UNA LIBERTAD
CREATIVA
Una antología de
cuentos desde una óptica homosexual: Lo
que no se dice.
Ya en la década de
los ochenta, formaciones de izquierdas comenzaron a responder a algunas de las
peticiones de colectivos homosexuales, gays y lesbianas, en un posible
acercamiento a posturas menos intransigentes, incluso dentro del aparato de los
partidos, y sobre todo desde una estructura y perspectiva marxista, vieron en
semejantes actitudes, el progreso hacia un auténtico socialismo en libertad.
Cuestión aparte
es que la homosexualidad haya sido siempre perseguida, odiada y vilipendiada
entre las personas de las sociedades modernas tanto en el presente como en el
pasado. Y esta barbaridad, que convierte al ser humano en intransigente por
naturaleza, se une al paroxismo feminista que condena el patriarcado eterno que
instauraron los hombres, los varones, y conduce a la sociedad a una visión del
mundo del enfrentamiento, donde las personas comunes se odian entre sí en
función de su distinta condición. Este despropósito viene a esconder al
principal culpable de la represión que, sin lugar a dudas, es el Estado, como
ha venido siendo habitual en los últimos siglos, una vasta concentración de
poder vertical y obligatorio. A nivel personal, el clima de violencia
estructural que existe socialmente, donde todo se articula hoy en torno a lo
coercitivo, la amenaza y sobre todo, el miedo, induce comportamientos
denigrantes e intransigentes, que provocan respuestas represoras tanto de colectivos
como personales. La elección homosexual no implica en sí una identificación
reduccionista, o simplista de la persona con respecto a lo físico o sexual, de
la misma forma que la elección heterosexual tampoco. El sexo es sólo una dimensión
de la existencia humana.
Web del Fotógrafo BRADEN SUMMERS:
La antología
El tamaño sí
importa, afirman los editores, y se refieren, obviamente, a la novela y al
cuento o relato; mientras en la primera el escritor dispone de una amplitud por
el esquema del formato, en el relato el desafío es mayor, el autor se juega
todos sus recursos expresivos al servicio de una historia que debe liquidar en
unas pocas páginas, además de crear un universo propio que atrape la atención
del lector. Así que le propusieron a once narradores abordar algunos de los
tópicos españoles desde una óptica homosexual; a saber, el fútbol, los toros, la Iglesia, la Navidad y la familia, o
ese amplio ámbito provinciano y rural donde se han contado historias desde
perspectivas muy distintas. La respuesta a este llamamiento editorial, fue de
Luisgé Martín, Fernando J. López, José Luis Serrano, Óscar Esquivias, Óscar
Hernández, Eduardo Mendicutti, Lawrence Schimel, Álvaro Domínguez, Luis
Cremades, Lluís María Todó y Luis Antonio de Villena. Esta variedad de nombres permite
una amplia diferencia de estilos, de temáticas, de formas de relatar, incluso
de plantear su relato y el sentido último del mismo. Todos los cuentos han
seguido el patrón prescrito, y entre ellos guardan enormes diferencias que más
que generacionales, los autores son de una edad muy diversa, realmente resultan
personales a la hora de abordar la homosexualidad: cada uno de ellos aporta un
universo diferente y abre los ojos a unos lectores que, sin duda, podrán
sentirse más afines a un contenido u otro, a un planteamiento o un desarrollo, y
podrá gustarles más un relato que otro, pero en el conjunto se puede apreciar,
sin duda, buena literatura.
Cuentos
Citemos autores y relatos, Luisgé Martín
sugiere el tabú existente en el mundo del fútbol y el concepto machista del mismo,
Fernando J. López insiste en esa negación de los que no admiten ser diferentes,
Óscar Hernández con su relato "¿Azul o verde?" cuenta una de esas
historias románticas en las que el amor vence cualquier obstáculo, que incluye
la incomprensión y el aislamiento personal de los lugares pequeños y alejados
del mundo; Eduardo Mendicutti en, “Canela y oro”, aporta la madurez de un texto
breve, de una perfección técnica perfecta con ese campo semántico del mundo del
toro que le sirve para seguir la técnica del cuplé, y convierte su historia en
un cuento de erotismo valiente, tan habitual en él, que con su gracia e irónica
visión de las cosas nos obliga a sonreír, o mejor aun a reír y, sobre todo, a
disfrutar de buena literatura; el joven Álvaro Domínguez nos lleva al delicado
mundo de las reuniones familiares donde el machismo se impone; pero con “Fábula
del mirar opaco”, Lluís Maria Todó, nos ofrece una Cataluña envuelta en
silencio social y políticamente censurada, y narra el ascenso de uno de esos
grupos de adolescentes como los Boy Scouts, donde la adolescencia despertaba y
de qué manera; o nos sumergimos en el más clásico, temáticamente hablando, Luis
Antonio de Villena nos devuelve el recuerdo de la mítica mili, con “Un hombre o
dos o tres…”. El resto, Óscar Esquivias y Luis Cremades parecen mostrar un
especial afecto por sus personajes, e insisten en que sepamos, pese a su
brevedad, más de sus vidas y sus formas de pensar, y tal vez por eso el primero
muestra un enorme respeto por la religión y la libertad de ser uno mismo por
encima del credo oficial, y el segundo por los convencionalismos familiares. Y,
finalmente, los “Hipocampos” de José Luis Serrano, pretenden ablandarnos el
corazón, pues sus caballitos de mar son hijos de una mala suerte cruelmente devastadora,
y los rumores, además, capaces de crear falsas identidades; y Lawrence Schimel,
otorga con su texto da la esperanza de gentes que aprenden a respetar la
diferencia.
En Lo
que no se dice el ejercicio de libertad creativa es absoluto, y una buena
ocasión para leer buena literatura.
Lo que no se
dice; relatos inéditos; varios; Madrid, Dos Bigotes, 2014; 196 págs.
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