconde en la taberna de su marido asesinado.
Al hilo del relato de espías, que es de
lo que se trata, Pérez Domínguez, construye la historia de los derrotados de la
guerra civil española, volviendo atrás en los recuerdos de los personajes
cuando es necesario para justificar un presente que se concreta en la España de los vencedores y
el lugar que nuestro país ocupó en la Segunda Guerra Mundial, nido de espías alemanes,
británicos o rusos, dato histórico que algunos lectores ignorarán. Tanto Miguel
Carmona como Gordon Pinner forman parte de esa extraordinaria crónica que
reproduce un mundo de perdedores, porque tanto ellos como muchos de los
personajes que aparecen en La clave Pinner se encuentran en ese final de
una historia tanto personal como colectiva que les lleva, una y otra vez, a la
evocación de un pasado porque, las palabras Revolución y Proletariado, que se
han repetido a lo largo de su existencia, ya no forman parte de su vocabulario
y ya tan solo sobreviven a la realidad de una derrota.
LA CLAVE PINNER
Andrés
Pérez Domínguez
Barcelona,
Roca, 2004
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