SOSTIENE
TABUCCHI
Antonio Tabucchi fue el escritor
que supo tejer sueños para contar sus fábulas, las del pasado y las del
presente, retazos auténticos de la vida cotidiana. Para el luso-italiano, la
novela simbolizaba una casa que cierras con llave cuando la abandonas, el
relato un pequeño apartamento a donde vuelves y han cambiado la cerradura.
Natural de Vecchiano, Pisa, 1943, falleció en su amada Lisboa, el 25 de marzo
de 2012. Profesor de Lengua y Literatura portuguesa, enamorado del país luso y
ligado a la obra y figura de Fernando de Pessoa desde que en los 70 descubriera
y sintiera fascinación por el portugués y sus heterónimos, amor que compartió
viviendo seis meses en la ciudad lisboeta y el resto en La Toscana (Siena), en cuya
universidad enseñó. Publicó Piazza
d´Italia, en 1975, aunque sus éxitos llegarían con Dama de Porto Pim (1983) y, sobre todo, con Sostiene Pereira (1994). Hablaba del futuro como una mera
casualidad, nunca como algo proyectable, porque desde el punto de vista
kantiano, el futuro no existe si no incluye el pasado. Un año antes de morir,
lamentaba vivir un presente absoluto, eterno, con mucho ruido y oscuridad, con
escasa luz al final. En su libro, El
tiempo envejece deprisa (2010), experimenta con el límite de la vida, a
través de la mirada de unos personajes mayores que miran hacia atrás e intentan
sintonizar esos recuerdos que otorguen sentido a su existencia. La crítica
especializada ha señalado que Tabucchi crece como escritor cuando se limita a
contar historias, porque en literatura el compromiso ético se manifiesta
renunciando a la intromisión.
Siempre en Anagrama, nos deja,
como despedida, Viajes y otros viajes
(2011), un texto vivido, pensado y disfrutado.
Sábado,
5 de mayo, 2012; pág., 8
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