Javier Expósito Lorenzo
“La distancia que establezco entre géneros
cada vez es menor, la literatura es vida y la vida se mezcla continuamente en
diversos géneros”.
Javier Expósito Lorenzo, nació en Madrid, en 1971,
es periodista y actualmente responsable literario de la Fundación Banco
de Santander y director de la colección Cuadernos de Obra Fundamental, aunque
su pasión literaria se ha concretado en el mundo de la lírica y el cuento.
Finalista del Premio NH con El otro lado del agua y del Tiflos con Pájaros en
los bolsillos. Su libro Más alto que el
aire (2013) ha sido una auténtica sorpresa editorial.
¿Cuestionarse
acerca de lo más íntimo del ser humano resulta fácil o, tal vez, muy difícil?
La intimidad es ahora mucho más difícil, porque
tenemos menos tiempo para intimar, no solamente con los otros, si no con
nosotros mismos. por eso hablar de cosas como el alma y de conexiones
invisibles con los demás y con el mundo que nos rodea, no deja de ser para
muchos más que una pérdida de tiempo. Diría que actualmente, aunque cada vez
más gente lo hace, sigue siendo difícil desnudarse sin tapujos, de verdad, y
hablar de cosas que no podemos racionalizar las más de las veces, que sólo
podemos sentir.
Se lo
pregunto porque Más alto que el aire (2013) ahonda en lo más hondo del ser
humano, ¿era este su propósito?
No había propósito, eso es lo que he conseguido con
este libro, que no habiendo más propósito que el desahogo de una emoción, que
la observación de un proceso propio de ausencia, desde más alto que el aire
hayan surgido unos textos que no sólo penetran en mis emociones y sentires,
sino que, de alguna manera, se hacen eco invisible de los corazones y las almas
que flotan en el inconsciente colectivo, propiedad de todos.
Usted
afirma que ya no suele leer libros que no le lleguen al alma, ¿por qué?
Porque vamos muy deprisa, hay mucho que leer, mucho
que aprender, mucho que experimentar cada día, y cada vez se nos deja menos
tiempo para hacerlo, ya que a este sistema que nos gobierna, le gusta muy poco
dejarnos cancha para sentirnos dentro y saber quiénes somos, porque entonces
somos más peligrosos. Por eso, si leo, lo que leo me tiene que hacer sentir, me
tiene que llegar hasta los tuétanos, si no ya no quiero perder el tiempo. Y,
sobre todo, necesito verdad en la lectura, no meros ejercicios de palabras o
mentes retorcidas.
Más alto
que el aire, es su primera publicación, anteriormente se ha ejercitado en
poesía y cuento, ¿qué distancia establece entre géneros?
La distancia que establezco entre géneros cada vez
es menor, porque si para mí la literatura es vida y la vida se mezcla continuamente
en diversos géneros, drama, comedia, amor, erotismo, terror, etc. la literatura
por fuerza ha de comportarse de la misma forma…por eso este libro, que según
Pablo d’Ors, un escritor y una persona a la que admiro, “está lleno de vida”,
es en el fondo una ruptura de géneros y un libro un poco inclasificable, porque
se atiene a la vida y ahí se rompen todas las fronteras y se van mezclando los
géneros constantemente.
¿Es este
un libro escrito desde el dolor? ¿Por qué motivo?
No es un libro escrito desde el dolor…hubo dolor
sí, pero la chispa que lo encendió fue la observación serena de la ausencia
amorosa, y desde ese vacío, desde la propia unidad de lo que yo era como
testigo, volví a llegar al amor, para luego volverme a caer de él, y ya sí,
desde el dolor de la ruptura, superar ese itinerario sombrío a través de la
escritura como una sanación en la que redescubrí el amor como fuente redentora.
En alguna
información hemos leído que Más alto que el aire es, esencialmente, un conjunto de reflexiones
que aborda emociones humanas.
En este libro hay de todo. Uno puede tomarse los
títulos de cada texto como sentencias inspiradoras, puede tomarse los
contenidos como prosas poéticas, como poesía fabulada, como fábula lírica,
filosofía poética o qué sé yo…hay un hilo narrativo en muchas de las obras,
pero sobre todo lirismo, mucho lirismo, que creo le falta a nuestra vida en una
época de tecnologías y aplicaciones que no cesan…sí, se trata de llevar las
emociones a la palestra, de quitarse las máscaras, de llorar si hay que llorar,
reír si hay que reír, y dolerse de lo que haya que dolerse…vamos, de ser
nosotros mismos…
¿Las tres
partes del libro, “Luz”, “Vida” y “Amor” son la esencia humana frente a la
realidad?
