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lunes, 2 de febrero de 2015

Desayuno con diamantes, 21



UNA LIBERTAD CREATIVA
Una antología de cuentos desde una óptica homosexual: Lo que no se dice.



    Ya en la década de los ochenta, formaciones de izquierdas comenzaron a responder a algunas de las peticiones de colectivos homosexuales, gays y lesbianas, en un posible acercamiento a posturas menos intransigentes, incluso dentro del aparato de los partidos, y sobre todo desde una estructura y perspectiva marxista, vieron en semejantes actitudes, el progreso hacia un auténtico socialismo en libertad.
  Cuestión aparte es que la homosexualidad haya sido siempre perseguida, odiada y vilipendiada entre las personas de las sociedades modernas tanto en el presente como en el pasado. Y esta barbaridad, que convierte al ser humano en intransigente por naturaleza, se une al paroxismo feminista que condena el patriarcado eterno que instauraron los hombres, los varones, y conduce a la sociedad a una visión del mundo del enfrentamiento, donde las personas comunes se odian entre sí en función de su distinta condición. Este despropósito viene a esconder al principal culpable de la represión que, sin lugar a dudas, es el Estado, como ha venido siendo habitual en los últimos siglos, una vasta concentración de poder vertical y obligatorio. A nivel personal, el clima de violencia estructural que existe socialmente, donde todo se articula hoy en torno a lo coercitivo, la amenaza y sobre todo, el miedo, induce comportamientos denigrantes e intransigentes, que provocan respuestas represoras tanto de colectivos como personales. La elección homosexual no implica en sí una identificación reduccionista, o simplista de la persona con respecto a lo físico o sexual, de la misma forma que la elección heterosexual tampoco. El sexo es sólo una dimensión de la existencia humana.



Web del Fotógrafo BRADEN SUMMERS:
La antología
   El tamaño sí importa, afirman los editores, y se refieren, obviamente, a la novela y al cuento o relato; mientras en la primera el escritor dispone de una amplitud por el esquema del formato, en el relato el desafío es mayor, el autor se juega todos sus recursos expresivos al servicio de una historia que debe liquidar en unas pocas páginas, además de crear un universo propio que atrape la atención del lector. Así que le propusieron a once narradores abordar algunos de los tópicos españoles desde una óptica homosexual; a saber, el fútbol, los toros, la Iglesia, la Navidad y la familia, o ese amplio ámbito provinciano y rural donde se han contado historias desde perspectivas muy distintas. La respuesta a este llamamiento editorial, fue de Luisgé Martín, Fernando J. López, José Luis Serrano, Óscar Esquivias, Óscar Hernández, Eduardo Mendicutti, Lawrence Schimel, Álvaro Domínguez, Luis Cremades, Lluís María Todó y Luis Antonio de Villena. Esta variedad de nombres permite una amplia diferencia de estilos, de temáticas, de formas de relatar, incluso de plantear su relato y el sentido último del mismo. Todos los cuentos han seguido el patrón prescrito, y entre ellos guardan enormes diferencias que más que generacionales, los autores son de una edad muy diversa, realmente resultan personales a la hora de abordar la homosexualidad: cada uno de ellos aporta un universo diferente y abre los ojos a unos lectores que, sin duda, podrán sentirse más afines a un contenido u otro, a un planteamiento o un desarrollo, y podrá gustarles más un relato que otro, pero en el conjunto se puede apreciar, sin duda, buena literatura.

Cuentos
   Citemos autores y relatos, Luisgé Martín sugiere el tabú existente en el mundo del fútbol y el concepto machista del mismo, Fernando J. López insiste en esa negación de los que no admiten ser diferentes, Óscar Hernández con su relato "¿Azul o verde?" cuenta una de esas historias románticas en las que el amor vence cualquier obstáculo, que incluye la incomprensión y el aislamiento personal de los lugares pequeños y alejados del mundo; Eduardo Mendicutti en, “Canela y oro”, aporta la madurez de un texto breve, de una perfección técnica perfecta con ese campo semántico del mundo del toro que le sirve para seguir la técnica del cuplé, y convierte su historia en un cuento de erotismo valiente, tan habitual en él, que con su gracia e irónica visión de las cosas nos obliga a sonreír, o mejor aun a reír y, sobre todo, a disfrutar de buena literatura; el joven Álvaro Domínguez nos lleva al delicado mundo de las reuniones familiares donde el machismo se impone; pero con “Fábula del mirar opaco”, Lluís Maria Todó, nos ofrece una Cataluña envuelta en silencio social y políticamente censurada, y narra el ascenso de uno de esos grupos de adolescentes como los Boy Scouts, donde la adolescencia despertaba y de qué manera; o nos sumergimos en el más clásico, temáticamente hablando, Luis Antonio de Villena nos devuelve el recuerdo de la mítica mili, con “Un hombre o dos o tres…”. El resto, Óscar Esquivias y Luis Cremades parecen mostrar un especial afecto por sus personajes, e insisten en que sepamos, pese a su brevedad, más de sus vidas y sus formas de pensar, y tal vez por eso el primero muestra un enorme respeto por la religión y la libertad de ser uno mismo por encima del credo oficial, y el segundo por los convencionalismos familiares. Y, finalmente, los “Hipocampos” de José Luis Serrano, pretenden ablandarnos el corazón, pues sus caballitos de mar son hijos de una mala suerte cruelmente devastadora, y los rumores, además, capaces de crear falsas identidades; y Lawrence Schimel, otorga con su texto da la esperanza de gentes que aprenden a respetar la diferencia.
En Lo que no se dice el ejercicio de libertad creativa es absoluto, y una buena ocasión para leer buena literatura.












Lo que no se dice; relatos inéditos; varios; Madrid, Dos Bigotes, 2014; 196 págs.


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