…me
gusta
AÑOS VEINTE
El joven José López Rubio (Motril,
Granada, 1903-Madrid, 1996), se inició, literariamente, con un volumen de
cuentos, que ahora reedita MenosCuarto, titulado Cuentos inverosímiles,
publicado por Caro Raggio en 1921, aunque ya había escrito cuatro comedias que
no había logrado estrenar.
Hombre polifacético, narrador,
periodista, traductor, guionista y director de cine y de televisión,
destacaría, sin embargo, como comediógrafo. El historiador Ruiz Ramón
destacaría en él su extraordinaria facilidad para hacer comedia o farsa
fantástica, sátira ingeniosa o burlesca, teatro de costumbres con tendencia al
vaudeville o al sainete, pero sobre todo por ser un genio del teatro de
evasión. Maestro en desarrollar el doble juego del teatro dentro del teatro, la
ficción dentro de la ficción, quizá por todo esto, el presente libro no deje de
ser curioso y acertada su reedición, porque apareció en una época en la que no
fue excesivamente brillante para el género, como señala el prologuista Fernando
Valls, teniendo en cuenta que tanto la poesía como el teatro gozaban entonces
de más prestigio literario y social. Sin
embargo, los escritores de la época contribuyeron cultivando una narrativa
breve de estilos y tendencias muy variadas que no dejan de sorprender aún hoy
día. El libro está compuesto por veintiuna narraciones, acompañadas de otras
tantas ilustraciones, realizadas por los dibujantes más importantes de la
época; Valls señala, en su introducción, que el granadino publicaría otros
cuentos no recogidos en el volumen: «Al revés» (1925), «Mi calle con dos
serenos» (1927), «La ciudad que tenía sed» (1927), «El dueño de la i» (1928) y
«El bebedor de luz», «El agua que canta» y «El cazador de estrellas», sin
fechar.
El concepto de inverosímil
proviene del gran Gómez de la
Serna y de sus teorías opuestas a la verosimilitud y
coherencia de la narrativa realista, aunque tampoco hay que clasificar el
conjunto así porque se refieren a los primeros tanteos literarios de un joven
veinteañero. Lázaro Carreter calificaba estos cuentos de «descaradamente
informales, en los que apunta una fantasía, aún ingenua, instigada por
Fernández Flórez y por el maestro de Pombo, y expresada en un lenguaje
desenvuelto y limpio, pero aún no libre...». Algunos de estos cuentos tienden a
la fábula, otros se decantan por el espiritismo, incluso la actualidad más
rabiosa está presente, tampoco faltan esos pinitos metaliterarios en los que
una reflexión sobre la verosimilitud se hace necesaria, algunos se plantean un
reto literario, incluso pueden leerse cuentos con niños, esos seres tan
desvalidos, como «El plátano», la historia de Polín, un niño hiperactivo. López
Rubio apunta, en definitiva, con estos relatos sus buenas maneras de narrador
que confirmaría a lo largo de su vida.
CUENTOS
INVEROSÍMILES
José
López Rubio
Prólogo
de Fernando Valls
Palencia,
MenosCuarto, 2007
No hay comentarios:
Publicar un comentario