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domingo, 2 de noviembre de 2014

Hoy tomo café con…



Javier Expósito Lorenzo

 “La distancia que establezco entre géneros cada vez es menor, la literatura es vida y la vida se mezcla continuamente en diversos géneros”.



     Javier Expósito Lorenzo, nació en Madrid, en 1971, es periodista y actualmente responsable literario de la Fundación Banco de Santander y director de la colección Cuadernos de Obra Fundamental, aunque su pasión literaria se ha concretado en el mundo de la lírica y el cuento. Finalista del Premio NH con El otro lado del agua y del Tiflos con Pájaros en los bolsillos. Su libro Más alto que el aire (2013) ha sido una auténtica sorpresa editorial.

     ¿Cuestionarse acerca de lo más íntimo del ser humano resulta fácil o, tal vez, muy difícil?
La intimidad es ahora mucho más difícil, porque tenemos menos tiempo para intimar, no solamente con los otros, si no con nosotros mismos. por eso hablar de cosas como el alma y de conexiones invisibles con los demás y con el mundo que nos rodea, no deja de ser para muchos más que una pérdida de tiempo. Diría que actualmente, aunque cada vez más gente lo hace, sigue siendo difícil desnudarse sin tapujos, de verdad, y hablar de cosas que no podemos racionalizar las más de las veces, que sólo podemos sentir.

     Se lo pregunto porque Más alto que el aire (2013) ahonda en lo más hondo del ser humano, ¿era este su propósito?
No había propósito, eso es lo que he conseguido con este libro, que no habiendo más propósito que el desahogo de una emoción, que la observación de un proceso propio de ausencia, desde más alto que el aire hayan surgido unos textos que no sólo penetran en mis emociones y sentires, sino que, de alguna manera, se hacen eco invisible de los corazones y las almas que flotan en el inconsciente colectivo, propiedad de todos.

     Usted afirma que ya no suele leer libros que no le lleguen al alma, ¿por qué?
Porque vamos muy deprisa, hay mucho que leer, mucho que aprender, mucho que experimentar cada día, y cada vez se nos deja menos tiempo para hacerlo, ya que a este sistema que nos gobierna, le gusta muy poco dejarnos cancha para sentirnos dentro y saber quiénes somos, porque entonces somos más peligrosos. Por eso, si leo, lo que leo me tiene que hacer sentir, me tiene que llegar hasta los tuétanos, si no ya no quiero perder el tiempo. Y, sobre todo, necesito verdad en la lectura, no meros ejercicios de palabras o mentes retorcidas.

   Más alto que el aire, es su primera publicación, anteriormente se ha ejercitado en poesía y cuento, ¿qué distancia establece entre géneros?
La distancia que establezco entre géneros cada vez es menor, porque si para mí la literatura es vida y la vida se mezcla continuamente en diversos géneros, drama, comedia, amor, erotismo, terror, etc. la literatura por fuerza ha de comportarse de la misma forma…por eso este libro, que según Pablo d’Ors, un escritor y una persona a la que admiro, “está lleno de vida”, es en el fondo una ruptura de géneros y un libro un poco inclasificable, porque se atiene a la vida y ahí se rompen todas las fronteras y se van mezclando los géneros constantemente.

     ¿Es este un libro escrito desde el dolor? ¿Por qué motivo?
No es un libro escrito desde el dolor…hubo dolor sí, pero la chispa que lo encendió fue la observación serena de la ausencia amorosa, y desde ese vacío, desde la propia unidad de lo que yo era como testigo, volví a llegar al amor, para luego volverme a caer de él, y ya sí, desde el dolor de la ruptura, superar ese itinerario sombrío a través de la escritura como una sanación en la que redescubrí el amor como fuente redentora. 



   En alguna información hemos leído que Más alto que el aire  es, esencialmente, un conjunto de reflexiones que aborda emociones humanas.
En este libro hay de todo. Uno puede tomarse los títulos de cada texto como sentencias inspiradoras, puede tomarse los contenidos como prosas poéticas, como poesía fabulada, como fábula lírica, filosofía poética o qué sé yo…hay un hilo narrativo en muchas de las obras, pero sobre todo lirismo, mucho lirismo, que creo le falta a nuestra vida en una época de tecnologías y aplicaciones que no cesan…sí, se trata de llevar las emociones a la palestra, de quitarse las máscaras, de llorar si hay que llorar, reír si hay que reír, y dolerse de lo que haya que dolerse…vamos, de ser nosotros mismos…

   ¿Las tres partes del libro, “Luz”, “Vida” y “Amor” son la esencia humana frente a la realidad?
La luz es lo que nos nutre en lo cotidiano, lo que somos nosotros para el mundo si sabemos darnos cuenta del faro que llevamos dentro…la vida es lo que nos une a la tierra, a los animales, a cada ecosistema, y si traicionamos ese vínculo nos estamos traicionando a nosotros mismos y a la realidad de la que nos responsabilizamos. Y el Amor, la última parte, el Amor, es la garantía de perpetua vuelta, lo que lo llena todo, la Unidad de lo que somos, el Todo que nos rodea…la gota y el océano…

