LAS SOMBRAS OCULTAS
Fernando Valls publica, Sombras del tiempo (Estudios sobre el
cuento español contemporáneo, 1944-2015).
El cuento
calificado como un extraño género y, paradójicamente, considerado como el más
antiguo del mundo, tardío en adquirir forma literaria, buscó su propio espacio en
la literatura del pasado siglo XX, y sigue dando la batalla literaria durante
el presente, como deja constancia el excelente volumen que Fernando Valls (Almería,
1954) publica bajo el título de Sombras
del tiempo (2016). Denostado como género durante décadas, ha ido abriéndose
camino como apunta Valls en su amplio y pormenorizado estudio que subtitula,
“Estudios sobre el cuento español contemporáneo, 1944-2015”; pero “lo único que el
cuento tiene de género menor —escribía Medardo Fraile en Informaciones,
el 22 de octubre de 1955— es que ocupa menos espacio, que se gana con él menos
dinero y que pregona menos el nombre de su autor. Todo lo demás —si el escritor
acierta, naturalmente—, es difícil y grande”. Nunca llegaremos a saber si por
esta acertada opinión de Fraile, uno de los mejores narradores de la generación
realista del 50, los cimientos de la casa de la narrativa breve en este país
aún se sacuden; o cada cierto tiempo por una necesidad de sana reconsideración,
transcurrido un período amplio como para tener una perspectiva mejor, algunos
editores sabios, ciertos críticos honrados, y escritores conscientes vuelven a
la carga con esa revitalización que presupone el género cuento o relato, un
hecho que, evidentemente, no es necesario para nada, porque esta característica
forma narrativa goza de buena salud como, fácilmente, puede comprobarse en un
somero recuento de las numerosas antologías publicadas, a lo largo de los 80 y
los 90. Ofrecen esa variedad tanto nominal como temática que abarcaría no solo a
los autores incorporados en estos últimos años, sino un recuento de más de
sesenta años que enlazaría, por supuesto, con las generaciones más jóvenes, y
formaría ese corpus importante que fortalece el género.
Sombras del tiempo, ofrece una amplia
lista de los mejores libros de cuentos y relatos de la compleja historia del
cuento español de los últimos setenta años que encabeza los nombres de Max Aub,
Ignacio Aldecoa, Esther Tusquets, Juan Eduardo Zúñiga, José María Merino, Luis
Mateo Díez, Cristina Fernández Cubas, Juan José Millás, Javier Marías, Eloy
Tizón o Ángel Zapata; la crítica viva
e imprescindible de un libro como el presente que reúne un grupo de trabajos que
responden, como señala Valls, al sostenido interés por un género literario al
que la crítica no le ha prestado la atención que debiera, por su historia, por
su evolución teórica, y sus singularidades estructurales.
El cuento no ha tenido el peso suficiente
durante las últimas décadas, ni siquiera en el pasado XX cuando tanto editores
como autores apostaban por el género, incluso publicaciones diarias o
periódicas y las numerosas revistas que proliferaron incluían los nombres de
algunos reputados autores hoy, y habría que remontarse al libro de la
hispanista Erna Brandenberger, Estudios
sobre el cuento español actual, de 1973, y las contribuciones de algunos
protagonistas del momento, Los niños de la guerra (1983), selección de
Josefina R. Aldecoa, Cuento español de postguerra (1986), edición de
Medardo Fraile, El cuento español (1940-1980) (1989), edición de Óscar
Barrero Pérez, Cuento español contemporáneo (1993), edición de Ángeles
Encinar y Anthony Percival, Últimos narradores. Antología de la reciente narrativa
breve española (1993), selección de Joseluís González y Pedro de Miguel, y
José María Merino, Cien años de cuentos
(1998). El propio Fernando Valls empezaba su contribución al estudio del género
con abundantes artículos y los libros Son
cuentos. Antología del relato breve español, 1975-1993 (1993), las
monografías dedicadas a la narrativa breve de Marías, García Hortelano, Zúñiga,
Martínez de Pisón o Mateo Díez, o los dedicados al microrrelato, Soplando vidrio y otros estudios sobre el
microrrelato español (2008), las antologías, Ciempiés: los microrrelatos de Quimera (2005), Velas al viento: los microrrelatos de “La nave de los locos” (2010)
y Mar de pirañas: nuevas voces del
microrrelato español (2012), y que, curiosamente, no están contemplados en
esta edición de Sombras del tiempo.
