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viernes, 7 de abril de 2017

Manuel Pimentel



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RUMBO A TOMBUCTÚ
      
       Las secuelas de nuestro pasado, el esplendor de Al-Andalus, la posterior expulsión de judíos y árabes, siguen siendo materia narrativa para nuestros escritores contemporáneos, bien construyendo un relato histórico al uso o como el mejor ejemplo de contar una trepidante historia de aventuras. Así puede calificarse esta segunda entrega de Manuel Pimentel (Sevilla, 1961) que publica La ruta de las caravanas (2005) o Artafi y los manuscritos de Tombuctú, es decir, la segunda aventura de esta joven arqueóloga a quien había presentado, anteriormente, en Puerta de Indias (2003), un relato ambientado en la ruta de los conquistadores, en el Yucatán.
       La ruta de las caravanas ofrece al lector, desde sus primeras páginas, una amena lectura que oscila entre el encanto y la vindicación de una civilización, el islam y la memoria de Al-Andalus, pasando por la aventura, el suspense y el riesgo para desentrañar el robo de unos manuscritos en la mítica ciudad de Tombuctú. El relato incluye un excéntrico viaje por las arenas del desierto del Sahara, la noticia de la cultura y de las costumbres de estas gentes, pero sobre todo se hace hincapié en el choque de civilizaciones que provoca en los occidentales un concepto como el fundamentalismo islámico. El relato se inicia en la ciudad andaluza de Córdoba, a donde llega, convocada por un antiguo profesor, la joven arqueóloga Artafi para encontrarse con el erudito Aziz que ha viajado hasta España para solicitar ayudas y poder salvar la fabulosa biblioteca de manuscritos que sus antepasados han logrado conservar milagrosamente a través de los siglos en medio del desierto. En el encuentro se verán las caras la joven, el erudito y un joven marroquí becado, interesado también en salvaguardar  los documentos. Un inesperado acontecimiento devuelve al  nigeriano a su lugar de origen. El relato, de suma actualidad, incluye un atentado en la ciudad de la mezquita, circunstancia en la que de alguna manera se verá envuelta la joven arqueóloga por su relación con los dos extraños personajes. A partir de este momento los acontecimientos desencadenan  un torrente de extrañas situaciones que nos llevan a un vertiginoso recorrido por Marruecos, el desierto del Sahara, las ciudades perdidas de Mauritania y hasta la curva misma del Níger para desentrañar algunas de las incógnitas en torno a los manuscritos en la ciudad perdida de Tombuctú.
       Manuel Pimentel ha escrito un fervoroso relato reivindicativo en favor de la cultura islámica de tanta raigambre histórica en nuestro país, sobre todo en la Andalucía del esplendor árabe, pero al margen de una reconstrucción y de numerosas anotaciones históricas, ha conseguido dotarlo de un ambiente de corte policíaco, con mucho suspense porque incluye todos los peligros que encierra la arena del desierto y sus habitantes, siguiendo la ruta de las antiguas caravanas, además de innumerables situaciones de peligro con secuestros y asesinatos, para redondear una auténtica aventura africana de buenos y de malos. El personaje Artafi se convierte en una heroína que pasa de una existencia ingenua a unir, por una necesidad de supervivencia, los distintos cabos sueltos que le han llevado a esas situaciones de peligro y a estar involucrada en una apasionante aventura. Lo más notable de este relato es la documentada perspectiva que tiene el escritor Pimentel sobre el complejo mundo árabe y andalusí, añadiendo datos tanto de manual como novelescos.  A las múltiples aventuras a que se enfrentará la joven arqueóloga, convertida casi en una especie de Indiana Jones femenina, el lector irá sumando un amplio conocimiento de los acontecimientos históricos en torno a ciudades como Walata o la misma e inaccesible  Tombuctú y surgen los nombres de aquellos personajes que en el pasado intentaron llegar a ella, casos de Mungo Park, A. Gordon Laing, y René Caillé, también calará en el lector la magia del desierto con las maravillas y peligros que oculta, admirará y se sorprenderá de la hospitalidad de la cultura tuareg y, sobre todo, descubrirá las joyas de los manuscritos conservados hasta hoy de la antigua cultura andalusí. Por este libro desfilan los nombres de Yudar Pachá, Ismael Diadié y esos otros explorados europeos que lograron llegar a la mítica curva del Níger para poder culminar una de las enigmáticas y hermosas aventuras de las múltiples culturas africanas.
       En este libro se desvelan algunas claves o cuestiones políticas y culturales que hacen más comprensible nuestra civilizacione, un texto que nunca llega a aburrir al lector, reinventa algunos tópicos de nuestro pasado como el concepto árabe de la Bética y esencialmente el esplendor de las ciudades de Córdoba y de Granada, urbes de mayor cultura universal, y subraya esa lamentable expulsión de los moros o de los andaluces de España del Sur, que habían cohabitado en esa convivencia milenaria a que nos hemos resistido durante años de historia porque nuestros manuales se han encargado de falsear a lo largo de estos últimos siglos. Valga la aventura, el enigma, para comprender parte de nuestro pasado y valga el entretenimiento para justificar un libro que se lee de tirón sin apenas hacer un alto en el camino y esto es algo también de agradecer.







LA RUTA DE LAS CARAVANAS
Manuel Pimentel
Barcelona, Planeta, 2005

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