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martes, 30 de diciembre de 2014

TRAVESÍAS



SOSTIENE TABUCCHI
     Antonio Tabucchi fue el escritor que supo tejer sueños para contar sus fábulas, las del pasado y las del presente, retazos auténticos de la vida cotidiana. Para el luso-italiano, la novela simbolizaba una casa que cierras con llave cuando la abandonas, el relato un pequeño apartamento a donde vuelves y han cambiado la cerradura. Natural de Vecchiano, Pisa, 1943, falleció en su amada Lisboa, el 25 de marzo de 2012. Profesor de Lengua y Literatura portuguesa, enamorado del país luso y ligado a la obra y figura de Fernando de Pessoa desde que en los 70 descubriera y sintiera fascinación por el portugués y sus heterónimos, amor que compartió viviendo seis meses en la ciudad lisboeta y el resto en La Toscana (Siena), en cuya universidad enseñó. Publicó Piazza d´Italia, en 1975, aunque sus éxitos llegarían con Dama de Porto Pim (1983) y, sobre todo, con Sostiene Pereira (1994). Hablaba del futuro como una mera casualidad, nunca como algo proyectable, porque desde el punto de vista kantiano, el futuro no existe si no incluye el pasado. Un año antes de morir, lamentaba vivir un presente absoluto, eterno, con mucho ruido y oscuridad, con escasa luz al final. En su libro, El tiempo envejece deprisa (2010), experimenta con el límite de la vida, a través de la mirada de unos personajes mayores que miran hacia atrás e intentan sintonizar esos recuerdos que otorguen sentido a su existencia. La crítica especializada ha señalado que Tabucchi crece como escritor cuando se limita a contar historias, porque en literatura el compromiso ético se manifiesta renunciando a la intromisión.
    Siempre en Anagrama, nos deja, como despedida, Viajes y otros viajes (2011), un texto vivido, pensado y disfrutado.



         Sábado, 5 de mayo, 2012; pág., 8

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