LOS CUENTOS COMPLETOS DE VLADIMIR NABOKOV
Se publican por primera vez
los Cuentos Completos (2001) de Nabokov aunque existían ediciones parciales
como Trece
relatos, (Guadarrama, 1978) y Una belleza rusa (Anagrama, 1992).
Alfaguara asume ahora el reto de publicar estos Cuentos completos, en
una traducción ejemplar de María Lozano.
Desde
el punto de vista de la historia literaria universal, Vladimir Nabokov, ha sido
incluido entre los autores vanguardistas por su propensión al juego de
palabras. Pero Nabokov es original por haber diseñado, con una categoría
universal, el mundo psicológico de ciertos tipos de perversión y la utilización
narrativa de ciertos elementos propios del vanguardismo al que ha sido
adscrito. Su conocimiento de la novela del siglo XX le otorga esa visión que
ofrece la literatura como instrumento de lo que se denomina realidad y en lugar
de escribir relatos psicológicos, trató de describir, explicar y analizar el
carácter de sus personajes a través de formulaciones mucho más precisas que le
llevaron a contar las historias de su propia experiencia, de su propia
fantasía; técnica que le permitió jugar con el lenguaje. Sus relatos se
convierten, por consiguiente, en verdaderas joyas narrativas, meros ejercicios
de estilo que lo prepararían estilísticamente para sus grandes novelas.
Cuentos
completos
Los relatos de Nabokov habían
ido apareciendo —según apunta su hijo Dmitri Nabokov en el prólogo a la edición
española de sus cuentos—, en revistas y colecciones hasta que el mismo autor se
decidió a publicar la versión inglesa de estos textos: Nabokov´s Dozen (1958),
A Russian Beauty and Other Stories (1973), Tyrants Destroyed anda
Other Stories (1975) y Details of a Sunset and Other Stories (1976).
Estos cuatro volúmenes fueron preparados por el propio Nabokov siguiendo varios
criterios: tema, época, ambiente, uniformidad y variedad. La edición española
sigue un deliberado orden cronológico y ofrece esa visión general que puede
percibirse del desarrollo general. En los relatos se muestran temas, métodos e
imágenes que se entretejen y desarrollan a lo largo de su obra, ecos de la
juventud de Nabokov en Rusia, sus años universitarios en Inglaterra, su exilio
en Alemania y Francia y posteriormente en América, aunque el tema fundamental,
aquel que se convierte en nudo temático principal y aparece más veces en su
obra es el desprecio absoluto por la «crueldad», en realidad la crueldad de los
humanos y la crueldad del destino.
El
primer relato de la colección es «El duende del bosque», quizá uno de los
primeros que escribió durante su estancia en el Trinity College de Cambridge.
Había llegado a Inglaterra con su familia en 1919 y nunca más regresó a Rusia.
Firmó el cuento con el seudónimo de Vladimir Sirin. En el relato Nabokov imagina que estando
exiliado recibe la visita de un leshiy, un duende de los bosques, del
antiguo parque de Vyra que ha tenido que ir huyendo de bosque en bosque a
medida que los talaban o llenaban con fosas comunes. Todos los demás duendes,
ninfas, trasgos, toda la belleza incomprensible de Rusia, han sido obligados a
irse. La combinación del elfo y de la nostalgia censurable que contiene el
relato traza un camino que el joven escritor pronto aprendió a no seguir en sus
intentos de explotar un pasado irrecuperable. Nabokov dejó de escribir relatos
hasta el mes de enero de 1923 y durante este tiempo completó sus estudios.
Vivía en Berlín a donde se había trasladado la familia en 1920 y donde
asesinaron a su padre el 28 de marzo de 1922. No obstante se había dedicado a
componer poesía y a traducir al ruso Alicia en el país de las maravillas.
Cuentos violentos, románticos, obscenos, brutales, sórdidos, crueles,
delicados, delirantes, místicos, toda una galería de horrores, humillaciones y
desdichas que conciernen al hombre, pero inequívocas muestras de una belleza
inusitada porque lo que pretende Nabokov con su literatura, sobre todo con sus
cuentos, es hacernos partícipes de la incomprensible hermosura de nuestra
existencia con sus días y sus noches, con sus colores y con sus claroscuros,
con sus dichas y con sus mezquindades, resquicio inexcusable del mundo en el
que vivimos.
Una
belleza rusa
Los cuentos que componen Una
belleza rusa (1973) son: «Un belleza rusa», «El Leonardo», «Humo tórpido»,
«Una mala noticia», «Labios contra labios», «La visita al museo», «Una cuestión
de honor», «Terra incógnita», «El seductor o Un tipo bien plantado», «Última
Thule», «Solus Rex», «El Elfo Patata» y «El círculo». El primer relato que da
título al libro se publicó el 18 de agosto de 1934 y es una divertida miniatura
con un desenlace inesperado. El segundo texto, se escribió en el verano de
1933, en la ribera del lago Grunewald, en las cercanías de Berlín. Cuenta la
historia de un falsificador y aunque originariamente el texto se tituló, «El
reyezuelo», finalmente, Nabokov adoptó este título para su versión definitiva
en inglés. El ambiente del exilio, un tema tan romántico que habían
desarrollado no pocos escritores rusos de las época, se esboza en «Una cuestión
de honor» y fue publicado por la revista Rul´ en torno a 1927. En
realidad es una novela corta que tiene mucho de Combate singular, de
Chejov.
En el invierno de 1939 a 1940 escribió,
Nabokov, su última obra en ruso. Se trataba de una novela que nunca terminó
pero de la que había publicado dos capítulos titulados, «Solus Rex» (1940) y
«Última Thule» (1942). También «El Elfo Patata» se publicó en diversas entregas
los días 15, 17, 18 y 19 de diciembre de 1929. El relato tiene estructura de
guión cinematográfico. Está ambientado en Inglaterra frente a la mayoría de los
textos que componen Una belleza rusa. «El círculo», el último relato de
la colección, pertenece a una pequeña parte de la novela La dádiva,
escrita en Francia y terminada en 1937, pero que no fue publicada hasta 1952.
El cuento pertenece, por tanto, a la órbita de la historia aunque sirve de
complemento a la historia de Fiódor Godunov-Cherdíntsev. El resto de relatos que completan la edición
de Alfaguara proceden en su mayoría de Trece relatos aunque algunos como
«Las hermanas Vane» fueron escritos en Estados Unidos, publicados allí por
primera vez en 1951. Este es un curioso ejemplo de relato bien construido, el
narrador permanece ajeno durante toda la historia a la trampa que le han
preparado las dos hermanas muertas, que utilizan su nombre en forma de
acróstico en el último párrafo para asegurar su misteriosa participación en la
historia. En la primavera de 1940 la familia Nabokov viajó a América a donde
permanecería durante veinte años y escribiría, básicamente, en inglés.
Consiguieron un pasaje en un barco fletado por la organización judía de Nueva
York, cuyo director Yákor Frumkin, había sido un viejo amigo de su padre. En
Norteamérica la vida le resultó más fácil, aunque sin dejar de ser modesta,
hasta que la publicación de Lolita lo convirtió en un hombre rico y
famoso.
Cuentos Completos
Edición definitiva
Vladimir Nabokov
Madrid, Alfaguara, 2001; 792 págs.
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