LL
Llorar
“Y lloro
más porque lloro en vano”.
Thomas H. Green
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Bulevar
Javier Sáez de Ibarra (Vitoria, 1961) sostiene que
todo cuanto existe está a la vista, y sin duda este ha sido el motivo, y ningún
otro, para titular su última colección de cuentos Bulevar (2013), una auténtica vía de comunicación y además, arquitectónicamente
en otro tiempo muy importante, considerada una amplia avenida peatonal, y ubicada
alrededor de las fortalezas defensivas de las ciudades. Sáez de Ibarra
justifica, en unas palabras previas, su concepto de Bulevar como algo roto, frente a conceptos clásicos que hablaban de
una colección de piezas textuales artísticas que representan, de alguna manera,
una forma de cultura y exige alguna clase de justificación pública que termina
configurándose como un libro. Es la suya una voluntad de ofrecer una escritura
en la que predomina la búsqueda de nuevas formas de expresión, que representa
esa otra posibilidad de explorar una auténtica indagación en las zonas oscuras
de nuestra realidad, y aunque se trate de una realidad cotidiana, cuanto más
familiar se nos antoja, generalmente resulta más desconocida. La autoexigencia
de Sáez de Ibarra se concreta en esa indagación que para él supone afrontar
cada uno de sus cuentos, es decir que la variedad temática y los registros
lingüísticos provengan de su experiencia como literato, en ocasiones como
docente, y aunque en la colección Bulevar
el narrador opta por una estética convencionalmente “realista” y su escritura
parte de historias con un principio y un final, el resultado resulta igual de
sorprendente y la validez que el autor otorga al relato se encuentra en esa
“revelación” final que conduce a otra forma de conocimiento y, por
consiguiente, reconduce ese clasicismo esgrimido al uso. Y tal vez, en este
sentido un cuento como “Permiso”, muestra esa perspectiva porque es un narrador
quien observa las vidas de los otros e imagina cómo podrían ser estas, y lo
hace con el propósito de adivinar la existencia de aquellos con los que uno se
cruza a diario, y algo parecido puede decirse de “Sacar al perro” y
“Fuerza”, ambas historias con personajes
que se inmiscuyen, por distintas razones, en la vida íntima de otros, y a modo
de voyeurs nos hacen pensar que estas
cosas no ocurren por pura y simple casualidad.
Costumbrismo y actualidad comparten temática común en
este Bulevar cuyas historias parten
de una mínima anécdota, como queda señalado, e inducen a unas expectativas que
no dejan indiferente al lector, porque los prejuicios, la rivalidad, el egoísmo
o la falta de profundidad en la comunicación humana son perspectivas que dan
cuenta, en realidad, de las diferentes formas de relación que surgen en unos
personajes arrastrados a desacuerdos e incomprensiones, al tiempo que
cuestionan sus relaciones y muestran la impresión recibida de una realidad cotidiana
bastante superficial. En algunos de los cuentos de este libro, en aquellos
donde se abordan estrictamente las relaciones humanas, hay alusiones a la condición
social de los personajes, y aunque no son un tema central, en algunos casos se
significan porque afectan al planteamiento y a la resolución de sus conflictos.
La frustración en el cuento “Fuerza” del protagonista ante su vecino solo es
posible explicarla por la diferente condición social; algo parecido ocurre en
“La reina” la competencia entre los padres separados se establece por la
cuestión económica; y en el relato “No se acaba nunca” la situación cotidiana
queda relegada al valor otorgado al trabajo y, sobre todo, a su ascenso en la
empresa, e incluso socialmente hablando; en “Hermanos” se produce la dificultad
de entenderse desde el contraste de dos modelos de vida.
Sáez
de Ibarra se siente deudor de la literatura de Hemingway, de Chéjov o de Carver
cuyos cuentos recrean escenas cotidianas (casi) intrascendentes, lo
suficientemente significativas porque revelan unas condiciones de vida
determinadas; sin embargo, el vitoriense incorpora argumentos tan tensos como
imaginativos que no dejan nunca indiferentes al lector y que por su intensidad
dramática se acercan a la deformación kafkiana y valleinclanesca, además de las
evidentes alusiones a los grandes maestros Poe y Borges.
Bulevar, como una curiosidad más, queda dividido en una primera y amplia
parte con catorce relatos que componen el grueso de la obra y no necesitan
mayor explicación, y se añade una “Versión extendida” que incorpora dos relatos
más de cierta extensión y de estructura
semejante a los anteriores. Y encartada, “Una historia reciente” la más rabiosa
actualidad, aunque estos “ejercicios de ciencia social” oscilen entre 2004 y
2012.
BULEVAR
Javier Sáez de Ibarra
Madrid, Páginas de Espuma, 2013241 págs.
¿Una jove promesa?
ResponderEliminarMª Ángeles.