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Mundo
“Es culpa
mía, culpa mía personal, si el mundo va mal”.
Fiódor Dostoyevski
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La familia del aire
Miguel
Ángel Muñoz afirma que, el escritor necesita explicarse, aunque haya casos en
los que se hace voto de silencio, confiando en la capacidad de un libro para decirse
a sí mismo. Y añade que, aun quedan algunos escritores, ilusos soñadores, con
la convicción de que sus libros bastan, que dicen lo que el escritor no puede
añadir, e insiste en que hablar sobre un libro es desnudar un misterio. No
sabemos muy bien si por este u otro motivo, o porque se trate de un campo de
experimentación, el cuento, de lento aliento, sigue dando la batalla en el
panorama literario español y alguien como Miguel Ángel Muñoz (Almería, 1970), se arma de valor y reúne una
singular colección de entrevistas que ha titulado, La familia del aire (2011).
Autor de dos colecciones de relatos, El síndrome Chejov (2006) y Quédate donde
estás (2009), en su aun breve, pero intenso esfuerzo por/para el cuento, ha
sido incluido en varias antologías de renombrado prestigio, Macondo boca arriba
(2006), Ficción Sur (2008), Microrrelato
en Andalucía (2009), Ellos y Ellas (2010), Siglo XXI. Los nuevos nombres del
cuento español (2010) y Pequeñas Resistencias 5. (2010), y mantiene desde 2006
un blog-literario dedicado, exclusivamente, al cuento, que se ha convertido en
un espacio de referencia del género durante estos últimos años, donde publica
noticias, reseñas, pequeños artículos y apreciaciones, o incluso narraciones
breves, que han ido apareciendo, en una variada y dosificada ejemplaridad,
además de una serie de entrevistas a los escritores de cuentos más
representativos de las últimas décadas, incluídos aquellos que desde el punto
de vista de la historia literaria se les califica como «decanos» o «hermanos
mayores» con una ya considerable e importante obra breve narrativa en su haber.
El difícil arte de la
conversación/ entrevista se concreta en la habilidad y en la inteligencia de
quien pregunta y, sobre todo, en su relación con la obra del autor y el
análisis pormenorizado que se hace de ella, combinando las preguntas de
carácter más particular con otras más generales que determinen esa complicidad
entre entrevistado/ entrevistador en toda su extensión para que cuando, uno
termine de leer, sienta la sensación de asistir a la amena charla de dos amigos
que se sabe tienen notables puntos de vista en común. En realidad, La familia
del aire es el resultado de treinta y seis entrevistas a cuentistas de varias
generaciones de narradores y de temática tan amplia, diferente y sorprendente
que casi se podría agotar el género con la lectura de estos autores, porque
oscilan entre la coherencia de José María Merino, el reconocimiento de Cristina
Fernández Cubas, el equilibrio de Soledad Puértolas, la evolución magistral de
Enrique Vila-Matas hasta llegar a los hermanos mayores: Carlos Castán, Eloy
Tizón y Juan Bonilla, o la incorporación de algunos nombres que, a lo largo de
los noventa, figuraron con voz propia: Hipólito G. Navarro, Gonzalo Calcedo, Ángel
Zapata, Fernando Iwasaki, Mercedes Abad, Guillermo Busutil, o un no menos
interesante, y recientemente incorporado, Javier Sáez de Ibarra. El resto
oscila entre la visión de lo fantástico, Olgoso, Moyano y Muñoz Rengel, pasando
por esa doble dirección ensayada, según, el autor, en autores como Jordá,
Luisgé Martín, Orejudo o Menéndez Salmón. Entre los estrictamente narradores de
variada factura, nombres más jóvenes y recientemente incorporados al panorama
breve, Cristina Grande, Francisco Afilado, Pepe Cervera, Ibán Zaldua, García
Antón, Tornay, un olvidado Hatero, Pilar Adón, Mercedes Cebrián, Bilbao,
Patricia Esteban Erlés, Ferrando, Sara Mesa y Andrés Neuman, para acabar el
recuento con un final de lujo, la voz del maestro silencioso, Juan Eduardo
Zúñiga. Un apéndice útil completa la sorprendente nómina: un índice de
personas, revistas, editoriales y obras; una referencia bibliográfica de
autores y obras cuando aparecen en las entrevistas y, en tercer lugar, una
amplia bibliografía de los entrevistados, ordenados por fecha de nacimiento, en
la que se han listado todos sus libros de cuentos, incluso se añaden aquellos
publicados posteriormente a la fecha de
la entrevista para que los lectores puedan hacerse una idea de la evolución de
la obra del narrador.
Cada
entrevista, señala el autor, tiene su pequeña historia. Aunque lo que queda de
manifiesto, una vez leído este voluminoso libro, es la generosidad de los
entrevistados y el rigor del entrevistador, porque ordenados y leídos estos
cuestionarios en un progresivo interés, se percibe la voz de los escritores y el
trasfondo que subyace en sus libros, aflora además en buena parte esa vulnerada
vida o existencia que supone su forma de ser, y solo así entendemos esa otra
mirada a sus manías y ambiciones, las suficientes para embarcarse en esa
fantástica aventura de escribir, como el propio Miguel Ángel Muñoz señala. Es
entonces cuando, como lectores cuanto afirman o niegan cada uno de ellos nos
servirá a nosotros para volver la vista y observar la cantidad de historias que
en estos últimos veinte años se vienen escribiendo, y además muy bien.
Constatado este hecho, como afirma el entrevistador, cuando menos lo esperemos,
mientras descansa La familia del aire sobre nuestra mesa, escogeremos un cuento
al azar y comenzaremos a leer.
LA FAMILIA DEL
AIRE
Entrevistas
con cuentistas españoles
Miguel
Ángel Muñoz
Madrid,
Páginas de Espuma, 2011
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