CHEJFEC
Sergio
Chejfec (Buenos Aires, 1956) se adscribe a ese grupo de escritores que no
tienen una concepción pacífica de la literatura, la observan como un lugar
vacío que ocupar, lo literario se muestra como un territorio de entredichos permanentes.
Admirador de una artista venezolana, un día llamó a su puerta y así nació,
Baroni: un viaje (2007). En realidad, Rafaela Baroni es una escultora que vive
al pie de la cordillera, en la población de Betijoque, en el estado de
Trujillo. Talla, generalmente, figuras de madera con motivos religiosos, nadie
queda indiferente ante su mirada, sabia y transparente, ella imagina
permanentemente el mundo desde sus manos: vírgenes, santos, ángeles, flores y
pájaros multicolores, fina declamadora, cantautora y poetisa, es dueña de una
religiosidad muy personal. Todos los Viernes Santo del año celebra su propio
funeral para exorcizar, de alguna manera, la muerte.
La editorial Candaya presenta,
en España, a Sergio Chejfec con Mis dos mundos (2008), una fábula sobre cómo
recuperar el tiempo vivido de otra forma, en este caso, un paseo por un parque
en una ciudad del sur de Brasil, una suerte de arqueología irrelevante. Y
Baroni: un viaje (2010), ¿una novela? ¿un ensayo? ¿una crónica? ¿cuaderno de
notas? ¿un testimonio vivo? Chejfec juega, muestra esa sensación de vacío que
caracteriza a su obra, la suya es una forma de no vincularse con lo real, se
sirve de la indeterminación para interpretar el mundo, y solo así reinventa un
personaje, Baroni, tan esquivo como real. Su obra, sin duda, entreteje la trama
con la reflexión.
* Durante estos años, Chejfec se ha cnvertido en un autor de culto en nuestro país, y la mism editorial editaba La experiencia dramática (2013) y Modo linterna (2014).
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