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VERICUENTOS
La cita de Wallace Stevens que encabeza
el presente volumen, «ningún hombre es un héroe para quien lo conozca» viene a
cuento porque la primera parte y la más extensa del nuevo libro de Andrés
Neuman (Buenos Aires, 1977), Alumbramiento (2006), está dedicada a esos
otros hombres, como la primera historia en la que en la habitación de un sanatorio
se describe a un hombre, rodeado por el médico, la esposa y algunas enfermeras,
porque intenta dar a luz a otro hombre, sin duda, la más fantástica de las
propuestas de Neuman, para seguir con otros nueve relatos que ponen de
manifiesto los distintos papeles adjudicados al hombre a lo largo de la
historia: esposo amante, padre, justiciero y el luchador o, incluso,
aventurero, en una insólita visión del papel de la masculinidad, aunque como
bien es sabido se trata de cuentos en su sentido más estricto; la estructura
formal del libro, tres bloques más un apéndice, sigue con unas «Miniaturas»,
microcuentos o narraciones muy breves para expresar, con un extremo
minimalismo, actitudes de una sociedad como la presente, envuelta en una
fingida felicidad, como manifiesta el más irónico que se titula, precisamente,
«La felicidad», una convulsa realidad o una inmersión en la magia y la belleza
de las cosas, el amor o el destino donde la concentración verbal es expresada
de la manera más contundente.
En un tercer bloque, además de rendir
homenaje a algunos narradores interesantes: una deliciosa conferencia de Borges
en Buenos Aires, el absurdo diálogo entre Gombrowicz y un Mastronardi no menos
jocoso, un Queneau asaltante de ancianas, Neuman explora el mundo de la
literatura, la edición y los editores, las vicisitudes de un poema traducido o
las complejas relaciones entre autor y lector, pero desde una perspectiva
jocosa, humorística, sarcástica que el escritor remata en un excelente texto
que titula «Sobre las bondades del punto de vista» para después terminar, como
ya es habitual, en el narrador con un dodecálogo que ya había ensayado en El
último minuto (2001) y que ahora, de alguna manera, complementa al anterior
en algunos aspectos.
Andrés Neuman se caracteriza por ofrecer
en sus libros una muestra heterogénea tanto de cuentos como aforismos, escenas
o diálogos, pequeños ensayos donde recorre con maestría todos los recursos que
propone la densidad de la prosa puesto que ofrece los más variados registros para
explorar o para indagar, como suele hacer, en sus textos, porque como entre
otras afirmaciones suyas, el cuento no es algo difícil sino peligroso y en el
riesgo que asume el escritor estaría precisamente lo sigiloso de su arte.
ALUMBRAMIENTO
Andrés
Neuman
Madrid,
Páginas de Espuma, 2006
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