Vistas de página en total

jueves, 27 de julio de 2023

Cuaderno en blanco

 

 

Julio, 2023

 

     Julio es el mes de las vacaciones, del calor asfixiante y de las salidas a las terrazas, las visitas a la playa y de las largas noches de insomnio. Es, en igual medida, el mes de hacer reciento de la primera mitad del año, de lo conseguido y aquello que aún debemos determinar, pero es un mes más tranquilo de lo habitual donde con suerte nada debe alterar el bienestar que nos puedan producir los días largos de noches breves.

     El calor de alguna manera se ha instalado en nuestras vidas, el cambio climático tan anunciado acecha y convierte los días de julio en calurosos, extremadamente calurosos y salpicados de tormentas que nos traen agua y granizo, un mes irreconocible y de una diversidad poco habitual.

     Todo empezó así llega a su fin, calculada y medida espero que encuentre editor y lectores de una determinada generación. Mientras sigue la espera de alcanzar en un texto para Turia, pero el verano no da tregua, tenemos tiempo y agosto, seguro, será diferente.

 

 


miércoles, 12 de julio de 2023

Hoy invito a…

  


M. Ángeles Pérez

amaneceres

EL MECEDOR

 

 

       Suspendido de una milenaria y robusta higuera por dos gruesas y vigorosas cuerdas pendía el improvisado, pero seguro, mecedor a la sombra del árbol que le había dado cobijo. Las calurosas tardes veraniegas daban pie a disfrutarlo y balancearnos, plácidamente, demandando, en cada momento, aumentar el rápido vaivén de su contoneo para vivir experiencias encontradas de miedo, riesgo y libertad. Hoy, a ese coqueto mecedor, de otros tiempos, lo llamamos columpio y está distribuido por casi todos los parques infantiles de los que pueden disfrutar nuestros niños, pero cuelgan de gruesas y seguras cadenas desprendiendo, a veces, la sensación de coartar placeres y libertad. El escenario político que vivimos intenta trepar sobre estos encadenados columpios meciéndose, sádicamente, sobre la mentira y la insensibilidad y, además, pretenden que subamos con ellos hacia la misma dirección. No lo conseguirán. Nosotros continuaremos balanceando nuestros sentimientos hacia un mundo lleno de emociones y sueños. Nuestro particular mecedor nos protegerá bajo la higuera de la vida, la verdad y la esperanza.

 

martes, 4 de julio de 2023

Eduardo Halfon

 

Un universo literario familiar

 


       Eduardo Halfon (Guatemala, 1971) ensaya, en su obra publicada anterior un proyecto narrativo en marcha, y recrea un universo literario que, con cada uno de sus libros, nos resulta conocido, historias acerca de la familia, el padre, los abuelos o conocidos que vuelven una y otra vez a la memoria, aunque el guatemalteco no desdeña esa otra propuesta literaria que presentaba en ocasiones, una temática tan variada como interesante, y añade los problemas de la identidad, el espacio de la memoria, el inequívoco papel de la vocación, el desarraigo y el destino, o los avatares familiares en su país natal y otros lugares donde el narrador ha ido acumulando experiencias. Ahora publica una nueva propuesta, Un hijo cualquiera (2022) texto que añade un concepto inexplorado del autor, la paternidad. Halfon ha escrito este libro para relatar los primeros cinco años de vida de su hijo, y escribe con plena consciencia de su papel y las consecuencias de la paternidad, y a pesar de las posibles contradicciones, cualquier padre primerizo no podrá dejar de leer lo que el guatemalteco opina al respecto. En el caso de Un hijo cualquiera, el protagonista absoluto será su hijo de cinco años, y así este libro se convierte en ese mutuo aprendizaje que durante esos primeros años comparte tanto padre como hijo. Al hilo de esa relación paterno filial, el escritor en ciernes, iniciará la explicación de su proceso lector que, finalmente, derivará en una firme vocación como escritor. Y paralelamente dejará constancia de la importancia de su afán previo como lector, y escribirá sobre ese concepto y sus propias conclusiones, un primer lector, en el momento mismo de su descubrimiento de la literatura, un auténtico lector yonqui, puesto que considera la lectura como una droga; un segundo lector artesano que se fraguará cuando el joven ingeniero quiera aprender a escribir, y una tercera fase, final, el lector hijo de puta, o lector impaciente que ya no tiene tiempo para una lectura de prosa floja, y descuidada, aunque no habría que desdeñar la posibilidad de un cuarto lector, no especificado por el propio Halfon en su descripción de esas posibles fases que él mismo llevó a cabo, ese lector que, una vez transcurrido el tiempo, se convierte en un fervoroso relector de cuanto considera oportuno, esa vuelta a esos libros considerados imprescindibles. En ese proceso lector llevado a cabo con su hijo cuando este imita al padre, y en silencio mueve los labios ante un libro aunque es evidente que aún no sabe leer, comienza una relación inquebrantable de singular ternura.

       Eduardo Halfon ofrece en Un hijo cualquiera, como es habitual en su narrativa esa característica brevedad tanto en sus capítulos como en la historia a contar como si el proceso mismo de la brevedad llevara a configurar el conjunto y terminara conformándose la historia final; en realidad, dieciocho  textos cortos que se hilvanan de tal manera que nos llevan a un viaje en el tiempo a través de la literatura, a través de la vida del autor, a través de la historia de su hijo porque la estructura que emplea Halfon es la de un cuentista, no sólo en su brevedad, sino también en la intención que lleva al lector a una intensidad de lectura. Sin duda, Un hijo cualquiera, es una propuesta valiente, un texto escrito con una absoluta libertad que pone de manifiesto la compleja vivencia entre padre e hijo, al tiempo que asistimos a descubrir un Halfon distinto que no olvida sus orígenes literarios y consigue conmover a sus lectores; aunque Halfon insiste en esa mirada lúcida y amarga que le recuerda el contexto de donde viene, sus orígenes, vuelve a su niñez, a su adolescencia y juventud y rememora las vivencias compartidas de una Guatemala convulsa, inmersa en los enfrentamientos de la guerrilla con el gobierno, y la muerte siempre como trasfondo, incluso no se olvida de esas páginas sobre el amor y la amistad, la vocación literaria consciente, o su denuncia permanente para construir un mundo mejor.

       Memoria, novela o crónica personal, Eduardo Halfon convierte cualquier texto suyo en ficción, en literatura en su sentido más amplio, pasado y presente familiar, amigos y conocidos que protagonizan sus historias, y de los muchos personajes de sus libros,, un padre, y de los posibles padres, Un hijo cualquiera, está protagonizado por un padre que escribe y cuenta su historia además de otras vivencias, y entre la importancia de esa dualidad, y la relación con su pequeño, una vez terminada su lectura, resultaría imposible escoger entre ambos personajes.

 


Un hijo cualquiera

Eduardo Halfon

Barcelona, Libros del Asteroide, 2022.