Para Mariángeles, infinitamente.
Cada año
hacemos nuevos, y sin duda mejores propósitos. En este, apenas transcurridos
unos días, y hasta este momento, no había conseguido esbozar aun los míos.
Quizá porque a medida que pasan los años la lista se va acortando y las necesidades
son menos, o así se nos antojan a algunos.
De
cualquier manera mis prioridades en el último trimestre del pasado 2014 se
concretaron en el tiempo: ese del que no disponía en los últimos 35 años de vida,
más o menos; es decir, un tiempo para leer, un tiempo para escribir, un tiempo
para la familia y los amigos, disponer el suficiente para asistir presentaciones
de libros, realizar viajes de placer o de trabajo; en suma, esa libertad para
alargar en la medida de lo posible las 24 horas, o al menos una parte del total
de un día normal.
Así que con el nuevo año, se me antoja que satisfecho ese
pequeño deseo, el resto vendrá por añadidura, y como me viene ocurriendo en los
últimos, y aun no me he hecho rico con la Lotería de Navidad, disfruto, al menos, de eso
que gozan el resto de muchos españoles: salud, y esta, además, que no falte. Y
luego claro, está la familia, tan necesaria e importante, la vida contemplativa,
la sobremesa en el sillón preferido y las buenas lecturas, recibir libros, disfrutar
con ellos y alegrarme por aquellos que vienen dedicados por los amigos, y luego
los encargos literarios, como esa sucesiva aventura en que sumergirse, seguir día
a día con este blog, apenas inaugurado en septiembre del pasado año, y escribir
unas líneas o alguna página de la nueva novela, y cuando se tercie, y a la hora
del descanso, el rato con los entrañables amigos, el buen vino, el queso y el
jamón.
Este año, además, me he propuesto no hablar mal de los
políticos, aunque exigirles honradez: política, económica, social, y cultural.
Si consigo alguno de estos propósitos o, tal vez, todos, el año 2015 será
bueno, de lo mejor, porque iré consiguiendo aquello que he anhelado siempre, y
en parte por lo que he luchado a lo largo de mi vida. Y claro, luego están los
tópicos: paz, bienestar, igualdad entre sexos, educación y trabajo para todos,
acabar con el hambre en el mundo, la dignidad, la ética y la humanidad entre semejantes,
y por encima de todo, que entre todos seamos capaces de tender una mano a los
más desfavorecidos.
Ahora tienes bastante tiempo para tus cosas y poder disfrutar de ellas junto a las personas que quieres.
ResponderEliminarTes efguiré desde este blog y comparto tus buenos deseos. Lo único que me resultará difícil, tocando la visera de lo imposible, es no hablar mal de los políticos. O quedarme mudo. Un abrazo
ResponderEliminarComo imaginarás, querido Antonio, es una ironía por mi parte, ¿quién no puede hablar de nuestros políticos? Yo, jamás, me he quedado mudo, y así me va, claro.
ResponderEliminarDifícil veo yo que se cumplan tantas cosas, aunque todo es posible. Quizá por eso de terminar en 15...los de la niña bonita, nos pueda traer algunas ILUSIONES y ESPERANZAS y, que conste, no digo suerte, repito: ILUSIONES y ESPERANZAS.
ResponderEliminarMª Ángeles.