Todo lo
que siempre quisiste saber del Steampunk
A
propósito de, Retrofuturismos. Antología
Steampunk, de la editorial Nevsky Prospects.
“El steampunk proporciona un diálogo continuo entre el presente y el
pasado, como fórmula para avanzar hacia el futuro”.
Jeff VanderMeer.
El steampunk
fue, en sus inicios, un subgénero literario nacido dentro de la ciencia ficción
especulativa que surgió durante la década de 1980 y a manos de escritores
conocidos por sus trabajos cyberpunk; a saber, otro subgénero de la ciencia
ficción conocido por su enfoque en un futuro distópico con alta tecnología y
bajo nivel de vida y que, obviamente, toma su nombre del combinado cibernética
y punk. Mezcla ciencia avanzada, como la informática y la cibernética junto con
algún grado de desintegración o cambio radical en el orden social. A día de
hoy, este subgénero ha madurado hasta convertirse en un movimiento artístico y
sociocultural y no tan solo literario. El steampunk
se desenvuelve en una ambientación donde la tecnología a vapor sigue siendo la
predominante y, por lo general, se ha vuelto al pasado y se localiza en
Inglaterra durante la época victoriana, donde no es extraño encontrar elementos
comunes de la ciencia ficción o la fantasía.
Las obras de
temática steampunk a menudo muestran
tecnologías anacrónicas o invenciones futuristas imaginadas por los visionarios
de su época, todas ellas vistas desde la perspectiva victoriana en la cultura,
el arte, la moda e incluso la arquitectura.
El steampunk se inspira principalmente en
los trabajos de H. G. Wells y Julio Verne y del imaginario encontrado en sus
obras, y este subgénero se puede englobar dentro del movimiento retrofuturista,
el género de las ucronías y la ficción especulativa.
Para Marian Womack, editora y
compiladora de la Antología Steampunk
(2014), “El steampunk, una respuesta
estética basada en el retrofuturismo y el neovictorianismo, imagina un progreso
científico alternativo, una revolución industrial en la que la máquina
impulsada por vapor se convierte en la reina absoluta. Subgénero postmoderno,
consciente de su propia ficcionalidad y cercano al pastiche (…), sin necesidad
de pautas estructurales absolutas sí posee una coordenadas visuales y
narrativas muy marcadas que han propiciado su entrada en el mainstream:
turbinas de presión, doradas bielas y engranajes, torcidas chimeneas, máquinas
infernales, sirvientes automatizados, máquinas del tiempo o el sempiterno
dirigible”.
Y en el pasado,
según Wormak, “El steampunk no se centra
en una versión alternativa de la época victoriana debida únicamente a la
nostalgia por un inexistente pasado, visualmente más hermoso que el que nos
concedió la revolución tecnológica que verdaderamente ocurrió”.
Y en el futuro, reitera
Wormak, “Al steampunk se le ha llamado un
género escapista, vacío de cualquier ideología; esto resulta cuanto menos
cuestionable. No solo cada vez más colectivos sienten simpatía por la vocación
emergente del “hazlo-tú-mismo”, así como de su deseo por recuperar el control
sobre las grandes corporaciones globales para devolvérselo al ciudadano, y su
visión crítica de nuestra deshumanizada y consumista sociedad”.
La edición
Para quienes
ajenos a este movimiento, desde el punto de vista literario, se sientan ajenos,
esta Antología steampunk. Retrofuturismos
(2014), le acercará al fenómeno y a la
buena literatura, de la mano de algunos maestros españoles del género que,
según podemos constatar, empiezan a ser legión, además de las páginas y
entradas dedicadas del fenómeno, además de los numerosos blogs al tema. De Félix
J. Palma esperamos siempre buena y acertada literatura, y nuestro escaso
conocimiento del tema nos lleva a identificar, también, a Sofía Rhei y Noemí
Sabugal, el resto hasta un total de dieciséis son un verdadero descubrimiento
porque entre sus páginas encontramos la misma frustración social que atenaza al
resto de nuestra literatura contemporánea, se alejan de la tradición
decimonónica de Wells o Verne y en esa nostalgia de la novela de aventuras,
enmascaran sus deseos de una sociedad más equitativa y una estética que se
acerque más a ese permanente estado de rebelión permanente. El resto de
nombres, Guillermo Zapata, Laura Fernández, Rubén Sánchez Trigos, Cristina
Jurado, Jesús Cañadas, Alfredo Álamo, Rafael Marín, Rocío Tizón, Luis Guayar,
Sergio Lifante, Joseph Remesar, Ángel Luis Sucasa y Francisco Miguel Espinosa.
Curiosa elección
de lectura, sin duda, para una tarde de invierno.
V.V.A.A.
Retrofuturismos. Antología Steampunk; Edición de Marian Womack; Madrid, Nevsky Prospects, 2014, Col. “Fábulas de Albión”;
419 págs
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