   ¿Por qué son tan importantes los pequeños gestos?
Los rituales diarios son importantes en la meditación interior, y lo son en la oración de un sacerdote budista, cristiano o un mulá, porque requieren una repetición, un sistema, y ese sistema crea un camino para darnos cuenta de lo que decimos poniendo peso en cada palabra que pronunciamos o acción que realizamos. O sea, se trata de un hacernos conscientes y responsables. Y eso, sólo se consigue poco a poco, con pequeños gestos y también dándose cuenta de lo que nos rodea y abrir los ojos al que tenemos enfrente y a los detalles que éste también tiene. Sólo de esa manera, vemos el mundo como una aventura y una alegría, no como una defensa y un veneno. Ahí radica la importancia de los gestos pequeños. Un guiño de ojo, una sonrisa, un coger del brazo, un ceder un asiento, unos buenos días con sustancia, esas cosas sin importancia nos permiten cambiar la óptica y el ángulo…

   ¿Ha planteado su libro con esos pequeños detalles para conseguir mayores logros?
Creo que las personas que han conseguido los mayores logros ni siquiera se los planteaban muchas veces, llegaron hasta ellos…en mi caso puedo decir que no me planteé con este libro nada, y sí con los otros que había escrito antes y ni siquiera se han publicado hasta ahora…en el fondo, lo escribí un poco para sanarme a mí mismo…para desahogarme y dar un aliento de belleza y cierta verdad a la realidad que vivía cada día, y hacérmela un poco más llevadera…

   Este “Breviario para el alma” está salpicado de citas literarias y de autores ¿Qué significado tiene la literatura en estos textos que conforman su libro?
En este libro están condensadas muchas de las vías literarias que me han ido calando estos años, pero sobre todo las que paladeaba mientras creaba cada texto del libro, por eso están enriquecidos con las citas de los autores que me han dado sosiego y paz y profundidad de miras, como pequeños indicadores de caminos que llevan a un destino único. Los trascendentalistas norteamericanos como Emerson, Whitman, Thoreau, los místicos españoles como Teresa o Juan de la Cruz, los filósofos actuales de la emoción de pensamiento como Ceronetti o los del siglo pasado como Kierkegaard o barrocos como Spinoza y románticos como el poeta Rilke, son algunos de los que embellecen este libro y lo dan mucha más riqueza. Maestros al fin y al cabo.

   Si uno es capaz de repasar su vida, detenerse y reflexionar, ¿llega a mayores logros?
En realidad creo que de lo que se trata es de no lograr nada, sino de disfrutar. Y disfruté mucho haciendo este libro, porque reí, porque lloré mientras lo escribía, y me ensimismaba pensando en cada una de las historias, me olvidaba del mundo y me concentraba tanto en mi interior que llegaba más allá de la personalidad que tengo aquí, y que no es la autora de este libro, de modo que, como un pequeño milagro, atisbaba al ser que somos más allá, y era éste el que me arrebataba las manos y comenzaba a teclear sin un tiempo ni un espacio, ajeno a todo alrededor.

   Y una pregunta un tanto incómoda, ¿a quién puede ayudar este libro?
Algunos dicen que es un oráculo al que le puedes preguntar, otros que escuchado con música te pone en contacto con tus emociones más profundas…supongo que todas las personas estamos hechas de lo mismo, conectados entre nosotros, y cuando uno pulsa una tecla dentro de sí mismo que toca a su alma y su corazón, de alguna manera está tocando esa misma tecla en el resto de personas y a sus almas y corazones…lo que valió para darme reposo y equilibrio, también quizá valga para los demás si somos en el fondo iguales y a la vez singulares.

   Y después de Más alto que el aire ¿qué?
Lo que quiera que traiga la vida, porque no soy dueño de lo que hago con la inspiración que viene de más alto que el aire…de momento, la posibilidad de una novela, un diario, un libro de viajes, no sé muy bien qué será o si lo será todo, sobre mis vivencias interiores y exteriores en un reciente viaje a Chile y la Isla de Pascua. “Cuaderno de Pascua”, me parece que va a titularse, y un libro de cuentos que sigue aún sin dueño editorial, y que fue escrito hace ya unos años, pero creo que ya toca, a ver si algún editor se anima… 










 Javier Expósito Lorenzo
Más alto que el aire
Breviario para el alma

Madrid, Los Libros del Olivo, 2013; 128 págs.

1 comentario:

  1. Los pequeños detalles siempre nos pueden llevar a los grandes.
    Mª Ángeles.

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