La luz es lo que nos nutre en lo cotidiano, lo que
somos nosotros para el mundo si sabemos darnos cuenta del faro que llevamos
dentro…la vida es lo que nos une a la tierra, a los animales, a cada
ecosistema, y si traicionamos ese vínculo nos estamos traicionando a nosotros
mismos y a la realidad de la que nos responsabilizamos. Y el Amor, la última
parte, el Amor, es la garantía de perpetua vuelta, lo que lo llena todo, la Unidad de lo que somos, el
Todo que nos rodea…la gota y el océano…
¿Por qué
son tan importantes los pequeños gestos?
Los rituales diarios son importantes en la
meditación interior, y lo son en la oración de un sacerdote budista, cristiano
o un mulá, porque requieren una repetición, un sistema, y ese sistema crea un
camino para darnos cuenta de lo que decimos poniendo peso en cada palabra que
pronunciamos o acción que realizamos. O sea, se trata de un hacernos
conscientes y responsables. Y eso, sólo se consigue poco a poco, con pequeños
gestos y también dándose cuenta de lo que nos rodea y abrir los ojos al que
tenemos enfrente y a los detalles que éste también tiene. Sólo de esa manera,
vemos el mundo como una aventura y una alegría, no como una defensa y un
veneno. Ahí radica la importancia de los gestos pequeños. Un guiño de ojo, una
sonrisa, un coger del brazo, un ceder un asiento, unos buenos días con
sustancia, esas cosas sin importancia nos permiten cambiar la óptica y el
ángulo…
¿Ha
planteado su libro con esos pequeños detalles para conseguir mayores logros?
Creo que las personas que han conseguido los
mayores logros ni siquiera se los planteaban muchas veces, llegaron hasta
ellos…en mi caso puedo decir que no me planteé con este libro nada, y sí con
los otros que había escrito antes y ni siquiera se han publicado hasta ahora…en
el fondo, lo escribí un poco para sanarme a mí mismo…para desahogarme y dar un
aliento de belleza y cierta verdad a la realidad que vivía cada día, y
hacérmela un poco más llevadera…
Este
“Breviario para el alma” está salpicado de citas literarias y de autores ¿Qué
significado tiene la literatura en estos textos que conforman su libro?
En este libro están condensadas muchas de las vías
literarias que me han ido calando estos años, pero sobre todo las que paladeaba
mientras creaba cada texto del libro, por eso están enriquecidos con las citas
de los autores que me han dado sosiego y paz y profundidad de miras, como
pequeños indicadores de caminos que llevan a un destino único. Los trascendentalistas
norteamericanos como Emerson, Whitman, Thoreau, los místicos españoles como
Teresa o Juan de la Cruz,
los filósofos actuales de la emoción de pensamiento como Ceronetti o los del
siglo pasado como Kierkegaard o barrocos como Spinoza y románticos como el
poeta Rilke, son algunos de los que embellecen este libro y lo dan mucha más
riqueza. Maestros al fin y al cabo.
Si uno es
capaz de repasar su vida, detenerse y reflexionar, ¿llega a mayores logros?
En realidad creo que de lo que se trata es de no
lograr nada, sino de disfrutar. Y disfruté mucho haciendo este libro, porque reí,
porque lloré mientras lo escribía, y me ensimismaba pensando en cada una de las
historias, me olvidaba del mundo y me concentraba tanto en mi interior que
llegaba más allá de la personalidad que tengo aquí, y que no es la autora de
este libro, de modo que, como un pequeño milagro, atisbaba al ser que somos más
allá, y era éste el que me arrebataba las manos y comenzaba a teclear sin un
tiempo ni un espacio, ajeno a todo alrededor.
Y una
pregunta un tanto incómoda, ¿a quién puede ayudar este libro?
Algunos dicen que es un oráculo al que le puedes
preguntar, otros que escuchado con música te pone en contacto con tus emociones
más profundas…supongo que todas las personas estamos hechas de lo mismo, conectados
entre nosotros, y cuando uno pulsa una tecla dentro de sí mismo que toca a su
alma y su corazón, de alguna manera está tocando esa misma tecla en el resto de
personas y a sus almas y corazones…lo que valió para darme reposo y equilibrio,
también quizá valga para los demás si somos en el fondo iguales y a la vez
singulares.
Y después
de Más alto que el aire ¿qué?
Lo que quiera que traiga la vida, porque no soy
dueño de lo que hago con la inspiración que viene de más alto que el aire…de
momento, la posibilidad de una novela, un diario, un libro de viajes, no sé muy
bien qué será o si lo será todo, sobre mis vivencias interiores y exteriores en
un reciente viaje a Chile y la
Isla de Pascua. “Cuaderno de Pascua”, me parece que va a
titularse, y un libro de cuentos que sigue aún sin dueño editorial, y que fue
escrito hace ya unos años, pero creo que ya toca, a ver si algún editor se
anima…
Javier Expósito Lorenzo
Más alto que el aire
Breviario para el alma
Madrid, Los Libros del Olivo, 2013; 128 págs.
Los pequeños detalles siempre nos pueden llevar a los grandes.
ResponderEliminarMª Ángeles.