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PÁJAROS
DEL DESEO
¿Una novela sobre el destino? La
narrativa de Jesús Ferrero (Zamora, 1952) se ha caracterizado, desde siempre,
por elaborar discursos que contenían una amplia perspectiva temática y
estructural que provenía de múltiples textos anteriores y con esa posibilidad
de cambiar la mirada del lector hacia esa nueva obra, es decir, la de ofrecer
una narrativa cómplice capaz de interesar a un lector inteligente.
Una larga trayectoria jalona los pasos
dados por Ferrero en el panorama narrativo de las últimas décadas desde su
acertadísimo Belver Yin en 1981 hasta El secreto de los dioses
(2003) con altibajos que, en nada desdicen su obra, sino corroboran la
profesionalidad de un autor que se desenvuelve tan bien en el terreno lírico
como el narrativo. Ahora entrega Ángeles del abismo (2005), el relato de
un narrador adulto que cuenta los
difíciles años de su adolescencia, en torno a los años finales de los 60 y
hasta los primeros de una emergente democracia, situando geográficamente la
acción en un colegio de Zumárraga, su relación con un grupo de amigos, con los
evidentes problemas de la adolescencia y su posterior paso a una edad adulta.
Ejerce el escritor como señor que valora el poder y el peso de una memoria, la
fuerza e intensidad del pasado y las experiencias llevadas a cabo durante buena
parte de nuestra vida y que nutren el resto de la misma. Así que el narrador se
reencuentra con su pasado cuando, transcurridos algunos años, retoma junto a
una de sus jóvenes amigas ese deseo nunca fue consumado y que ahora desde una
óptica de adultos se convierte en la definitiva experiencia que los salvará del
pasado.
La novela está estructurada en cuatro
partes. Las tres primeras corresponden a la reconstrucción de la historia misma
y la última, y más breve, justifica todo el relato anterior. En realidad, la
historia se centra en el influjo que un personaje, Diago, un profesor de
francés, ejercerá sobre el grupo de amigos, en particular, tres de ellos y la
sumisión a la que somete a estos jóvenes. Valentín, Hans y Jonás sucumbirán a
la extraña personalidad del profesor, a su afán posesivo incluso a la vejación
sexual. Ferrero realiza, pues, una auténtica bajada a los infiernos desde esa
mirada de indefinición que tienen los adolescentes, sometidos, en ocasiones, a
las influencias de un camino por definir. El profesor encarna esa perversión
que en la historia se transformará en un dominio absoluto de sus voluntades, un
personaje tan detestable como creíble, capaz de sacrificar sus proyectos
pedagógicos y su propia vida a una pasión, pero por encima de todo la voluntad
del escritor hará que el futuro en ambos casos se trunque y se justifique por
esa especie de destino o azar que rige nuestras vidas.
ÁNGELES
DEL ABISMO
Jesús
Ferrero
Madrid,
Siruela, 2005
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