Cuento
contemporáneo
El paso que Fernando Valls ha dado con
esta nueva entrega, Sombras del tiempo, es mucho mayor, su aportación al género
cuento es de una extremada importancia que cubrirá las lagunas de las últimas
décadas, y complementará esa futura historia del cuento aun por escribir. Valls
aporta con su libro una sólida información, un conocimiento amplísimo con todo
el material, diverso y exhaustivo, que oscila entre las generalidades,
antologías y colecciones, apartados dedicados al cuento en el exilio y la
generación del medio siglo, los olvidados, el renacimiento y los autores de
entresiglos y termina con los nombres en el siglo XXI.
La cronología de obras publicadas se
dilata entre 1944 y 2015, desde la posguerra y el posfranquismo, la transición
y la democracia o los nuevos nombres, incluido el fenómeno femenino: Cristina
Grande, Cristina Cerrada, Pilar Adón e Irene Jiménez, o Elvira Navarro y Marina
Perezagua, e incluye autores de obligada referencia hoy, Alberto Méndez, Ángel
Zapata, Pablo Andrés Escapa o Montero Glez. En un apartado final, sobre la
procedencia de los textos, Valls explicita su origen y publicación en revistas
académicas, prensa literaria o diaria, prólogos, capítulos de libros colectivos,
o antologías que ofrecen una rica variedad de registros por el tratamiento que
hace el crítico en su labor ensayística y divulgativa, fundamentalmente.
De los autores del exilio republicano se
recoge la labor de Max Aub y su injusto olvido durante años, cuentos nunca
antes publicados en antologías recientes, hecho subsanado por la editorial Alba
que editaba en 1994 dos volúmenes, Escribir
lo que imagino y Enero sin nombre;
con respecto a la generación de medio siglo, los nombres de Aldecoa, Sánchez
Ferlosio o Sueiro, e ignoramos si un olvido, Medardo Fraile, quien durante los
años 50 y hasta su voluntario viaje a Inglaterra en los 60, llevó una ferviente
labor como cuentista, y asentado en Glasgow continuaría desde su cátedra con
nuevas aportaciones al género, tanto teóricas como colecciones originales. No
menos curioso, el capítulo referido a «los olvidados» merecen esta llamada de
atención los tres nombres: Arturo del Hoyo, Antonio Núñez y el «olvidado entre
los olvidados», Álvaro Fernández Suárez.
El más abultado espacio queda para ese
“renacer del cuento” donde se celebra lo mejor de la narrativa, en algunos
casos con varias aportaciones, desde el mundo literario de Juan Eduardo Zúñiga,
los cuentos morales de Esther Tusquets o el amplísimo zoo de Javier Tomeo; varias
reseñas o prólogos, se ocupan de Luis Mateo Díez, José María Merino, Cristina
Fernández Cubas o Javier Marías, y no se olvida de notables contemporáneos que
alternan la novela con el relato, Juan José Millás, Enrique Vila-Matas o Ignacio Martínez de
Pisón. Y Juan Bonilla, Fernando Aramburu y Eloy Tizón, cuya narrativa breve
vincula a esa tradición de la prosa con ribetes vanguardistas y experimentales
que sustenta casi toda su obra; autores que dinamizan el género en nuestros
días.
Sombras
del tiempo se convierte en un libro de obligada referencia para los estudiosos
de la narrativa breve en este país desde la posguerra a nuestros días. Valls
acomete el reto de suplir una ausencia, perfila el dibujo sistemático de la
compleja historia del cuento, y convierte en imprescindible un manual que aun
suscita el interés por este género: el cuento.
Fernando Valls,
Sombras del tiempo. Estudios sobre el cuento español contemporáneo, 1944-2015;
Madrid,
Iberoamericana/ Vervuert, 2016; 716 págs.
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