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jueves, 5 de febrero de 2015

Hoy invito a...



Jesús Esnaola

“Los años de lluvia es una colección de relatos que, tras una lectura atenta, nos hacen replantearnos la vida, incluso nos llevan a realizar un recuento final indescriptible porque, en muchos de ellos, se produce esa sensación de inquietud y nos mantienen en vilo hasta la última página”. 


Kind of black

Desgrana la melodía mientras deambula por el escenario apuntando la trompeta hacia la tarima, como lo haría un zahorí con su vara en busca de agua. Se detiene en un lugar concreto y comienza dibujar la improvisación, una filigrana de escalas, arpegios y acordes donde la disonancia trabaja por la coherencia. De espaldas al público, la trompeta genera un remolino que perfora el suelo y atrae al público reunido en la sala, lo succiona como un agujero negro que ni siquiera deja que escapen la luz y el tiempo. Después, durante el solo de contrabajo, las manecillas de los relojes vuelven a moverse y todo parece un mal sueño.
Por si acaso, antes de que retome el tema melódico central, todos huyen despavoridos sin darse cuenta de que ya no hay ningún lugar adonde ir.



Armisticio

La Guerra de las Aves finalizó con el execrable y vil bombardeo de Olvido. Dos escuadrones de aviones salieron de la base aérea de Ciudad y soltaron sobre Olvido miles de toneladas de bombas que, como era de suponer, nunca llegaron a su objetivo. Las bombas olvidaron su destino a mitad de camino, por no hablar de que nadie en Olvido recuerda la Ley de la Gravedad. Tampoco corrieron mejor suerte las fuerzas terrestres que atravesaron Olvido ante la estupefacción de sus habitantes, atrincherados en sus casas pero ignorados como si fueran invisibles. Así que el informe del teniente general Quincoces dejó bien claro que Olvido había sido borrado del mapa y, con su exterminio, la guerra podía darse por finalizada.

Años más tarde, las pruebas de que Olvido seguía en su sitio, intacto, eran irrefutables, pero desde Ciudad nunca se reconoció esto y las autoridades siguieron comportándose como si fuera poco menos que un espejismo que engañaba los sentidos de los más románticos.



     Jesús Esnaola (San Sebastián, 1966) ha sido finalista en dos ediciones del concurso Relatos en Cadena. Administra el blog El doctor Frankenstein, supongo; y ha publicado su primer libro de microrrelatos, Los años de lluvia (2012), editado por Paréntesis.  




   Sus micros han sido recogidos en, Pervertidos. Catálogo de parafilias ilustradas; Granada, Traspiés, 2012; Mar de pirañas. Nuevas voces del microrrelato; Palencia, Menoscuarto, 2012; y de Antología. La lógica del microrrelato; Madrid, Talentura, 2013.

   Estos microrrelatos son inéditos y, con suerte para sus lectores formarán parte de un nuevo libro.



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