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sábado, 28 de octubre de 2017

Javier Expósito Lorenzo



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EL MUNDO UN RECIPIENTE SAGRADO                    
              
       Luz, vida y amor estructuran en una intensidad creciente un libro de difícil clasificación si nos atenemos a cánones establecidos, aunque el sentimiento expresado en estas páginas comparte cierto aire de lirismo místico y las piezas narrativas que componen, Más alto que el aire (2013), de Javier Expósito Lorenzo (Madrid, 1971), intensifican su valor más allá de lo presumiblemente metafísico, ofreciendo ese punto de lectura espiritual que bien puede inscribirse en toda una tradición milenaria oriental, como contrapunto de la occidental para así otorgarle hoy el contenido y el sentido necesario en muchas de nuestras actitudes humanas.
       La búsqueda de lo absoluto, y una reivindicación de la vida y el amor como redención, componen, en esencia, la temática esgrimida por Expósito Lorenzo en este puñado de páginas que sin agotar temas, muestra un camino por recorrer, un horizonte que vislumbrar, y una meta como punto de llegada adonde dirigirnos. Al hilo de todo esto, este es un libro que parece escrito desde el dolor mismo,  aunque en sus palabras se vislumbra esperanza, incluso alegría de sobrevivir, de aceptar aquello que nos brinda la experiencia y las posibilidades que se devienen de ese otro camino emprendido: el propio conocimiento, la profundización en uno mismo para salvar errores pretéritos y nunca volver a los mismos. Este breviario, recorre todas las emociones humanas que, según el propio autor, se concretan en el amor, ideario de toda una existencia, motor de una vida, como él mismo ha experimentado y quiere transmitir a través de Más alto que el aire, además de anotar esos pequeños detalles con que se conforma nuestro cotidiano existir. La intensidad con que avanzamos en la lectura de estas líneas crece, explicada desde esa luz que arroja la cotidiana e inigualable belleza en la prosa de Expósito Lorenzo. Y lo mejor, una vez que uno llega al final, tras un laberinto de emociones, sentimientos, y pérdidas, nuestras dudas se resuelven en una auténtica superación, con esa iluminación que uno ve al final de un túnel y que lleva a un nuevo mundo, tras dejar las ruinas de uno más tenebroso.
       Pese a todo, y aunque Javier Expósito reivindica amor y vida como una posible redención, habrá que volver la vista a esa máxima que Anatole France preconizaba cuando afirmaba como nuestra existencia resultaba a la par tan deliciosa como horrible, tan encantadora como espantosa, tan dulce como amarga, aunque si nos fijamos bien, para algunos lo es todo. Este libro, en igual proporción, propende a ser una mirada al tiempo que fuimos: un niño, ese adolescente, o un joven que la mayoría de adultos abandonamos y que el autor rescata de un olvido emocional, como una necesidad vital para seguir subsistiendo. El adulto ha seguido creciendo, tiene hoy una visión diametralmente opuesta a la que el mundo le ofrecía, y así esta aventura, su particular cruzada, termina con un llamamiento a la esperanza.





MÁS ALTO QUE EL AIRE
Javier Expósito Lorenzo
Madrid, Los Libros del Olivo, 2013

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