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miércoles, 1 de octubre de 2014

Ángeles Encinar


Ingratitud
“Hay tres clases de ingratos: los que olvidan el favor, los que lo hacen pagar y los que se vengan”.
                                                                    Santiago Ramón y Cajal


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Cuento español actual (1992-2012)                         


          Toda antología que se precie está condenada de antemano a ser sometida al juicio de lectores y estudiosos, que disguste a quienes consigan ver amiguismos en sus páginas, y ausencias notables, o malintencionadas interpretaciones pese a que el antólogo se asegure de todos y cada uno de los criterios que le han llevado a realizar su trabajo, justificándolos y sosteniendo cada una de las premisas esgrimidas; por consiguiente, en una antología como Cuento español actual (1992-2012) se alegrarán quienes figuren en la lista, y disgustarán quienes no estén en ella. Ocurre en proyectos tan amplios que conforman un espacio temporal lo suficientemente significativo para contentar a una dilatada nómina de edades tan dispares como en esta muestra que, entre otros propósitos, pretende no dejar nada/nadie fuera, léase en este sentido, nombre propio o adscripción temática. Un período de veinte años ofrece la perspectiva suficiente, vislumbra literariamente estilos, tendencias y procedimientos necesarios y ajustados como para abordar un género, calificado siempre como “cenicienta” de las letras durante el siglo XX y, aun en el recién inaugurado, XXI.
                La presente edición de Ángeles Encinar, Cuento español actual (1992-2012) (2014), debería ofrecer las garantías suficientes de un excelente trabajo, riguroso y completo, habitual en esta hispanista, porque entre otros aspectos intenta convertirse en complemento de una compilación anterior, Cuento español contemporáneo (1993), realizada con Anthony Percival, y señala que ninguno de los nombres de esta edición figuraba entonces, así que ahora se actualizan autores cuya obra se ha desarrollado a lo largo de la década de los noventa del pasado XX y del primer decenio del presente siglo. De los incluidos en estos cuentos solo tres, Fernando Aramburu, Julia Otxoa e Ignacio Vidal-Folch, forman parte de una generación muy anterior, los cincuenta, mientras que los restantes, hasta un total de treinta y cinco, cubren las décadas de los sesenta, setenta, e incluso los ochenta, y hoy resultan nombres conocidos, con altibajos en su producción cuentística, y con uno o varios libros de cuentos en su haber.





La antología
                Mercedes Abad, Felipe Benítez Reyes, Juan Bonilla, Carlos Castán, Esther García Llovet, Marcos Giralt Torrente, Hipólito G. Navarro, Cristina Grande, Berta Marsé, Javier Sanz de Ibarra, Ángel Zapata, Pilar Adón, Jon Bilbao, Mercedes Cebrián, Cristina Cerrada, Patricia Esteban Erlés, Isabel González, Irene Jiménez, y Miguel A. Zapata pertenecen a la década de los sesenta, y a estos se incorporan narradores que transitan por los mundos de lo fantástico, Olgoso, Tizón o Muñoz Rengel, o quienes optaron por una doble dirección en la que hacen compatibles la novela y el cuento – Óscar Esquivias, Almudena Grandes, Andrés Neuman, Martínez de Pisón, Félix J. Palma o Menéndez Salmón, Care Santos, Pedro Ugarte, y recientemente, Elvira Navarro, David Roas y Berta Vías Mahon y, uno de los más jóvenes, Cristian Crusat, nacido en los ochenta. Cada uno de los seleccionados ha publicado al menos una colección de cuentos, aunque otros como Gonzalo Calcedo, presentan una dilatada trayectoria, con catorce volúmenes editados a fecha de hoy. Y luego, necesariamente anotar las notables ausencias, de temática variada, estilo y acusada presencia en la narrativa breve contemporánea, José Manuel Benítez Ariza, Guillermo Busutil, Francisco A. Carrasco, Eduardo Jordá, Manuel Moyano, Miguel Ángel Muñoz, Javier Mijé, Jesús Ortega y Juan José Téllez, a ellos y alguno más, dedica Encinar unas palabras, excusándose por la ausencia de los mismos, aduciendo problemas de espacio, casos de Luis Magrinyà, Lola López Mondéjar, Luisgé Martín, Tomás Val, Ernesto Pérez Zúñiga, Pablo Andrés Escapa, Carola Aikin, Josán Hatero, Ignacio Ferrando, Sara Mesa, Paul Viejo, Daniel Gascón, Matías Candiera, o Juan Gómez Bárcena, entre otros.






