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MI
LUCHA
Bienvenidos a un nuevo concepto del
mundo, incluido el familiar, los conflictos cotidianos tal y como los
conocemos, la presión del mundo laboral o al dinero como argumento válido y
única solución para nuestros problemas. Algunos de estos presupuestos normales
se apuntan en muchas de las páginas que Sergi Puertas (Barcelona, 1971) ha ido
construyendo a lo largo de su irreverente, caustico e hiriente relato sobre lo
normal y lo anormal de nuestro mundo. Un texto que titula acertadamente, Subnormal
(2005), y que demuestra cómo algunos de nuestros jóvenes viven la
desesperada sinrazón de encontrar su camino entre la banalidad de un mundo
absurdo y la posibilidad de un futuro alejado de esa aparente normalidad que
supone macarse metas.
La novela Subnormal cuenta la
historia del joven Artieda, víctima, entre otras muchas cosas, de tener un
hermano sordociego que contribuye en alguna medida a darse cuenta de esa
patente subnormalidad que puebla nuestro mundo; así se resiste, una vez
terminados sus estudios medios, a estudiar la carrera programada por sus
padres, enfrentarse posteriormente al mundo laboral y llevar vida que supondría
una aparente normalidad. A punto de enfrentarse a una selectividad, el panorama
futuro se le dibuja tan desesperante como anodino que se planta ante esa
evidente corrección que le dicta su comportamiento hasta el momento y comienza
un iniciático viaje para tratar de descubrir una nueva realidad, precisamente,
de la mano de su hermano, calificado por todos, como subnormal. Como es de
esperar en esta atrevida y no menos sarcástica o humorística historia, el joven
en cuestión descubrirá todo, incluido, el sexo y el amor, pero para él se
convierte en ese intento de libertad absoluta que le dicta el corazón. La
novela de Sergi Puertas no deja de ser una mirada valiente a un mundo
decadente, regido por unos mayores con tantos prejuicios como problemas para
salir adelante. Solo a través de esa aparente discapacidad del hermano pequeño,
el joven Artieda, logrará descubrir los misterios de un mundo que no por eso
deja de tener los peligros evidentes de una normalidad establecida aunque el
joven se resiste proclama a través de un discurso valiente una actitud
diferente a los prejuicios de muchos de los marginales, incluyendo, por
supuesto, tanto los normales como los subnormales y aquí estaría, precisamente,
el acierto de Puertas, contar esa otra realidad, la de los impostores que
pueblan nuestra sociedad. Y en ese grupo nos metemos todos, sin exclusión,
porque, inevitablemente, por debajo de la existencia cotidiana late esa otra
existencia que no asume las mismas reglas, ni por supuesto participa de la
misma idea de existencia.
SUBNORMAL
Sergi
Puertas
Barcelona,
El Cobre, 2005
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