NAVIDAD Y LITERATURA
La Navidad como tema
literario es ya un tópico clásico de la literatura moderna, asociada a la
bondad, la nostalgia o los buenos deseos, aunque en cuestiones estrictamente
textuales podría completarse con un abanico amplio de fantasía y misterio. Los
protagonistas de estas historias en la literatura tradicional suelen ser niños
pobres y vagabundos, abuelos sabios y entrañables, animales fieles que hablan, y
no faltan espíritus malignos y toda clase de personajes misteriosos que
registran las costumbres, las tradiciones e ilusiones de estas fechas. Con el
paso del tiempo algunos escritores contaron sus historias más allá de estos
estereotipos, e imaginaron relatos profundos y fantásticos.
Al
margen de los Grimm, Andersen, Hoffman, o Wilde, otros entregaban su pequeña
aportación a una fiesta mundial donde la literatura, alejada de leyendas y
cuentos folklóricos, habla de otra Navidad: Agatha Christie, la escritora
británica, escribió El pudding de Navidad
y En Navidades trágicas, cuyo
protagonista es un anciano rico con un despótico carácter, que es asesinado y
Hércules Poirot será el investigador del crimen; o J. R. R. Tolkien, escritor sudafricano, autor
de Cartas de Papá Noel, escritas e
ilustradas, desde 1920 hasta 1943, para sus hijos cada año como Papá Noel, y
unos dibujos que revelan actividades y secretos cuando no es época navideña, y
añaden historias de duendes, osos polares y elfos.
También
es verdad que es momento para volver sobre Canción
de Navidad, de Dickens, Una Navidad,
de Capote, o incluso para los jóvenes más locos, Una Navidad en Manhattan, de Gema Samaro, narradora de literatura
juvenil, que opina que “la Navidad será del color que tengas tú el corazón”.
Sábado,
13 de diciembre, 2014; pág.,8
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