Heterogeneidad
                Un extenso apartado de convivencia y heterogeneidad, muestra la enorme diversidad de temas en los que se enmarcan los textos, y reflejan la vitalidad, heterogeneidad y eclecticismo actuales del cuento en nuestro país, según la propia Ángeles Encinar, así encontramos un variopinto muestrario de relatos de ciencia-ficción, realistas, metaliterarios, surrealistas, experimentales, inscritos en el mundo del absurdo, humorísticos, paródicos, grotescos y otras temáticas y estilos que se concitan en este volumen con el único fin de sorprender y atrapar al lector, porque como señala Hipólito G. Navarro, “me interesa un lector inteligente, un lector cómplice, que se involucre plenamente con el texto, que se enfade o se apasione con él, que esté en todo momento activo en el transcurso de la lectura”.
                Encinar postula sobre el papel desempeñado por ciertas editoriales que, desde comienzos del siglo XXI, se han volcado en la publicación de relatos breves, convirtiéndose en auténticas especialistas del género. Significativo, el caso de Páginas de Espuma, desde el año 2000 y la creación reciente de su “Premio Internacional de Narrativa Breve, Ribera del Duero”, sin olvidar Traspiés, Tropo, Salto de Página, o en sus comienzos Lengua de Trapo. Tampoco hay que perder de vista la labor de algunas revistas literarias, Lucanor, Turia y Sin embargo, que, incluyendo cuentos en sus contenidos, hicieron visibles a un buen puñado de cuentistas de nuevo cuño que hubieran permanecido inéditos. Y últimamente, proliferan algunas páginas web, “El Síndrome Chejov” y “La nave de los locos”, regentadas por Miguel Ángel Muñoz y Fernando Valls, respectivamente, portales donde se llevan a cabo una expansión del relato gracias a su inmediatez y su capacidad de divulgación. O el florecimiento de premios literarios dedicados a este género que ofrece a los autores la posibilidad de continuar con su tarea, algo imposible de otro modo por el escaso volumen de sus ventas. Cuento español actual (1992-2012) cuyo carácter didáctico y universitario queda patente, incluye una completa bibliografía teórica, crítica y estudios generales acerca del cuento, trabajos específicos sobre los autores y otras antologías precedentes. Intercala una relación detallada de cada uno de los cuentos, y de los volúmenes donde aparecieron publicados en su día. Cada relato viene precedido, como cabe suponer, de una pequeña bio-bibliografía del escritor en cuestión, que recopila datos sobre sus publicaciones literarias, tanto en el terreno del cuento, novela o ensayo, así como si colabora en medios de comunicación. Ángeles Encinar, con un curioso criterio, ha introducido, un miniformulario con un par de preguntas para cada autor, les interroga acerca de las tendencias literarias que a su juicio han influido en el cuento actual, y sobre los grandes maestros del género que, de alguna manera, han conformado la forma de escribir de cada uno de ellos. Este pequeño cuestionario proporciona, por un lado, información general sobre el panorama del cuento, o las preferencias de los autores, al tiempo que se implican en este trabajo recopilatorio, otorgándole una convincente pincelada de viveza, interrelación o incomodidad. Las opiniones, variopintas, así Mercedes Abad, “no consigue ver una tendencia clara”, Fernando Aramburu “percibe una notoria variedad de asuntos y estilos”, Jon Bilbao habla de “una diversificación de tendencias”, para Calcedo, “cabe de todo y con soltura”, e Hipólito G. Navarro habla “de las dos últimas décadas por uno de los períodos más fecundos del cuento español, una etapa en la que conviven múltiples estéticas y en la que trabajan juntas, nutriéndose mutuamente, admirándose sin reservas, varias generaciones de cuentistas”.                                                      

                                                                                  
Cuento español actual (1992-2012); 
ed., de Ángeles Encinar; Madrid, Cátedra, 2014; 522 págs.


3 comentarios:

  1. Quizá ninguna antología sea completa a gusto de todos. A pesar de las ausencias, una buena antología para acercarse al relato contemporáneo.

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  2. Ausencias significativas, sin duda.
    Mª Ángeles.

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  3. En la primera foto solo aparecen tres autores y en la segunda ¡ninguno! Te paso otra más completa: https://fbcdn-sphotos-g-a.akamaihd.net/hphotos-ak-xaf1/t31.0-8/1836751_717850708259991_291845212_o.jpg

    Pero me parecen más graves otras cosas: en el grupo de los sesenta haces viejos a por lo menos seis autores, quizás alguno más; el resto de la clasificación de repente no es cronológica, sino de género, y metes ¡a Tizón en lo fantástico!, pero no a Roas; y luego de repente la clasificación enfrenta a quien escribe solo cuento o novela y cuento, y entre estos no cuentas a Bonilla, a Giralt Torrente, o a los propios Tizón o Rengel, pero sí a otros con una sola novela o nouvelle.

    Tampoco analizas los cuentos. En cambio con las ausencias sí te esmeras.

    No sé, un poco confuso y batiburrillo.

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