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jueves, 4 de noviembre de 2021

Herminia Luque

 Retrato del “Rey Deseado”                   

 


                             

       El proceso seguido por Herminia Luque (Granada, 1964) para justificar su narrativa ha sido la construcción formal de un relato que, de alguna manera, configura el resto de la historia, porque en esa narración se pretende hilvanar una coherente sucesión de sucesos o alternar acontecimientos, una cuestión que resulta de un complejo y elaborado desarrollo narrativo. La narradora granadina ha compuesto su obra de ficción con una calculada mirada, y desde perspectivas técnicas muy distintas, casos de Piscinas de enero (2009), Bitácora de Poseidón (2010), El códice purpúreo (2011), y una cuarta entrega, Al sur de la nada, la vida de unas mujeres, de nombres reconocibles, Juliana, Amparo y Virginia, que muestran tres asombrosos caracteres, y establece entre ellas, y su atormentada existencia, un vínculo narrativo posible, secuela de una sutil galería histórica que le permite, como novelista, ahondar en la esencia misma de sus vidas; La reina del exilio (2020) recrea el París de finales del XIX y cuenta cómo la reina Isabel II, en 1882, se pregunta qué hizo mal y quiénes llevaron a cabo la traición para verse encerrada en ese mediocre palacio parisino, aunque vive desde lejos los acontecimientos que sacuden España, mantiene la esperanza en su hijo, Alfonso XII, mientras intenta poner orden a una serie de documentos que un desconocido le ha traído.  

       El humor y el  sarcasmo campea por, Las traidoras (2021), cuya primera imagen y en el inicio mismo, Luque, nos sitúa en un excusado, y a Fernando VII, dedicado en cuerpo y alma a llevar a cabo y a expulsar eso que nuestro cuerpo nos requiere a diario, y en esos precisos momentos, tan íntimos como privados, cuando uno debe reencontrarse consigo mismo, un rey en este caso, descubrirá trece cartas diversas, de otras tantas damas, de todo tipo de estratos sociales, un ramillete de misivas con hechos y anécdotas no menos curiosas y llamativas, escritas desde diferentes puntos de vista, con niveles de actitud y de formación, relatando vivencias personales muy distintas que cuantifican y exponen con detalle el problema del monarca y sus vicisitudes intestinales, aunque lo mejor de estas trece misivas es la crónica cotidiana que ponen de manifiesto y cómo se vivía entonces en este país de monarquía absoluta, espejo de una corte relajada, pero sobre todo ofrece el retrato de un rey, cuya figura ejemplifica el desprecio que ha despertado un soberano al que se le apodó “el Deseado” y que finalmente ha pasado a la Historia como el miembro de la monarquía hispánica que ha encarnado a la perfección la descripción de un embobado y pusilánime, además de esa probada constatación de la mala relación que mantuvo con las mujeres que conoció.

       Aurora Luque deja el protagonismo exclusivo en las mujeres de su relato, las reinas María Luisa de Parma, que traza un auténtico retrato familiar desde el mismísimo Purgatorio, María Josefa Amalia de Sajonia, o sus constantes críticas a un país de singulares costumbres como las corridas de toros, María Isabel de Braganza, que en la brevedad de su reinado, le reprocha a Fernando el olor a tabaco que fumaba y le producía una repugnancia inmensa, incluso la princesa María Antonia de Nápoles, que no consiguió darle un heredero; y la virreina Felicitas de Saint-Maxent, y sus manifiestas críticas hacia el desprecio del monarca a las tierras americanas de ultramar, la olvidada escritora María Rosa de Gálvez, la pintora Angelica Kaufmann, calificada de pintamonas, Leocadia Zorrilla, madre de la pintora Rosario Weiss, y amante de Goya, la condesa de Jaruco y Pepita Tudó, y completa el ramillete de voces, tres personajes de ficción, Ginesa la Naranjera, la nodriza pasiega y la joven Micaelina, hija de Ginesa que conforman esta ficción histórica y le otorgan narratividad, al tiempo que se convierte en una crónica satírica irreverente sobre un rey no menos odioso y particular en la historia de una España cuya influencia francesa marcó una época, y sobresale el entorno femenino de un rey tan nefasto, porque si uno ha comprendido la razón de este libro, la narradora hace descansar el protagonismo de su relato en estas féminas, y cuantas más se cruzaran en su camino real.

       Una amplia galería de retratos nos ha legado la curiosa figura de Fernando VII como una persona sobrada de kilos, con una gran tripa, de figura oronda y rostro bobalicón, sin duda con unos problemas de regularidad intestinal poco imaginables en nuestro tiempo, de los que en este relato se deja clara constancia.

 


                                     Las traidoras

                                 Herminia Luque

                 Premio “Ramiro Pinilla” de Novela

                           Barcelona, Edhasa, 2021

 

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