Una
curiosa conversación
¿Y si Cervantes y Shakespeare se hubieran
conocido?
El periodista
y escritor Jesús Ruiz Mantilla (Santander, 1965) pone voz a Cervantes y a Shakespeare
en un hipotético encuentro que les llevará a una imaginada conversación entre
los dos grandes escritores de la historia literaria universal. Sin duda, puesto
que resulta inevitable pensar que ambos genios nunca coincidieran, porque las
vidas, tanto la del español como la del inglés, se han visto envueltas en un
auténtico "misterio", con no pocas zonas oscuras en su biografía. Para
Ruiz Mantilla podría ser una forma curiosa de ver cómo discurrieron sus vidas, asomarnos
a sus preocupaciones vitales, escuchar de sus labios los temas que les
interesaban, o su visión particular de la historia, sus inquietudes con el
lenguaje, la temática de sus obras, o sus planteamientos en general sobre el
mundo de la creación literaria.
Una conversación
Ruiz Mantilla
desgrana, en menos de un centenar de páginas, ese pretendido, o supuesto
diálogo entre Cervantes y Shakespeare que se habría producido en la primavera
de 1605, cuando un delegación inglesa de unas setecientas personas se desplazó
a Valladolid, sede entonces de la Corte, para firmar la paz, entre una España y
una Inglaterra, enfrentadas desde hacía décadas, un acuerdo tras el cual se
repartirían a principios del siglo XVII la hegemonía mundial. Felipe III y
Jacobo I acordaron firmar un tratado de paz que les permitiera repartirse el
dominio del mar y de los territorios que ambos habían ido
"conquistando".
Las biografías
de ambos autores están repletas de claroscuros en los que el narrador no
profundiza, consciente de los muchos datos y detalles que desconocemos de sus
vidas, inventó buena parte de la actitud de esas “personas nada ejemplares” y
"aventureros" que sufrieron cárcel y protagonizaron escándalos o estuvieron
metidos en continuas reyertas a lo largo de su vida. Para Ruiz Mantilla esas “zonas
oscuras” de Cervantes son las de un soldado pendenciero, y las de un tipo que
se busca la vida, y desde una perspectiva literaria, hasta que no publica El Quijote
no triunfa porque, entre otras muchas virtudes de la obra, se ve como una
parodia, algo gracioso en aquel momento, y comienzo de la novela moderna,
camino por el que transita la vida y la novela contemporánea. Respecto a
Shakespeare, son escasas las noticias y certezas, quizá sobresale su envidia a
algunos contemporáneos que gozaron de mayor prestigio como dramaturgos, aunque
la universalidad del mismo ha quedado patentizada por la fuerza de sus
historias, y sus personajes. Las preguntas sobre ambos se suceden, cómo se
libraría Cervantes de su presidio en Argel y de dónde sacarían el dinero del
rescate, cómo era la dama oscura de Shakespeare, y sobre todo la relación de
este último con Marlowe o del primero con Lope de Vega.
Ruiz Mantilla
sustenta su diálogo utilizando como fuente principal para la conversación
imaginada los textos de ambos autores, porque interpretando esa lectura,
podríamos imaginar el tipo de personas que podían ser. En el libro hablan,
necesariamente, en castellano porque el narrador juega con la convención de que
solo así se entenderán, Shakespeare irá afianzando su castellano a medida que
lee El Quijote, y el lector comprende la osadía de imaginar que fue así si hablaron
alguna vez.
La literatura
y el proceso de creación se convierte en uno de los grandes temas que ambos
autores debaten, así como el poder del público, la política o las cuestiones
económicas y la familia conforman
Ese agudo diálogo que con abundantes alusiones a sus obras
mantienen ambos notable.
Jesús Ruiz Mantilla, El encuentro; Barcelona, Galaxia
Gutenberg, 2020; 95 pp.
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