INFANCIA
Los autores de álbumes o cuentos
infantiles tienen una sorprendente
capacidad para contar, con una mínima expresión, la tierna realidad
inmediata, ese mundo cercano a una niñez que nunca deja de sorprenderse/de sorprendernos
por cuanto ocurre a su alrededor. Los ilustradores añaden la magia que
complementa la brevedad de los textos, el hechizo de unas palabras que se
funden con esa inocente visión, un encantamiento como nadie puede imaginar.
Consciente de la buena perspectiva de autores e ilustradores de literatura
infantil en España, recientemente ha caído en mis manos un libro de semejantes
características. Nahir Gutiérrez recibía el premio Apel-les Mestres por
¿Dónde está güelita Queta? (Destino, 2010). En este caso, la narradora aborda
la ausencia y, más que una ausencia prolongada, el significado de la muerte,
como realmente deberíamos contársela a los niños. Los dibujos son de Álex
Omist, predominan dos colores fuertes, un acierto que refuerza magistralmente
el mensaje del libro.
La realidad triste de un ser
querido, su ausencia, la pregunta, ¿dónde está...?, que un niño repite, una y
otra vez, ofrece un hermoso mensaje de lectura. En este libro asoman gestos, se
recuerdan esos hechos que conforman las historias mínimas del pasado reservadas
en nuestra memoria, que los peques viven de forma distinta. Un niño es capaz de
comprender como el cielo está muy lejos, y que ni siquiera viajando en avión
pueden encontrarla allí, recuerda sus regalos, y echa de menos su rutina
cotidiana, porque nadie enrollaba los calcetines, o contaba las historias como
ella. Por eso, mamá insiste, güelita sí está.
Sábado,
30 de abril, 2011; pág., 8
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